La UE aspira a liberarse del gas ruso en el 2027

El camino de la Unión Europea de liberarse de la dependencia del gas ruso ya tiene una hoja de ruta. La Comisión Europea ha desvelado este martes sus planes para prohibir que se puedan firmar nuevos contratos con Moscú antes de finales de año y que se eliminen gradualmente los contratos ya existentes antes de finales del 2027. Era algo que estaba previsto para marzo, pero que fue pospuesto a la espera de conocer si podía haber progresos en la iniciativa de la Administración de Donald Trump para poner fin a la guerra en Ucrania. 

Sin grandes avances en el terreno de las negociaciones, la UE ha decidido seguir adelante con sus planes. El flujo de gas ruso que llega a Europa ha disminuido drásticamente desde febrero del 2022, cuando Moscú arrancó su invasión en Ucrania, pero sigue siendo sustancioso. Entonces, alrededor del 45% del gas europeo provenía de Rusia. Hoy todavía un 19% del gas que usan los hogares y las empresas del bloque proviene de este país, a través del gasoducto TurkStream y de los envíos de gas natural licuado. “No vamos a permitir que la energía rusa sea un arma contra la UE, que se haga chantaje a los Estados miembros ni que Putin gane más dinero”, ha asegurado el comisario europeo de Energía, el danés Dan Jorgensen.

Reducción desde el 2022

Todavía un 19% del gas europeo proviene de Moscú

La Unión Europea impuso sanciones a las partidas de carbón y de petróleo rusos que llegaban por vía marítima. En el caso del petróleo, las importaciones han bajado del 27% al 3%. No lo ha hecho con el gas, principalmente por la oposición frontal de Hungría y Eslovaquia, que creen que buscar nuevos suministros implicaría un aumento radical de los precios. La imposición de sanciones requiere la unanimidad, y el veto húngaro y eslovaco alivió a otros países que no estaban listos para dar este paso.

No son cantidades sin importancia. Solo en el 2024 la UE compró un total de 23.000 millones en energía rusa, más de la cantidad que enviaron en asistencia militar a Ucrania. Lo que ha anunciado hoy el Ejecutivo comunitario es que en junio propondrá una prohibición de todas las compras de gas en virtud de nuevos acuerdos con Rusia y de los contratos al contado que ya existen, y que suponen aproximadamente un tercio de las importaciones, para que entren en vigor antes de finales de año. El mes que viene también adoptará medidas para poner fin a las importaciones restantes de gas ruso por gasoducto y gas natural licuado vinculado contratos a largo plazo, algo que requerirá más tiempo, hasta finales del 2027.

Negociaciones con la Administración Trump

La UE podría comprar más gas natural licuado a EE.UU. para evitar aranceles

El problema sin embargo es cómo esquivar las cláusulas existentes de muchos contratos que siguen en vigor de los compradores europeos con Gazprom, ya que obligan a los que rechazan las entregas de gas estipuladas a pagar igualmente parte de los volúmenes contratados. Son las llamadas cláusulas ‘take or pay’ (compra o paga), y la mayoría del gas que la UE importa a Rusia está vinculada a contratos de larga duración. “La Comisión implicará a los Estados miembros afectados y garantizará que la propuesta se base en una evaluación adecuada de las repercusiones jurídicas y económicas”, indica el texto comunitario. 

Paradójicamente, las intenciones de la UE son buenas noticias para Trump, que aspira a colocar en el Viejo Continente más partidas de gas natural licuado estadounidense. La Unión Europea debe suplir con otros vendedores el gas que compraba de Rusia, y uno de los mejores situados en esta partida es Washington. En plenas negociaciones por la guerra arancelaria, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dicho en varias ocasiones que ve con buenos ojos sustituir parte del gas ruso con el gas natural licuado estadounidense. La semana pasada, el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, corroboró que esta oferta forma parte del corazón de las negociaciones que está manteniendo con sus homólogos estadounidenses. Además de EE.UU., la UE busca nuevos envíos de gas natural licuado de Qatar, África o Canadá.

“La guerra de Ucrania ha puesto brutalmente de manifiesto los riesgos de chantaje, coacción económica y crisis de precios”, indica Von der Leyen en un comunicado. “Ha llegado el momento de que Europa corte por completo sus lazos energéticos con un proveedor poco fiable. Y la energía que llega a nuestro continente no debe pagar una guerra de agresión contra Ucrania. Se lo debemos a nuestros ciudadanos, a nuestras empresas y a nuestros valientes amigos ucranianos”, añade la líder comunitaria. 

La propuesta de la Comisión, que todavía debe ser discutido con los Estados miembros, incluye también medidas contra la llamada flota fantasma que transporta petróleo ruso con otras banderas, y también promente nuevas restricciones contra las importanciones de uranio enriquecido, clave para la energía nuclear. 

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