El cierre de las tres centrales nucleares en Catalunya tendrá importantes sobrecostes económicos y medioambientales. Esta es la principal conclusión de un informe elaborado por la consultora PwC y que cuenta con el apoyo de Foro Nuclear, organización que agrupa a las principales empresas energéticas y de servicios vinculados. En concreto, el estudio estima que extender la vida de las nucleares diez años generará un ahorro mínimo de 5.400 millones de euros en la factura eléctrica.
El socio responsable del sector de Energía en PwC, Óscar Barrero, ha explicado que el cierre nuclear no podrá ser compensada por el uso de renovables. “El 60% de la energía deberá ser compensada por los ciclos combinados”, ha comentado. En este sentido, también ha señalado que estas centrales que utilizan gas natural tampoco garantizan el suministro energético. “Cuando hemos tenido una central nuclear parada y todos los ciclos combinados en marcha, Redeia ha tenido que desconectar industrias electrointensivas para mantener la red”, ha añadido.
El informe plantea un escenario optimista con un sobrecoste de 543 millones de euros al año, pero, en el escenario más negativo (precios del gas más elevados), la cifra podría escalar hasta los 1.221 millones por año. Por otra parte, el cierre nuclear implicaría también un incremento del 28% de las emisiones de CO2 así como de partículas NO2.

El cierre nuclear se aprobó en un protocolo por el Gobierno y las eléctricas en 2019. “El entorno ha cambiado mucho. Cuando eso pasa, el responsable tiene que sentarse y repensarlo”, ha explicado el presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce. Entre los factores que han dibujado un nuevo escenario son la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania y las tensiones en Oriente Medio. “Ahora tenemos que tener claro también que el principal suministrador de gas en España es Estados Unidos”, ha comentado Araluce sobre las actuales hostilidades entre Europa y el gigante norteamericano.
“No podemos prescindir de la energía nuclear en Catalunya porque tendremos un apagón eléctrico”, ha asegurado el director de desarrollo sostenible en Foment del Treball, Salvador Sedó. El directivo ha apuntado que la economía ha tenido suerte porque las previsiones de incremento de demanda eléctrica no se han producido por varios factores, como la lenta introducción del vehículo eléctrico pero, aún así, el sistema se ha tensionado en varias ocasiones. En paralelo, Sedó ha recordado que la implantación de renovables no está avanzando como debería y que actualmente tanto la comunidad autónoma como España en general cuenta con una ventaja competitiva para atraer proyectos industriales.