
La familia Abu Shaban viajaba en una furgoneta en la ciudad de Gaza cuando fue alcanzada por un tanque israelí la noche del viernes. Al menos 11 miembros, entre ellos tres niños, murieron en el acto, en el ataque más mortífero en la franja desde la entrada en vigor del alto el fuego hace ocho días.
Según el portavoz de Defensa Civil de Gaza, Mahmoud Basal, el ejército israelí abrió fuego contra el vehículo cuando se dirigía a su casa para inspeccionarla, en una zona cercana a la conocida como “línea amarilla”, donde las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) se han establecido después de la retirada y donde siguen operando. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró que estas posiciones militares, poco claras para los vecinos, serán señalizadas pronto “para mayor claridad”.
“Alivio generalizado” entre los gazatíes que regresan a sus casas, explica Suhail desde la capital del enclave
“Todavía no nos sentimos seguros caminando por las calles”, dice a La Vanguardia Suhail, quien ha permanecido durante todo el asedio en la capital de Gaza. A pesar de ello, proclama un “alivio generalizado” entre la población civil después del fin de los bombardeos masivos, y reza para que “el acuerdo aguante”.
Hamas, por su parte, acusa a Israel de haber quebrantado la tregua hasta en 47 ocasiones desde su implementación, en acciones que han dejado 38 muertos. El Gobierno del enclave denuncia “delitos de fuego directo contra civiles, bombardeos y ataques deliberados contra civiles y hasta la detención de varios civiles”.
“Estas violaciones han sido registradas en todas las gobernaciones de la franja de Gaza sin excepción y confirman que las fuerzas de la ocupación no han cesado su agresión y mantienen su política de asesinar y aterrorizar al pueblo palestino”, declaró Hamas en un comunicado emitido hoy.
“Estamos sacando cuerpos de debajo de las ruinas, sin ningún tipo de maquinaria”, dice Suhail, quien ayer consiguió enterrar a una amiga. “Hicimos el funeral de noche. Excavamos la tierra con nuestras propias manos”, narra. Se desconoce el número de cuerpos desaparecidos durante dos años de guerra y que no han podido ser recuperados hasta ahora. El cese de los ataques aéreos ha permitido que empiecen las operaciones de rescate, lo que ha hecho que el número de víctimas de la ofensiva en la franja aumente hasta 68.000 personas.
Suhail asegura que la prioridad de los gazatíes es reconstruir sus vidas, bajo el Gobierno de Hamas o sin él. En ese sentido, el partido palestino Fatah, que controla la Autoridad Nacional Palestina (ANP), acusó este sábado al grupo islamista de priorizar sus “intereses sectarios” al negarse a desarmarse. “Después de dos años de genocidio, destrucción y desplazamiento de nuestro pueblo en la franja de Gaza, Hamas debería haberse alineado con la voluntad y los mejores intereses de su pueblo, en lugar de seguir dándole la espalda a la trágica realidad creada por años de gobierno unilateral”, dijo Abdel Fattah Dawla, portavoz de Fatah, según recogió la agencia de noticias palestina Wafa.
“Estar vivo es un milagro. Hemos perdido a tanta gente, que lo único que deseamos es que todo se detenga y podamos vivir. Solo eso”, confiesa Suhail, lleno de un optimismo que escasea en las mesas de diálogo.