No sólo las abuelas, también las escritoras pueden ser “terroristas”

El Gobierno británico tiene una definición muy sui géneris de lo que es terrorismo, que no implica atentar contra la vida o el bienestar físico de nadie. Primero metió en el saco a sacerdotes, ex jueces y jubilados de más de ochenta años, y ahora ha amenazado con incluir a la escritora irlandesa progre Sally Rooney. En un mundo en el que se mata por los minerales raros, la libertad de expresión es cada vez más uno de ellos.

¿Qué es lo que une a Rooney (de 34 años, autora de best sellers como Gente normal, y ¿Dónde estás, mundo bello? ) con las hasta ahora más de setecientas personas detenidas desde julio, muchas de ellos en el otoño de su vida, bajo la ley antiterrorista del Reino Unido? Muy sencillo: apoyan al grupo Acción Palestina, que denuncia el genocidio de Gaza.

Sally Rooney dice que dedicará las ganancias de sus novelas a apoyar a Acción Palestina

Rooney escribió un artículo el pasado fin de semana en el diario The Irish Times anunciando la intención de dedicar parte de los ingresos por sus libros a apoyar a Acción Palestina, organización proscrita desde hace un mes en este país como venganza porque sus activistas saltaron la valla de seguridad que rodea la base aérea de Brize Norton cerca de Oxford (escenario de protestas antinucleares en los años ochenta), y arruinaron con espray los motores de dos aviones caza. Repararlos, según el Gobierno, va a costar alrededor de diez millones de euros en una época de vacas flacas en las que no hay dinero ni para los servicios básicos. Pero, sobre todo, fue una humillación, al resaltar la falta de seguridad en una de las principales instalaciones militares del país.

El primer ministro Keir Starmer (que en un tiempo fue abogado especializado en derechos humanos) y su ministra de Interior, Yvette Cooper, quieren ganar votos a la extrema derecha imitando sus políticas en materia de inmigración y ley y orden. Aunque sin llegar a proponer la devolución de extranjeros e incluso nacionales a sus países o los de sus progenitores, porque todavía hay categorías…

La polémica por la catalogación de Acción Palestina como terrorista, a la altura de Hamas, Hizbulah o los rusos de Wagner, bulle cada vez más, habiéndose arrepentido numerosos diputados y lores de haber hecho caso al Gobierno y votado la ley. Miembros del grupo han recibido permiso para apelar y el asunto está pendiente de lo que digan los Tribunales.

Expertos legales han advertido a Rooney, que pasa mucho tiempo en el Reino Unido, de que podría ser detenida como terrorista si expresa su apoyo a Acción Palestina en un festival literario, por ejemplo. “Financiar a esa organización es un delito según la ley, y la policía actuaría de manera acorde”, ha señalado un portavoz de Downing Street, sin mencionar a la escritora por su nombre.

“Mis novelas, al menos por el momento, se pueden comprar en librerías y supermercados de Gran Bretaña, y sus adaptaciones son emitidas por la BBC. Quiero dejar claro que pienso dedicar las ganancias de mi trabajo, además de mi presencia pública, a la acción directa contra el genocidio de cualquier manera posible. Desde las sufragistas hasta los defensores de los derechos gays y el movimiento anti apartheid, la resistencia política genuina siempre ha conllevado desafiar la ley de manera intencionada”, escribió Rooney.

Para el Gobierno Starmer, sin embargo,eso es terrorismo. Al margen de la profesión y la edad de los interesados

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