
Años de conversaciones en un chat de WhatsApp terminan en un libro. El debate interno del partido de Giorgia Meloni ha quedado al descubierto en Fratelli di chat (Hermanos de chat ) , un ensayo que se publica hoy, escrito por el periodista de Il Fatto Quotidiano Giacomo Salvini. Con más de 300 páginas, el libro revela detalles útiles para comprender las decisiones de la actual primera ministra italiana. En el libro hay de todo: insultos a los aliados de gobierno, duras acusaciones contra el expresidente estadounidense Joe Biden, teorías conspirativas sobre el asalto al Capitolio, peleas internas y hasta elogios a Mussolini.
Los chats de WhatsApp cubren el periodo del 2018 al 2024, es decir, la fase en la que el pequeño movimiento ultraconservador crece hasta convertirse en lo que la influyente hermana de la primera ministra, Arianna Meloni, ha bautizado como “el partido de la Nación”. Para dar este salto, había un obstáculo que eliminar: Matteo Salvini. Hoy el líder de la Liga es vicepresidente de Meloni y un socio clave del gobierno, pero antes del 2022 los dos partidos de derecha solían estar en trincheras opuestas: la Liga en el poder y Hermanos de Italia en la oposición. Las tensiones, que los protagonistas siempre han minimizado, resultaron ser mucho más duras de lo que se pensaba.
Dudas sobre la victoria de Biden en el 2020: ‘La izquierda manipula las elecciones”
Las críticas a Salvini (líder de “un partido sin honor” escribe Meloni) no escasean. El actual subsecretario de la presidencia, Giovanbattista Fazzolari, quizás el colaborador más cercano a Meloni, lo llama “ministro niñato”, en referencia a sus posturas internacionales. Guido Crosetto, fundador de Hermanos de Italia y hoy ministro de Defensa, va aún más lejos y lo tilda de “borracho”. La propia Meloni, cuando la Liga decide sumarse al gobierno de Draghi en el invierno del 2021, lanza un dardo: “No entiendo la postura de Salvini. Suponiendo que él mismo la haya entendido”.
La filtración de estos chats, adelantada ayer en dos artículos de Il Fatto Quotidiano , ha sido recibida con un silencio embarazoso en Hermanos de Italia y la Liga. La orden interna es no comentar nada hasta conocer el contenido del libro, que llega hoy a las librerías. Para la oposición, el material es una mina de oro. “Hipócritas”, dice Nicola Fratoianni, líder de la alianza Verdes e Izquierda. Matteo Renzi, ex primer ministro y líder del partido centrista Italia Viva, subraya las contradicciones: “¿Quién va a dimitir hoy?”.
El libro también deja en evidencia el momento en que Meloni logra dar el salto hacia una legitimidad internacional: la guerra en Ucrania. En cuanto los tanques rusos cruzan la frontera, la líder de Hermanos de Italia se da cuenta de que, a diferencia de Salvini, debe posicionarse sin ambigüedades del lado de Kyiv. “Le escribí a Draghi para decírselo”, les dice a sus parlamentarios. En los chats, sus dirigentes reaccionan con indignación: “Biden es un belicista”, escribe uno. El actual ministro de Exteriores, Edmondo Cirielli, añade: “Biden es un infame vendido a los lobbies de las armas”. Meloni parece compartir la opinión, pero impone disciplina: “La estrategia de los demócratas estadounidenses era errónea. Pero no debemos confundirnos: ahora que la guerra ha comenzado, no es momento de matices. Con Occidente y la OTAN, sin peros ni condiciones. Les pido que vigilen que no haya posturas que puedan generar confusión”.
Un año antes, el 6 de enero del 2021, el Capitolio era asaltado. Meloni y sus allegados intercambian mensajes en los que dudan tanto de la victoria electoral de los demócratas como de la naturaleza del ataque al Congreso: “La izquierda ya no lo oculta: su tesis es que la democracia, en el fondo, no puede ser otra cosa que una forma de oligarquía. ¿Elecciones? No se hacen. Y si se hacen, cambian las reglas. Y si no lo logran, tal vez hagan fraude. Y tú, callado. Si protestas, toman a cuatro imbéciles (que siempre hay en cualquier manifestación), los llevan a un lugar simbólico y luego dicen que los enviaste tú. Y tú, callado”.
Dos años después, Meloni sería recibida en la Casa Blanca con todos los honores por el mismo Biden.