Las cooperativas de trabajo ingresan un 5% más y consolidan su crecimiento

“Creo que las cooperativas atravesamos el mejor momento de las últimas décadas”, celebra Pepa Muñoz, portavoz de la cooperativa TEB, que lleva 60 años arraigada en Barcelona. En dos años, ha incrementado un 12% la cifra de trabajadores con discapacidad, hasta 1.120 personas, y la actividad, asegura, no para de ir en aumento.

Los datos avalan el optimismo que reina entre el sector, auspiciado por políticas públicas de la Generalitat. Según el Baròmetre Cooperatiu 2025 , el 67% de las cooperativas de trabajo de Catalunya han incrementado su facturación en el 2024, mientras que el volumen total del negocio ha crecido más del 5%. La Federació de Cooperativas de Treball de Catalunya no proporciona cifras de negocio absolutas pero haciendo una estimación supera los 300 millones de euros.

El sector espera la Llei d’Economia Social y reclama más prestigio en universidades y escuelas de negocio

En total, existen 4.700 cooperativas en Catalunya, de las cuales 3.465 son de trabajo, es decir, que los socios son también trabajadores de la cooperativa. Haciendo referencia a este tipo de sociedades, el Baròmetre refleja que solo el 4% factura más de 10 millones de euros, mientras que el principal grueso factura unos 200.000 euros al año. Entre los nombres más conocidos destacan Abacus, Suara, l’Olivera o Col·lectiu Ronda, aunque tal y como refleja el gráfico, la mayoría son pequeñas sociedades.

A pesar de la bonanza en el sector, los resultados del estudio reflejan que hay una cierta ralentización. Si en el 2024 el 67% de las cooperativas de trabajo incrementaron la facturación, en el 2023 el porcentaje había sido del 75% y en el 2022, del 80%.

“Es un momento de consolidación del crecimiento que hemos registrado en los últimos años. Nos hemos recuperado de la pandemia y hemos recibido más recursos públicos gracias a una fuerte apuesta de la Generalitat”, comenta Laia Bonastra, copresidenta de la Federació.

El sector no solo celebra el aumento de la dotación presupuestaria, sino que también aplaude la elaboración de la llamada Llei d’Economia Social i Solidària. La normativa fue impulsada por el anterior Govern, liderado por ERC, y ahora se encuentra en fase parlamentaria gracias al apoyo que también le otorga el PSC.

“No estábamos acostumbrados a un apoyo público tan firme y eso ha dado un empuje al sector”, apunta Bonastra. Según el Baròmetre, el 18% de los ingresos de las cooperativas proceden directamente de subvenciones públicas. “No es un porcentaje elevado, ya que hay que tener en cuenta que muchas desarrollan servicios sociales de interés público”, relativiza Bonastra. Sin embargo, la encuesta apunta que la mitad de las cooperativas se muestran preocupadas por su grado de dependencia de los ingresos procedentes de la Administración Pública.

Más allá de la fuente de ingresos, destaca el dinamismo en la contratación de trabajadores, que se ha producido en el 42% de los casos, de nuevo un porcentaje inferior al de hace dos años, cuando se situaba en el 66%. “Tenemos el reto de seguir captando talento y eso pasa por que la figura de la cooperativa goce de más prestigio en las universidades y en las escuelas de negocio: nuestro modelo prácticamente no se estudia”, lamenta.

Además, el sector quiere sacar pecho de la buena salud de sus negocios, ya que en el 74% de los casos las cooperativas han cerrado el ejercicio del 2024 con excedentes. Bonastra lamenta la mala imagen que a veces reina sobre el sector: “Por un caso malo o fraudulento se cuestiona el modelo pero, en cambio, no se hace lo mismo cuando una sociedad limitada o anónima va a la quiebra o es protagonista de una estafa”.

Bonastra remarca que el cooperativismo se presenta como el mejor modelo para afrontar los retos actuales, como la crisis de la vivienda o el cambio climático. “En Catalunya, 125 años de historia nos avalan”, defiende.

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