
No es fácil identificar los efectos cuantitativos que tuvo sobre la economía catalana la salida de La Caixa y de otras miles de empresas de tamaño diverso en el 2017. En lo que hay consenso es en que el efecto no fue positivo. La denominada “fuga de sedes” arranca en el 2017, justo en el mismo año en el que Catalunya pierde el liderazgo al ser superada por Madrid en peso económico en España. Una situación que no sólo no se ha revertido sino que ha ido a más.
“La tendencia de mayor crecimiento de Madrid es bastante anterior al 2017 y siempre a costa de otras comunidades”, dice Joan Ramon Rovira, director del servicio de estudios de la Cambra de Barcelona, antes de añadir que la salida de empresas “obviamente que no tuvo un efecto positivo”.
La comunidad se situó a la cola junto con Murcia en crecimiento del PIB per cápita en este periodo
En aquellos años, sólo los economistas del BBVA Research dieron una cifra de impacto económico de la inestabilidad política derivada del referéndum al asegurar que se dejaron de crear 30.000 empleos. Ayer, el economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso, dijo que es difícil saber qué parte del impacto es por la salida de empresas y cuál por la inestabilidad general.
El traslado de una sede social no se refleja en el PIB porque su efecto sobre la economía de un territorio es difícil de medir. “A corto plazo hay un impacto negativo asociado a la pérdida de servicios auxiliares que arrastran las sedes sociales como consultores, abogados o periodistas”, dice Rovira. “Pero a largo plazo hay dos impactos importantes. El primero es la pérdida de prestigio y de marca como territorio. El segundo es la inercia que lleva asociada la sede en otra ciudad que puede arrastrar poder económico hacia allí y al mismo tiempo pérdida de inversiones en el lugar en el que se ha ido”.
La economista de Funcas, María Jesús Fernández, advierte que en el periodo 2017-2023 Catalunya crece por debajo de la media en PIB: un 7,6% frente al 8,1% del conjunto de España. En esos años, en cambio, Madrid acelera con un avance de su PIB del 12%. Fernández avisa que donde más se nota la debilidad de la economía catalana en el periodo posterior a la salida de empresas es en la evolución del PIB por habitante en el que Catalunya se sitúa a la cola del ranking solo superando a Murcia. En esos años, el PIB per capita creció un 1,1% en la comunidad catalana mientras la media española fue del 4% y Madrid avanzó un 4,6%.
Con estas cifras es difícil predecir qué puede pasar si muchas otras empresas siguen los pasos de La Caixa y retornan a Catalunya. Cardoso cree que puede haber una mejoría que ya ha comenzado. “En la medida en que ha ido habiendo más certidumbre sobre la situación política, el efecto positivo sobre la empresa ya se ha ido produciendo”, señala el economista de BBVA Research. La mejora sería previa al regreso de sedes.
Un ejemplo es el efecto que pudo tener sobre la inversión extranjera la huida de empresas del 2017. No fue fácil que una multinacional escogiera ubicarse en Barcelona en un momento en el que las empresas locales se marchaban a otros territorios. Ahora podría pasar los mismo pero al revés. El regreso de La Caixa, Criteria o el Sabadell puede animar a que otras empresas vean Barcelona y Catalunya como un territorio óptimo para instalar sus oficinas.
Otra de las potencialidades a futuro que ve Cardoso es que el cambio de ciclo económico puede beneficiar a Catalunya, En su opinión, la comunidad ha sufrido los elevados costes de la energía al ser un territorio con mayor presencia de la industria que Madrid, por ejemplo.
Aunque el reto principal al que debe hacer frente Catalunya es el de la mejora de la productividad. En el año 2022 por primera vez y con datos de contabilidad regional el número de ocupados en Madrid superó a los de Catalunya. Tienen el mismo numero de ocupados mientras la población es superior en Catalunya. En la afiliación, el sorpasso de Madrid se dará en breve. A finales del año pasado, Catalunya tenía 16.000 afiliados más que Madrid. En el 2012, le superaba por más de 200.000. Quizás el regreso de sedes no le será suficiente para recuperar el papel de locomotora de la economía española.