La UE confía en que la victoria de Nawrocki no torpedee las reformas

Europa había respirado aliviada cuando el ultranacionalista rumano George Simion se quedó a las puertas de la presidencia de ese país, y esperaba correr la misma suerte en Polonia. La victoria del ultraconservador Karol Nawrocki, sin embargo, es más preocupante para Bruselas, no solo porque ocurre cuando Polonia ostenta la presidencia rotatoria del Consejo, sino también por el peso del país –es la quinta economía de Europa– y por el protagonismo que su primer ministro, Donald Tusk, estaba ganando en las principales batallas comunitarias.

En Bruselas nadie se olvida de las dificultades experimentadas con el último gobierno de Ley y Justicia (PiS) por sus regresiones contra el Estado de derecho y los tratados europeos. “Confiamos en que las reformas iniciadas por el Gobierno polaco prosigan y continúen”, comentó, preguntada por el asunto, la portavoz de la Comisión Europea, Paula Pinho.

El ultranacionalista podría usar su poder de veto para frenar el plan de Tusk sobre la independencia judicial

La inquietud de Bruselas está justificada. Como presidente, el ultranacionalista tendrá poder de veto para complicar los esfuerzos gubernamentales de Tusk sobre el aborto, la independencia de los medios de comunicación o las cuestiones LGTBI. El sistema polaco implica que para superar un veto presidencial se requiere una mayoría cualificada, que la coalición de Tusk no tiene en este momento, algo que podría volver a tensar las relaciones entre Varsovia y la capital comunitaria.

El miedo ahora es que Nawro­cki se interponga en el plan de Tusk de dar marcha atrás en las reformas judiciales del PiS basado en diez puntos que se implementarán entre este año y el que viene y que permitió que Bruselas desbloqueara los fondos del país que mantenía congelados. El Ejecutivo comunitario cerró en mayo del año pasado el expediente que Polonia tenía abierto por violaciones del Estado de derecho, que podía haber llegado a dejar a Polonia sin derecho a voto en la UE –un proceso que sigue abierto en Hungría– al considerar que las reformas de Tusk aplacaban sus temores sobre la independencia judicial, atacada durante el anterior gobierno de Ley y Justicia. El hasta ahora presidente, Andrzej Duda, del mismo partido, ha utilizado su veto para dificultar la agenda de Tusk, algo que su sucesor promete continuar haciendo.

“Confío en que la UE continuará su muy buena cooperación con Polonia”, escribió la presidenta de la­ Comisión Europea, Ursula von der­ Leyen, en un escueto pero elocuente mensaje. “Todos somos más­ fuertes, juntos, en nuestra comunidad de paz, democracia y valores”, apostilló la popular ale­mana.

El otro frente de preocupación está en Kyiv. Nawrocki, un admirador de Donald Trump, había dirigido su campaña a atacar las políticas migratorias y a su oposición a una eventual entrada de Ucrania en la UE y en la OTAN. Será él quien acudirá a la importante cumbre de La Haya de líderes de este junio, donde coincidirá con Trump.

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