Nuevos documentos desvelan más experimentos del ejército japonés con humanos

La relación de Japón con su pasado inmediatamente anterior a la Segunda Guerra Mundial sigue generando conflicto. En un país que no ha reconocido haber cometido probados crímenes de guerra, la desclasificación de nuevos archivos militares ocurrida el pasado 15 de mayo ha reabierto heridas. Los nuevos documentos revelan que dos unidades del ejército usaron a civiles y prisioneros de guerra para inocularles virus y practicar vivisecciones.

Los informes, citados por Le Monde, señalan que dos unidades militares, la 1644 y la 8604, participaron en el programa de experimentación biológica. Ambas dependían de la unidad 731, destinada a la experimentación con humanos. Japón reconoció en 1982 la existencia de la unidad 731, pero no sus prácticas, aduciendo falta de pruebas.

Lee también

La unidad 731, y las dos otras unidades conocidas recientemente, experimentaban con prisioneros coreanos, chinos y rusos retenidos principalmente en el estado títere de Manchukuo, instituido en 1931. Entre sus prácticas estaba lanzar pulgas infectadas con virus como el cólera, la peste y el tifus para contagiar a la población y así tener materia para sus estudios, que suponían vivisecciones. 

Destrucción de pruebas

La 731 estaba formada por 3.000 médicos y se estima que entre 3.000 y 5.000 prisioneros —e incontables civiles— sufrieron su tratamiento. Le referían a ellos como maruta, es decir, maderos, ya que su destino una vez muertos eran los hornos crematorios.

La ausencia de pruebas en la que Japón se defiende se debe a que la propia unidad 731 dinamitó sus edificios y destruyó pruebas cuando se vieron cercados por las fuerzas soviéticas en 1945. Solo sobrevivieron los documentos extraídos por Shiro Ishii, que fue detenido por los estadounidenses cuando logró regresar a Tokio.

Lee también Jaume Pi

Foto de la academia para jóvenes estudiantes del siniestro Escuadrón 731

La acción de la unidad 731 quedó completamente olvidada cuando, en 1947 y como parte del Tratado de Paz con Japón se ofreció inmunidad a sus miembros. En el memorando al respecto redactado por el general Douglas MacArthur que se conserva en los Archivos Nacionales de EE.UU. se puede leer, el militar recomienda “obtener datos adicionales” de Ishii y otros arrestados a cambio de “mantener la información en canales de inteligencia y no emplearla como prueba de Crímenes de Guerra”.

También te puede interesar