
Elon Musk se ha despedido de la Casa Blanca en una última rueda de prensa desde el despacho oval junto al presidente Donald Trump. En su intervención, ambos multimillonarios han defendido el “éxito” de sus recortes de programas sociales, el desmantelamiento de agencias y los despidos de funcionarios, que consideran un ejemplo de la eliminación del “fraude masivo” de la Administración y del contrapoder burocrático. También han tratado de acallar las informaciones que revelaron sus choques internos, tanto entre Musk y los secretarios del Gabinete, como entre el empresario y el mandatario.
“Hoy es un día sobre un hombre llamado Elon. Uno de los mejores líderes que el mundo jamás ha creado. Dio un paso al frente para poner su enorme talento al servicio de nuestra nación, y se lo agradecemos. Ha trabajado incansablemente, ayudando a liderar el programa de reforma gubernamental más amplio y trascendental en generaciones. Y ya saben el tipo de cosas que él y su equipo han descubierto. Ha reunido a un grupo de personas muy inteligentes, y han encontrado cosas que son realmente increíbles”, ha dicho Trump, llenando de elogios la apertura de la rueda de prensa, así como de ejemplos del “fraude” que presuntamente ha encontrado Musk, incluyendo algunas afirmaciones que han sido demostradas falsas, como que la Administración Biden ”gastó 8 millones de dólares en convertir ratones en transgénero”.
“Esto no es el final del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), sino realmente el comienzo”, ha asegurado Musk al tomar el uso de la palabra. “Mi tiempo como empleado especial tenía que terminar necesariamente, venía con fecha de caducidad. Pero el equipo de DOGE no hará más que fortalecerse. Con el tiempo, su influencia solo se hará más fuerte. Es comparable, en cierto modo, a una persona budista: es como una forma de vida”.
El consejero delegado de Tesla seguirá vinculado al Gobierno, aunque desde una posición más distante, “dando consejos cuando el presidente me lo requiera”, ha confirmado Musk. Abandona su cargo de “empleado especial”, que le ha permitido evitar el proceso de confirmación en el Senado, que implica una investigación ética sobre sus conflictos de interés. En 130 días (el límite para un empleado especial) al mando del DOGE, el órgano consultivo manifiesta que ha reducido la fuerza laboral en 250.000 trabajadores y ha ahorrado 160.000 millones de dólares, aunque no ha presentado evidencia sólida de ello.
De hecho, pese a los recortes, el gasto federal ha seguido en aumento durante los cuatro meses de Trump en la Casa Blanca, lejos del objetivo de reducir el déficit en 2 billones de dólares, como prometió Musk en campaña, o 1 billón, como prometió después de las elecciones. Ese trabajo –que en algunas decisiones ha sido declarado ilegal por la justicia por la invasión de competencias del legislativo– lo continuará, según medios estadounidenses, el ultraconservador Russell Vought. Actualmente, Vought es el director de la oficina de presupuestos y uno de los redactores de Project 2025, el plan de gobierno de Trump creado por el centro Heritage Foundation.
Su misión ha sido desde el principio reducir la burocracia para hacer al gobierno más eficiente. Pero algunas de las medidas recomendadas por DOGE han repercutido negativamente en la eficiencia. Por ejemplo, la eliminación de una unidad tecnológica de la Administración de Servicios Generales que ayudaba a mejorar los servicios digitales en todas las agencias, o el fomento del regreso a la oficina pese a la escasez de escritorios, acceso a internet e incluso papel higiénico en algunas sedes debido a los recortes.
La salida de Musk se produce el mismo día que ‘The New York Times’ publica un reportaje sobre su abuso de drogas
La salida de Musk de Washington se produce después de que esta semana expresara su “decepción” con el proyecto de ley de rebaja fiscal y presupuestos apoyado por Trump en el Congreso, que la propia Cámara de Representantes prevé que añadirá 2,3 billones de dólares al déficit en la próxima década si es aprobado por el Senado. Durante la rueda de prensa, Trump ha defendido este “fantástico proyecto de ley” y ha asegurado, preguntado por las declaraciones de Musk, que “va a ser reajustado un poco en las próximas semanas” para añadir más recortes.
Fue el último desencuentro de una serie de choques a lo largo de estos cuatro meses. Musk no solo recibió la enemistad de algunos de los principales representantes del movimiento MAGA (Make America Great Again), como el estratega de Trump Steve Bannon, también confrontó con algunos de los secretarios nombrados por el mandatario. En una tensa reunión de Gabinete, el secretario de Estado, Marco Rubio, le denunció abiertamente que hubiera tomado de forma unilateral algunas de sus medidas, como, el desmantelamiento de la agencia de ayuda exterior (USAID) o el ultimátum a todos los funcionarios con un correo en el que pedía que declararan lo que habían hecho en la última semana o iban a ser despedidos.
Como parte del trabajo realizado por DOGE, el órgano ganó acceso a datos sensibles de los estadounidenses, que combinó con bases de datos más grandes para su toma de decisiones. Múltiples jueces cuestionaron la legalidad de esa acción, aunque finalmente la justicia le dio la razón. La Administración Trump está usando ahora esos datos para otros fines, como la localización y deportación de inmigrantes.
El distanciamiento de Musk del poder también llega el mismo día en el que un reportaje de The New York Times asegura que “consumía drogas mucho más intensamente de lo que se sabía” hasta ahora, citando a fuentes anónimas de su entorno. Al ser preguntado, Musk ha rechazado en la rueda de prensa hacer comentarios al respecto y ha acusado al mensajero como “el mismo medio al que se le acusó de investigar el Russiagate con información falsa”.
Según el periódico, el aumento del consumo se produjo en paralelo a su apoyo a Trump durante la campaña electoral, el mismo día que intentaron asesinar al republicano el 13 de julio en Butler (Pensilvania), y en los meses posteriores, en los que se convirtió en el mayor donante individual del republicano. Sin embargo, el Times señala que no está claro si ese consumo se extendió a su etapa en el poder, de la que ha disfrutado en un edificio contiguo a la Casa Blanca.
Musk confirmó en el 2024 que había estado tomando ketamina bajo prescripción médica para tratar estados de ánimo negativos, pero el periódico estadounidense reveló, según personas familiarizadas, que “consumía ketamina a menudo, a veces a diario, y la mezclaba con otras drogas”. La Casa Blanca ha restado importancia al consumo, pues, en palabras del subdirector de Gabinete Stephen Miller, “las drogas que me preocupan son las que cruzan la frontera procedentes de los cárteles criminales que están matando a cientos de miles de estadounidenses”.
Ahora que Musk se despide de la Casa Blanca, volverá a centrar su atención en sus empresas, que han sufrido importantes caídas en ventas y en valor como consecuencia de su implicación política. Tesla, su principal fuente de fortuna, vio como muchos de sus compradores vendieron sus vehículos, y sufrió protestas y vandalismo por parte de algunos manifestantes. La frustración de la junta de la empresa fue tal que se planteó reemplazar a su propietario del cargo de consejero delegado.