El consejo de administración de Sareb ha tomado la decisión hoy de paralizar la venta de su promotora Árqura. Según ha informado la sociedad, los órganos de gobierno han suspendido temporalmente la operación. La decisión se produce en pleno proceso de creación de la empresa pública de vivienda que anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso del PSOE de Sevilla.
El proceso de venta de Árqura había despertado gran interés en el sector privado. La ausencia de suelo finalista, especialmente, había llevado a importantes promotoras a interesarse por los activos de los que quería desprenderse la Sareb. El antiguo banco malo había abierto el pasado verano la convocatoria de la operación y había contactado con posibles inversores interesados. Se habían llegado a firmar contratos de confidencialidad para estudiar los pormenores de la operación, cuyo plazo de presentación de ofertas finalizaba en febrero.
Ahora todo el proceso se paraliza y queda en el aire si se volverá a abrir. En la decisión también ha pesado la iniciativa que partió de Sumar de paralizar la venta de la promotora de la Sareb. Esta misma semana, la Comisión de Vivienda del Congreso ha aprobado una proposición no de ley en la que se insta a que las viviendas y suelos del antiguo banco malo sean aprovechados para construir inmuebles asequibles. PSOE, Sumar y Podemos votaron a favor, PP y Junts lo hicieron en contra, y Vox, PNV, ERC y Bildu se abstuvieron.
Esta iniciativa, aunque no tiene consecuencias legales, sí ha provocado revuelo en el mercado. Los promotores privados reclaman seguridad jurídica para participar una operación y la aprobación de la proposición no de ley ha generado incertidumbre y dudas.
La Sareb cuenta con el asesoramiento de Deloitte para esta operación de venta. De hecho, la propia Sareb explica hoy que la decisión de paralizar la venta de su promotora se ha tomado “atendiendo a la recomendación” de la consultora.
“Sareb abrirá a partir de este momento un periodo de análisis y revisión de la operación, cuyas conclusiones se comunicarán a los inversores a la mayor brevedad”, concluye la sociedad.
La cartera de suelos de la promotora de la Sareb tendría capacidad para levantar unas 16.000 viviendas
Una de las opciones que tiene el Gobierno ahora sobre la mesa para ampliar el parque público de vivienda, una vez constituida la empresa pública estatal, es ir incorporando al mismo los activos que en este momento pertenecen a la Sareb. Según fuentes de mercado, la cartera de suelos de la promotora de la Sareb tendría capacidad para levantar unas 16.000 viviendas, aunque su situación no es la mejor para solucionar el problema en determinadas zonas tensionadas. La mayoría de estos suelos se encuentran en el Mediterráneo, ya que fueron heredados de las antiguas cajas de ahorro.
Un detalle importante es que la Sareb no podría transferir activos directamente a la nueva empresa pública. La futura sociedad estatal tendría que adquirirlos, operación que, a su vez, serviría para reducir la deuda del antiguo banco malo.
El mandato de la Sareb finaliza en noviembre del 2027. Para entonces el objetivo es desprenderse de la mayor parte de los activos inmobiliarios heredados de las antiguas cajas de ahorro. No obstante, el pasado mes de abril los directivos de la sociedad reconocieron que la mitad de la deuda que acumulaba la compañía a cierre del pasado ejercicio, unos 14.600 millones de un total de 29.413 millones, “nunca se va a devolver”. Los tenedores de estos bonos son los principales bancos, como Santander, CaixaBank y BBVA. El Tesoro público tendrá, por tanto, que decidir en menos de tres años, que es cuando expira el mandato de la sociedad, qué hacer con esta deuda contabilizada como pública.