Opinión de Adam Back divide el mundo bitcoiner en dos

Adam Back, cofundador de Blockstream, encendió otra chispa en la llamada “guerra de clientes” que divide a Bitcoin. En el centro del debate está cómo los softwares Bitcoin Core y Knots trazan la frontera entre qué usos se permiten y cuáles se filtran. 

El planteo de Back ocurre a la espera de la próxima actualización de Bitcoin Core, el cliente de referencia de la red, que llegará en octubre. Su modificación más cuestionada es que ampliará el límite del opcode OP_RETURN hasta 100.000 bytes.   

Ese opcode permite adjuntar datos arbitrarios en las transacciones de Bitcoin, como textos o imágenes. El cambio aumenta el espacio disponible para inscripciones en la cadena, algo que muchos consideran «spam», ya que incrementa el peso de los bloques sin aportar directamente a las transferencias de valor.  

Como lo explicó CriptoNoticias, el fundador de Blockstream días atrás había comunicado que correría la nueva versión de Core (v.30), que llegará en octubre. 

El 20 de agosto, Back publicó en X una reflexión que reavivó esa discusión: 

“Aquí hay un argumento que considero más persuasivo sobre los excesos del intercambio entre spam y uso de la red: a medida que mejora la tecnología de Bitcoin, deberíamos tener mayor fungibilidad criptográfica, y la blockchain debería converger hacia un acumulador criptográfico. No puedes censurar nada, no puedes filtrar nada, porque todo son datos en bruto”. 

Adam Back, cofundador de Blockstream. 

Back recurre a la idea de un «acumulador criptográfico», un mecanismo matemático que permite reunir muchos elementos en un único valor compacto.  

Trasladado a Bitcoin, esto implicaría que los bloques funcionen como un contenedor de datos «indistintos», sin diferenciar si se trata de transacciones, inscripciones u otra información.  

De esa forma, la red avanzaría hacia un registro en el que todo aparece como parte de un mismo conjunto opaco, dificultando la posibilidad de aplicar filtros o censura sobre lo que se incluye en la red.  

Esa idea reforzaría la fungibilidad de BTC, es decir, que cada unidad de la moneda sea equivalente e intercambiable sin marcas que permitan diferenciarla

Para Adam Back, filtrar información de la red puede socavar ese principio de fungibilidad y abrir la puerta a formas de censura. 

Repercusiones de los dichos de Adam Back 

El bitcoiner Shanaka Anslem Perera considera que la fungibilidad (la capacidad de que cada satoshi sea indistinguible de otro) no es solo un aspecto técnico o económico, sino una «ley de la física criptográfica».

Bajo esa perspectiva, cuando Bitcoin logre que todos sus satoshis sean idénticos e imposibles de diferenciar, dejará de ser simplemente dinero y se transformará en una fuerza matemática pura: una especie de «sol criptográfico que ningún Estado, imperio o filtro podrá oscurecer».

Su metáfora enfatiza que la verdadera fortaleza de Bitcoin radica en ser incensurable e imparable en su nivel más fundamental. 

BitcoinMechanic, operador de nodos del cliente Knots, contestó con escepticismo: 

“Suena a que tropiezas con los problemas habituales: se sacrifica la capacidad de auditoría confiable, como ocurre con las transacciones confidenciales. Me interesaría si no fuera tan experimental, y eso probablemente se extiende a la comunidad, por lo que sigue relegado a proyectos como Liquid”.  

BitcoinMechanic, corredor de nodos Knots. 

En su visión, propuestas como la de Back pueden mejorar la privacidad, pero ponen en riesgo la verificación pública de las transacciones, que es el pilar de la transparencia de Bitcoin. 

En la vereda opuesta a Mechanic, Peter Todd, uno de los desarrolladores más influyentes de Core, respaldó el enfoque de Back:  

“Que los bloques estuvieran completamente llenos de basura indistinguible sería excelente para la privacidad”.  

Peter Todd, colaborar de Bitcoin Core. 

Otros miembros de la comunidad ampliaron la discusión hacia el terreno de la libertad de expresión. Una persona añadió:  

“De acuerdo, Adam, muy válido tu punto. Agreguemos también la libertad de expresión. Si estoy dispuesto a gastar 100.000 dólares al año en energía y equipos, y gano un bloque, yo elijo qué incluir en mi bloque”.  

Usuario bitcoiner en X. 

El argumento aquí es que la minería da derecho a decidir sobre los datos que se registran, siempre y cuando se pague la tarifa correspondiente. 

Giacomo Zucco, director de Plan B Network, se sumó al debate con un matiz distinto: 

“Soy escéptico respecto de mantener la larga tradición de filtrado de spam en el mempool de Core y prefiero relajarla, ya que los ataques de spam son tan intensos hoy que podría ser contraproducente sostenerla”.  

Giacomo Zucco, director de Plan B Network. 

Para Zucco, las políticas de filtrado actuales no solo no resuelven el problema del spam, sino que pueden amplificarlo

Otros participantes del ecosistema fueron más duros con Back. AntonBTC, también corredor de nodos Knots, recordó que el filtrado no es nuevo:  

“El filtrado no es censura. Se hace desde hace más de una década. OP_RETURN se introdujo en marzo de 2014 y ya se imponían filtros simples desde 2010. Core 29.0.0 sigue filtrando, limitando OP_RETURN a 83 bytes”.  

AntonBTC, corredor de nodos Knots. 

Además, AntonBTC cuestionó la independencia de los desarrolladores de Core, sugiriendo que sus empleos financiados por compañías los alinean con intereses monetarios que difieren a los de Bitcoin. 

En una línea más pragmática, el desarrollador calleBTC escribió:  

“Usa el filtro de mempool que quieras. Tu mempool, tus reglas. No cambia nada, no me afecta. Lo preocupante es que este teatro artificial impulsado por podcasters y gente sin base técnica divida a la comunidad. Este no es un problema ahora, pero lo será cuando Bitcoin enfrente adversarios reales que busquen bifurcar la red. Los NFT no son un adversario serio. Hemos visto esto en 2017 y volverá a suceder. Es un clásico divide y vencerás”. 

CalleBTC, desarrollador de Bitcoin. 

La discusión deja en claro que el debate sobre cómo manejar el espacio de los bloques no es solo técnico, sino más bien filosófico. 

Mientras algunos defienden la necesidad de filtrar para proteger la red de datos superfluos, otros consideran que el filtrado mismo puede convertirse en un mecanismo de censura.  

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