

Los concejales del pleno del Ayuntamiento son conscientes del “ruido y la crispación” que impera en el debate, pero parece imposible que en estas sesiones el relato supere al mensaje y que los adjetivos sobre corrupción, opacidad o criminalidad sean los que más recogen los micrófonos de los escaños.
En el pleno de este martes la situación de Barajas, el atropello de una niña por el coche en el que viajaba el director de la Policía Municipal o el cantón de Montecarmelo han vuelto a ser los pilares de esta sesión donde el Alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, le ha prometido a la portavoz socialista, Reyes Maroto, que no le aplicará más “adjetivos gruesos” para definirla, como el de “monja Ursulina”.
Almeida versus Maroto
Eso sí, le ha rogado con ironía que “aguante”, que “resista”, que no se vaya: “Usted dice que ya no espera nada de mí y yo le digo que todavía no sé cuál es su táctica política. Lo que sé es que los 29 concejales del grupo Municipal Popular nos ofrecemos para apoyarla como próxima candidata del Partido Socialista en la ciudad de Madrid”.
Y el rifirrafe entre PP y PSOE se ha iniciado durante el primer punto en el que la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, en su defensa sobre la actuación del ayuntamiento en los centros educativos públicos, donde le ha reprochado a la concejal María Caso que le da “pereza intelectual” contestarle.
Pero no ha sido así, y Sanz sí que le ha respondido con calificativos de “corruptos” al PSOE y le ha recriminado a Caso que en vez de “mentir” en su intervención, no se ocupe del “Gobierno más opaco de la democracia” que “parece más una organización criminal que un partido político”.
Demagogia de todos los partidos
Con acusaciones de “demagogia” de unos a otros, el pleno ha continuado con una situación singular, ya que el presidente del pleno, Borja Fanjul, señalado por la oposición por cómo lleva la batuta de las sesiones plenarias de la capital, ha enarbolado este martes el reglamento orgánico del pleno para recalcar que se aplicará “en su sentido literal, como es lógico”.
“Con soberbia, así actúan. Llevamos dos años trabajando juntos y no espero nada de usted, lo único que trae aquí son descalificaciones y mentiras, porque usted es el bueno y los demás somos el mal, pero ya estamos acostumbrados. Y lo más grave, ningún argumento para defender su gestión, esto se llama ‘Trumpismo’ a la madrileña”, ha censurado Maroto.
El pleno ha avanzado y tras los dimes y diretes la concordia que se vivió durante la pandemia con los llamados Pactos de la Villa ha llegado gracias a la propuesta para eliminar el límite temporal de 2032 como fecha para extinguir la vida de la sociedad mixta de Mercamadrid.
Ha sido la concejal socialista Enma López quien ha solicitado a la bancada popular que abandone el “extremismo” y recuperen la hoja de ruta de esos pactos que se tomaron hace ahora cinco años.
Sin embargo el PSOE ha vuelto a encender la mecha del pleno al sacar en su discurso al presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y su gestión en la dana. Y tras esa mención, Almeida ha salido a contestarle a Maroto, pese a que no estaba previsto, según ha reconocido: “estaba tan tranquilo en mi escaño”.
Ha sucedido en una proposición de Vox relacionada con la energía a cuenta del histórico apagón de finales de abril, donde Almeida ha aprovechado para recordar que mañana celebrarán que hace dos años ganaron las elecciones a la alcaldía de Madrid por mayoría.
“Aprovechen el día de mañana y piensen por qué sacaron el peor resultado”, ha retado a Maroto el primer edil madrileño.
Con la tuna universitaria madrileña, y el reconocimiento que ha perdido VOX en una iniciativa, el concejal de Más Madrid, Nacho Murgui, expulsado la semana pasada del pleno por Fanjul, ha usado su tiempo de intervención para recriminar a Almeida su actitud “cínica” durante el pleno.
El broche de bronce, que no de oro, lo ha puesto el delegado de Asuntos Sociales, José Fernández: “Viva los pagafantas del PSOE”.