
La hasta ahora presidenta del grupo parlamentario de la CUP, Laia Estrada, oficializó ayer que renunciará a su acta el próximo mes de septiembre por “discrepancias políticas” con la hoja de ruta de su partido. La decisión, según fuentes del secretariado nacional, hacía meses que se estaba gestando y que se quería hacer el relevo a través de un proceso ordenado con el arranque del nuevo curso político. Sin embargo, una filtración aceleró los acontecimientos y lo que se quería comunicar en septiembre tuvo que adelantarse a ayer.
En septiembre del año pasado, la CUP culminó su fase congresual, que denominó Procés de Garbí. La renovación fue profunda, tanto a nivel orgánico -en la dirección no repetía nadie- como a nivel estratégico y de planteamiento político. Y aquí anida el distanciamiento progresivo de Estrada con algunos de los postulados que se enmarcan en esta nueva etapa de los anticapitalistas. La discrepancia de fondo radica, según fuentes de la dirección, en que la quien fuera su cabeza de lista en las últimas elecciones considera que no se está aplicando una estrategia suficientemente rupturista, mientras que el secretariado nacional sostiene que sí. Tampoco veía claro el levantamiento del veto al PSC.
Ante estas desavenencias, Laia Estrada planteó que, por una cuestión de “honradez” y “coherencia personal”, había elementos estratégicos que no suscribía al 100%. Por ello, consideró que estas cuestiones en las que mostraba sus diferencias le alejaban de liderar el grupo parlamentario. Con todo, en la dirección subrayan que la diputada “no hace una impugnación” de los nuevos postulados, por lo que “no es una ruptura” porque Estrada seguirá militando en este espacio de la izquierda independentista.

Un ejemplo de esta lejanía se halla en el pacto que la CUP alcanzó con el Govern del PSC en materia de vivienda el pasado mes de abril, acuerdo que permitía regular el alquiler de temporada y por el que dio la cara Laure Vega. Ello marcó un punto de inflexión en las relaciones entre socialistas y anticapitalistas, puesto que hasta la fecha no había entente posible ni negociación alguna.
Supuso un cambio de paradigma, porque se abrió una vía para que la CUP abordara más temas con el Govern siempre que sea en los términos que ellos defienden. También se vio con el intento por sacar adelante unos presupuestos para este año. Los anticapitalistas asistieron a las reuniones a las que se les citó, aunque finalmente no hubo negociación posible por la distancia entre sus propuestas y lo que ofrecía el Executiu. Esta disposición a poder negociar, si hay algunas coincidencias, también han marcado la decisión de Laia Estrada.
Así pues, este paso al lado viene de un “proceso largo”, apuntan las citadas fuentes de la dirección, e insisten en que “no es casual” que esto se produzca ahora que finaliza el curso político, algo que vinculan a su intención de haber hecho el anuncio en septiembre -cuando se sustanciará-.
En cuanto a su relevo, la voluntad de los anticapitalistas es anunciarlo en septiembre, puesto que aún se está trabajando en quién reemplazará a Laia Estrada. El siguiente de la lista es Xavi Pellicer, que fue parlamentario en la anterior legislatura, pero su entrada no está garantizada porque “no necesariamente será por orden de lista”.