Mangione se declara “no culpable” del crimen que le ha convertido en mito

Luigi Mangione, de 26 años, tenía todos los números para ser alguien con éxito en la vida, según el concepto tradicional.

Nacido y crecido en una familia de bien de Maryland, adinerada, él es un tipo de aspecto agradable e inteligente que se licenció cum laude por la Universidad de Pensilvania (Filadelfia), integrante de la Ivy League, los centros educativos de la élite en Estados Unidos.

Unas decenas de personas se manifiestan ante el tribunal de Nueva York pidiendo su libertad

Un tipo brillante en matemáticas, ciencias y tecnología. Ahí estaban los mimbres para forjar y disfrutar de una buena existencia. Pero optó por otra senda, la del presunto criminal que, sin embargo, le está reportando una fama de anti héroe con la que jamás soñó.

Decenas de personas se manifestaron este viernes ante el tribunal federal de Nueva York y bastantes lograron sentarse en la sala donde escucharon a Mangione declararse “no culpable” del asesinato de Brian Thompson, jefe ejecutivo de UnitedHealthcare, la mayor empresa de seguros médicos.

Era su primera comparecencia una vez que la fiscalía, por orden de Pam Bondi, secretaria del Departamento de Justicia, ordenara pedir pena de muerte.

El pasado 4 de diciembre, el presunto autor, enmascarado, disparó por la espalda cuando el empresario iba a un hotel de Times Square, en Manhattan, para la reunión anual de accionistas. Mangione huyó en bicicleta. Lo detuvieron a los cinco días en Altoona (Pensilvania).

En la documentación entregada por el ministerio público la tarde del jueves se subraya que el procesado representa un peligro futuro que ya ha causado impacto en la familia, amigos y compañeros de trabajo de Thompson. “Su intención era atacar a toda la industria y generar oposición a ella recurriendo a la violencia letal”, sostiene la fiscalía contra el acusado.

Los letrados de la defensa, liderados por Karen Friedman Agnifilo, ya han calificado esa petición de pena capital como de respuesta “bárbara”. La describieron como “una pirueta política” del gobierno Trump.

Mangione fue llevado este viernes ante el tribunal esposado y encadenado, vestido con el mono penitenciario de color canela, por encima de una camiseta blanca de manga larga. Habló con sus abogados y en algún momento sonrió. También se le pudo ver hojeando papeles que estaban sobre la mesa.

Sus fans, que incluso le escriben cartas de amor, no se perdieron ni un detalle en su aparición. Entre estos se encontraba Chelsea Manning, que cumplió cárcel por desvelar secretos de inteligencia. En silencio, porque la protesta estaba afuera. Manifestarse a favor de Mangione resulta ahora menos incorrectamente político, puesto que la queja tiene un nuevo argumento y se justifica por la lucha contra la pena de muerte.

En las pancartas presentes se recordaba el origen de la leyenda, el mito surgido de la conspiraciones online: “La atención médica es un derecho humano, las vidas por encima de las ganancias, libertad para Luigi”.

Otros llevaban el cartel con el lema en contra de las aseguradoras: Deny (negar); Delay (retrasar); Depose (deponer). Mangione lo popularizó porque estas palabras, supuestamente, las grabó en las balas que mataron al ejecutivo.

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