Las patronales europeas alertan de que los aranceles pactados son muy altos

El acuerdo comercial entre la UE y EE.UU. deja unos aranceles demasiado altos que minan la competitividad de las empresas europeas, según han apuntado varias patronales afectadas por las tasas del 15% para las exportaciones comunitarias pactadas entre Bruselas y Washington. Las asociaciones piden más detalles para poder valorar del todo el acuerdo, pero advierten que seguirán lastrando el comercio.

Una de las más críticas es la patronal alemana del sector químico-industrial VCI, que advierte que las nuevas tasas aún dañan a la industria europea. “Si te estás preparando para un huracán, agradeces una tormenta”, ha planteado el presidente de la entidad, Wolfgang Große Entrup. “Los aranceles acordados son muy elevados, las exportaciones europeas pierden competitividad”, se advierte.

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La patronal europea de fabricantes de automóviles, ACEA, ha acogido con satisfacción el acuerdo, que ve “un paso importante para aliviar la intensa incertidumbre”, pero el hecho de que se mantengan aranceles del 15% para los coches “seguirá teniendo un impacto negativo no solo para la industria de la UE, sino también para la de EE.UU.”, según su directora general, Sigrid de Vries. 

El sector pasa de un panorama de tasas del 27,5% al 15%. “Aún quedan muchos elementos del acuerdo por aclarar”, se afirma. La asociación ha pedido “centrarse en reducir los obstáculos al vital comercio transatlántico”, con “vínculos económicos más fuertes y una prosperidad compartida”, ha dicho De Vries.

Menos alegrías se respiran en el acero. Eurofer dijo este lunes que el impacto del acuerdo comercial “sigue siendo dramático” para el sector porque Washington mantiene un arancel del 50% sobre este tipo de productos.

Francia habla de “un día sombrío” para los intereses europeos

AmCham EU, Cámara de Comercio de EE.UU. en España, se muestra más positiva. Asegura que el acuerdo “supone un respiro para las empresas que se preparaban para una disrupción significativa en las cadenas de suministro globales” y es “una desescalada muy necesaria”.

En el sector del vino se muestran mucho más preocupados, planteando que el 15% puede tener un “grave impacto” sobre el sector y las ventas exteriores, según el Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV). De ahí que se pida que a través de las negociaciones se entre en la categoría “cero por cero”, sin aranceles, donde se han incluido algunos productos agrícolas. En el caso español, el comercio de las bodegas podría caer un 10%, según un primer balance del sector. 

En un tono similar, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), otro de los sectores clave en los intercambios con EE.UU., ha planteado que el acuerdo es “injusto y desequilibrado”. “Es mejor un acuerdo que una guerra comercial abierta, pero no nos resignamos a que las exportaciones estén penalizadas con un arancel del 15%. Es una imposición de EE.UU. que rompe con el equilibrio del libre comercio”, ha asegurado el presidente de FIAB, Ignacio Silva, quien aboga por medidas de apoyo y acompañamiento al sector, sobre todo para las pymes.

En el campo, la imposición del 15% es “totalmente negativo” para sus intereses, si bien “hay que esperar a ver realmente cómo se aplican”, han señalado organizaciones agrarias como Asaja, COAG y UPA con el aceite de oliva en mente.

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Desde el frente político, las reacciones tampoco se han hecho esperar. El canciller alemán, Friedrich Merz, valora que el pacto “evita una escalada innecesaria en las relaciones comerciales”. “Logramos preservar nuestros intereses fundamentales, aunque me habría gustado ver un mayor alivio”, ha dicho a renglón seguido. En Francia, una de las voces más críticas, se apunta que es “un día sombrío” para los intereses europeos y que el acuerdo es una “sumisión” a EE.UU., según el primer ministro François Bayrou. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, apunta que el acuerdo “es sostenible” y evita un escenario “potencialmente devastador”, pero se necesitan ver los detalles. 

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