Lagarde alerta del grave riesgo monetario si Trump logra controlar la Reserva Federal

La política de Donald Trump no solo está provocando un seísmo geopolítico y comercial, sino que amenaza también la estabilidad monetaria global. Así lo entiende la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), la francesa Christine Lagarde, quien ha advertido este lunes del “peligro muy serio” que supondría para la economía estadounidense y mundial que Trump llegara a controlar, como pretende, la Reserva Federal.

En una entrevista con la emisora francesa Radio Classique, Lagarde recordó la importancia capital de la Fed -en teoría un organismo independiente del poder político- para la estabilidad de precios. Según la máxima responsable del BCE, si Trump consiguiera dominar el banco central estadounidense “sería un peligro muy serio” tanto a nivel nacional como internacional en la lucha contra la inflación y para velar por el empleo. “Si dependiera del diktat de  uno u otro, “serían muy preocupantes los efectos sobre el equilibrio de la economía americana y, como consecuencia, los efectos en el mundo”.

Pese a lo extraordinario e imprevisible de la situación, Lagarde se mostró esperanzada sobre el sistema de contrapoderes estadounidense. Por tanto, ve “muy difícil” que Trump obtenga sus propósitos porque “el Tribunal Supremo de Estados Unidos, que es muy respetado en el país y espero que también sea respetado por él, indicó precisamente que un gobernador de la Fed solo puede ser destituido por una falta grave”.  Según ella, no será nada sencillo que Trump pueda cambiar por completo la mayoría en el consejo de siete gobernadores de bancos regionales que se reúnen en Washington.

Lagarde relativiza el impacto de la actual crisis política francesa porque el sistema bancario es más sólido

Fue inevitable que Lagarde se refiriera en la entrevista a la crisis política francesa y la probable caída del Gobierno de François Bayrou el 8 de septiembre.  “Todos los riesgos de caída de gobiernos en todos los países de la zona euro son preocupantes”, dijo, aunque quiso dar tranquilidad sobre la solidez del sistema bancario francés.  “Está mejor de lo que estaba cuando hubo la última crisis financiera, está bien estructurado, supervisado, con actores responsables”, subrayó, si bien admitió que “el riesgo país ha aumentado en los últimos días”. 

Sobre el peligro de que Francia fuera colocada bajo la tutela del Fondo Monetario Internacional (FMI), como evocó, antes de retractarse, el ministro de Economía y Finanzas, Éric Lombard,  recordó que “son los países quienes piden la intervención del FMI cuando su balanza corriente es gravemente deficitaria y el país no puede afrontar sus obligaciones”. Lagarde duda que el Gobierno francés vaya a recurrir al FMI, el cual, según ella, “probablemente diría que las condiciones (para su intervención) no se reúnen y os debéis organizar vosotros mismos para poner en orden vuestras finanzas públicas”.

Lagarde, de 69 años, que anteriormente fue directora del FMI y ministra de Economía y Finanzas durante la presidencia de Nicolas Sarkozy, sale a menudo, en cada crisis, en las quinielas de candidatos a dirigir el gobierno francés, también ahora, pero es dudoso que prefiera abandonar su puesto en Frankfurt por una aventura como primera ministra que puede ser muy efímera dada la aritmética parlamentaria y la ausencia de una mayoría viable.

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