
La sopa de letras de las políticas de género se ha llevado todo el protagonismo programático del último congreso socialista. Resucita así la agria discusión sobre si la tierra es plana o bien, como defienden las feministas de tradición clásica, redonda y achatada por los polos. Ganaron éstas en la cita congresual de su partido una batallita semántica eliminando la Q y el signo + del acrónimo LGTBI. Una victoria ciertamente pírrica que llega tras haber perdido estrepitosamente la guerra durante la pasada legislatura con la aprobación de la ley de identidad de género. Así que, componendas congresuales al margen, la tierra seguirá siendo en este punto plana, planísima.
La financiación autonómica, en cambio, no se comió un colín en el cónclave socialista. Ni pena, ni gloria. Fue despachado como un tema menor a través de un redactado que pretendía dar la razón a tantos como quisieran tenerla. Tras el congreso del PSOE lo único claro es que no hay nada claro. La nueva financiación autonómica será blanca y negra, fría y caliente, alta y baja, gorda y delgada. Todo a la vez. Bilateral y multilateral, singular y común. Si nos situamos en los polos más distantes dentro de las familias socialistas sobre el particular, diríamos que se anunció un futuro menú que pretende ser muy del gusto tanto del presidente de Catalunya, Salvador Illa, como del de Castilla-La Mancha, Emiliano García Paje. Como si unos espárragos trigueros pudieran agradar por igual a un vegano y a un carnívoro.
El socialismo gana tiempo con ayuda de ERC, ocupada en devorarse a sí misma
La ordinalidad, parte nuclear de lo acordado por el PSC con ERC para investir a Salvador Illa con la bendición de Pedro Sánchez, no consiguió colarse en el redactado. García Page lo celebró ante su público: ¡Los manchegos hemos ganado! Así que el martes, la consejera portavoz del Gobierno catalán, Sílvia Paneque, dijo en rueda de prensa que de eso nada de nada, monada. Ella se situó en el punto opuesto: la nueva financiación se fijará bajo el criterio de ordinalidad. Una cosa y la contraria. ¿A quién hay que escuchar?
Sucede que nadie sabe cómo desenredar esa madeja. Así que mejor no hablar mucho de ella. Y menos con afirmaciones que suenen a concreción. El chef Pedro Sánchez y sus pinches andan distraídos con otras cuestiones. Y en Catalunya, como manda la añeja costumbre, un comité de sabios impulsado por Illa está pensando sobre el particular lo que ya rumiaron otros igual de sabios antes que ellos. Mientras tanto, otro grupo de trabajo, en este caso Generalitat-Estado, también estudia para otro examen: el refuerzo de la agencia tributaria catalana.

Sánchez, en el 41 congreso del PSOE
El socialismo gana tiempo con la ayuda de ERC, que no está ahora para otra cosa que no sea devorarse a sí misma. Así las cosas, es natural que los sherpas de Pedro Sánchez orillasen con facilidad el debate del dinero en el congreso de su partido: ¡Silencio! ¡Que los catalanes están estudiando!
Pero el estudiar se va a acabar. Será cuando el ejercicio de canibalismo interno de ERC pase a su siguiente fase. Los republicanos, da igual con qué presidente, Junqueras o Godàs, caminan decididos hacia un escenario complicadísimo tras su congreso. Unos y otros hablan de retejer ERC, pero lo que se enseñan no son agujas de tricotar sino navajas albaceteñas. Los republicanos tendrán presidente el próximo día 14, pero quien pierda estará organizado y podrá trastabillarlo permanentemente. ¿La mejor manera de hacerlo? Acusándolo de complaciente y débil en sus exigencias a los socialistas. Así que la presión sobre Illa irá en aumento y deberá retratarse, también Sánchez, más allá de las buenas palabras e intenciones.
Será entonces cuando sabremos si para el socialismo la financiación singular refiere a un solomillo o a unos espárragos trigueros. Si lleva razón Page o la lleva Illa. Porque vegano y carnívoro al mismo tiempo no podrá ser. Salvo que demos por bueno, como pretenden las empresas que las comercializan, que las hamburguesas pueden estar hechas de espinacas y alfalfa. Claro que una vez aceptado que la tierra es plana todo puede ser. También que la financiación acabe siendo una cosa y su contraria.