
Adiós al uniforme blanco, adiós a la escuela naval, adiós al Juan Sebastián de Elcano y adiós al día a día en la mar. La princesa Leonor ha puesto fin este miércoles, acompañada de los Reyes y de la infanta Sofía, a su etapa de formación como guardiamarina que comenzó a finales del pasado mes de agosto y concluye, en el día de la Virgen del Carmen, patrona de la Armada, con la ceremonia de entrega de despachos en la Escuela Naval Militar de Marín. La próxima vez que la princesa se pongo un uniforme será el 1 de septiembre cuando ingrese en la Academia del Aire, en San Javier (Murcia).
En un día caluroso y festivo, la Escuela Naval ha sido escenario de su día grande, en un año especial por la presencia entre los alumnos de la princesa Leonor. Faltaban 20 minutos para las 12 cuando, tras la llamada de corneta, decenas de alumnos (los aspirantes de primer y segundo curso; los guardiamarinas de tercer y cuarto curso y los ya casi oficiales de quinto) han aparecido corriendo en formación hasta alcanzar sus puestos, entre la tribuna presidencial y las de los familiares. Ha entrado la bandera nacional y se han presentado novedades a las autoridades a la llegada de la ministra de Defensa, Margarita Robles y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda.

La princesa Leonor recibe la Gran Cruz al Mérito Naval de manos de su padre, el rey Felipe VI, durante la entrega de reales despachos a los nuevos oficiales en la Academia Naval de Marín
A las 12 en punto, han llegado los Reyes y la infanta Sofía, y tras los honores preceptivos al Jefe del Estado, el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Piñeiro Sánchez, ha pedido permiso al Rey para comenzar la ceremonia. El Rey lucía uniforme de gala de la Armada, la Reina ha elegido un vestido azul marino con cintas blancas de Vogana y la infanta Sofía, un blusón blanco y pantalón negro.
Entre los casi quinientos alumnos que formaban el batallón de alumnos de la Escuela Naval, se encontraba la guardiamarina Borbón que ha escuchado junto a los compañeros, con los que ha compartido los últimos diez meses, la lectura del Real Decreto de concesión de la Gran Cruz al Mérito Naval, una distinción que reconoce la formación y compromiso con la carrera militar de la princesa de Asturias

La reina Letizia y la infanta Sofía con la ministra de Defensa, Margarita Robles
Orgullo de Rey y emoción de padre ha marcado el momento en el que Felipe VI ha impuesto la condecoración a su hija, ante la mirada de satisfacción de la Reina y el guiño cómplice de la infanta Sofía. Tras ello, Leonor se ha dirigido a su madre y a su hermana, ambas sentadas en tribuna. Letizia y Sofía han felicitado a la heredera, con besos y abrazos. Leonor ha dejado en ese momento de ser la guardiamarina Borbón para pasar a ser la princesa de Asturias y ya no ha vuelto a la formación junto al resto de alumnos para para situarse en la presidencia junto a los Reyes y la infanta.
Con motivo de la finalización de su formación en la Escuela Naval Militar, la princesa de Asturias ascenderá al empleo de guardiamarina de segundo (4º curso), el mismo que el resto de sus compañeros, con los que ha realizado su formación durante el curso académico 2024—2025, pero ya no pertenecerá a la Armada, ni utilizará el uniforme. Leonor no tendrá su despacho de oficial, en cada uno de los cuerpos de las Fuerzas Armadas, hasta que complete su formación militar tras su paso por la Academia del Aire y los cadetes con los que comenzó estudios en la Academia Militar de Zaragoza obtengan su despacho.

La princesa Leonor durante la entrega de reales despachos a los nuevos oficiales en la Academia Naval de Marín
Tras la imposición de la condecoración a la princesa Leonor, la ceremonia ha seguido con las preces de acción de gracias y y canto de la Salve Marinera, que han seguido tanto el Rey como la princesa Leonor. Seguidamente se ha desarrollado el acto de jura de bandera de los aspirantes de primero de la escala de oficiales. Tras la jura, el Rey ha impuesto condecoraciones y ha entregado los Reales Despachos a los nuevos oficiales que han obtenido el número uno de sus promociones, entre los que se encontraba la teniente de navío Sara García-Cubillana López.
El desfile del batallón de alumnos, seguido del de los nuevos oficiales ha cerrado un acto que, tras los sones del himno nacional, ha acabado con el tradicional y festivo “rompan filas”; las gorras al aire y los abrazos.