Las ‘mamás’ brasileñas de muñecas hiperrealistas o ‘reborn’, reunidas en uno de sus encuentros mensuales en São Paulo, defienden el “arte” detrás de estas piezas de coleccionista, frente a los recientes ataques que han recibido al viralizarse en redes sociales.
Muñeca hiperrealista
En un parque soleado de São Paulo, un grupo de mujeres pasea orgullosa a sus bebés en carritos. Quien se acerque, conmovido por las barriguitas y cabellos suaves, se llevará una sorpresa. No son niños de verdad, sino muñecas hiperrealistas Reborn, cuidadosamente pintadas y peinadas con esmero. Para sus dueñas, no son juguetes, sino pequeñas obras de arte.
Pero no todo ha sido ternura. La viralización de videos en redes sociales desató burlas e insultos hacia las coleccionistas a quienes se acusan de usar estos muñecos para obtener beneficios sociales. La polémica ha llegado al Congreso con propuestas de ley para regular su uso y hasta una iglesia en Bahía aclaró que no bautiza muñecas.
