Baleària presentó ayer en València el que será el primer corredor verde marítimo entre los puertos de València y Palma firmando un acuerdo de colaboración con ambas autoridades portuarias. Un proyecto ambicioso que, como señaló el presidente de la compañía, Adolfo Utor, “se anticipará dos décadas al objetivo de cero emisiones para 2050” y para el que empezará de forma “incipiente” a invertir en plantas de biogás.
Para ello, explicó el empresario, empezarán a “intentar convencer” a ganaderos de Castilla y León y norte de Catalunya (Girona, especificó) para suministrarse en plantas de transformación de purines en biogás. Una operación para la que Utor reconoce necesitar “apoyo institucional” y para la que hará falta una inversión importante, “tanto como el valor de un propio barco”. Aseguró Utor que una opción es hacerlo de manera privada, buscando ganaderos y una fórmula de financiación externa: “en función de precio del mercado, estaríamos hablando de como mínimo para estos dos barcos (los que se usarán en el corredor Palma-València) plantas por un valor de 300 millones de euros”.

Lo explicó el empresario tras presentar el primer corredor verde marítimo entre València y Palma para 2023, una infraestructura a la que destinará dos de sus buques dotados con motores duales que consumirán únicamente biogás en 2030, consiguiendo las cero emisiones. Además, Baleària explicó que incorporará baterías a bordo para disponer de electricidad renovable para usos auxiliares durante la navegación e instalará sistemas de conexión OPS a bordo. Un proyecto pionero para la descarbonización del sector marítimo español y “una apuesta competitiva sostenible”, como remarcó el empresario.
Al primer corredor verde entre València y Palma destinará dos de sus buques dotados con motores duales, que consumirán únicamente biogás en 2030
En su atención a medios el empresario volvió a remarcar el esfuerzo que hace la naviera, y el conjunto del sector marítimo en la descarbonización y propuso un esfuerzo inversor también por parte de las administraciones, habida cuenta de la apuesta económica que asumen compañías como Baleària. “Todas las inversiones que yo estoy planteando son orientadas a la descarbonización, al biogas, a motores de biogá, a electrificación (…) No estamos pidiendo subvenciones”, remarcó el empresario, que asegura esperar que “esas tasas que pagamos vuelvan al sector”.

Baleària ubicó su búsqueda de alianzas ganaderas en territorios eminentemente rurales, como Castilla y León o el interior de Girona. Señaló la existencia de una planta en la Comunidad Valenciana, donde hace tres años el gobierno del Botànic llegó a presentar un ambicioso plan para dotar a la Comunidad Valenciana de hasta 100 plantas de biogás que se conectasen a la red y permitieran reducir parte del gasto que industrias y hogares hacen en gas natural. En aquel momento la Conselleria de Transición Ecológica que dirigía Compromís cifró en 500 millones de euros la inversión necesaria, repartida entre 300 millones provenientes de fondos europeos, 50 del sector privado y otros 150 de la Generalitat Valenciana.
