En un mundo sacudido por la incertidumbre económica, el oro y bitcoin (BTC) emergen como protagonistas de un mercado que busca refugio ante la tormenta.
La guerra comercial entre potencias y un dólar estadounidense en declive han catapultado a estos activos a la atención de los inversionistas.
En este escenario, tanto el metal precioso como la moneda digital consolidan su papel como opciones frente a la inflación y la inestabilidad financiera.
El oro alcanza nuevos récords
El oro ha marcado un hito al registrar nuevos máximos históricos, con su precio situándose en 3.400 dólares por onza.
Este ascenso, que representa un aumento del 100% desde 2020, responde a las crecientes tensiones comerciales y la debilidad del dólar estadounidense.
Uno de los factores que impulsa el precio de este legendario activo es la creciente compra de oro físico. La demanda del metal precioso ha crecido entre bancos centrales y fondos de inversión.
Según el índice DXY, que mide el valor del dólar frente a una canasta de seis monedas extranjeras, la moneda estadounidense ha caído a 98, su nivel más bajo en cinco años.
Este valor, inferior al punto de referencia de 100, establecido en 1973, refleja una pérdida de fuerza frente a divisas como el euro y el yen japonés.
Por ello, el oro ha captado una mayor demanda en un contexto de incertidumbre económica. Los inversionistas, enfrentados a un panorama volátil, ven en el metal una apuesta segura.
Bitcoin repunta y atrae miradas
Mientras tanto, bitcoin ha mostrado signos de recuperación tras un abril turbulento. Durante el mes, su precio osciló alrededor de los 84.000 dólares, pero tras el cierre de Semana Santa, la moneda repuntó un 4%, superando los 88.000 dólares, como reportó CriptoNoticias.
Aunque esta cifra está lejos del máximo histórico de 109.000 dólares alcanzado a principios de 2025, demuestra la resiliencia del bitcoin en medio de la guerra económica entre Estados Unidos y China.
En este sentido, la narrativa del bitcoin como refugio de valor o cobertura contra la inflación gana terreno. La semana pasada, las acciones globales cerraron en rojo, prolongando las caídas de abril, lo que ha llevado a los inversionistas a reconsiderar activos alternativos.
Una muestra de ello, son Los flujos de los ETF de bitcoin al contado que cotizan en Estados Unidos, que habían registrado salidas netas de 708 millones de dólares en la semana previa, dieron un giro positivo con entradas de 13 millones de dólares, según datos de Glassnode. Este cambio sugiere un retorno incipiente de la confianza institucional.
Instituciones observan el horizonte
La firma de inversiones QCP Capital señala que bitcoin enfrenta una resistencia clave en los 88.800 dólares. “Hasta que esta se rompa definitivamente, es demasiado pronto para predecir un cambio de régimen total. Pero si ocurre, esto podría marcar un punto de inflexión importante para la adopción institucional de bitcoin”, indica un informe de la compañía.
De mantenerse la dinámica actual, bitcoin podría atraer una mayor asignación de capital institucional, consolidando su posición en el mercado.
Asimismo, los inversionistas experimentados parecen mantener la calma frente a las tensiones económicas. Las renovadas fricciones comerciales, lideradas por los anuncios del presidente estadounidense Donald Trump, han elevado la incertidumbre.
El enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China genera temores de una recesión global, ya que los aranceles escalados interrumpen las cadenas de suministro mundiales y elevan los costos para empresas y consumidores.
Como lo reportó CriptoNoticias, el pasado 2 de abril, Trump implementó un régimen de aranceles recíprocos a las importaciones de casi 60 países, que luego suspendió por 90 días, exceptuando a China.
Luego de una serie escalada de ajustes en los porcentajes, Estados Unidos impuso aranceles de hasta el 145% a las exportaciones chinas, y Pekín respondió con gravámenes del 125%. Estas medidas, las más altas desde la década de 1930, amenazan con frenar el comercio global, reducir el crecimiento económico y aumentar las presiones inflacionarias, lo que podría llevar a las principales economías a una contracción.
El impulso en el mercado del oro y bitcoin indican que se avecina un dólar estadounidense más débil y más incertidumbre.
Un dólar debilitado y un futuro incierto
El debilitamiento del dólar, evidenciado por el índice DXY que lo ubica en 98, intensifica el atractivo del oro y bitcoin. Este nivel refleja una tendencia bajista que podría prolongarse si persisten las políticas comerciales agresivas y las expectativas de un crecimiento económico más lento en Estados Unidos.
La correlación entre el oro y el bitcoin, alineada por primera vez en años, sugiere un cambio en el sentimiento del mercado, donde los inversionistas buscan protección frente a un dólar más débil y una mayor incertidumbre.
En consecuencia, el escenario actual plantea preguntas sobre el rumbo de la economía global. Mientras los aranceles y las tensiones comerciales dominan los titulares, el oro y BTC se posicionan como termómetros de un mercado que navega en aguas turbulentas.
Un refugio en tiempos de tormenta
A medida que las bolsas globales enfrentan semanas de pérdidas y el dólar pierde terreno, el oro y el bitcoin se consolidan como opciones para los inversionistas que buscan estabilidad.
Aunque el futuro sigue siendo incierto, ambos activos reflejan sobre todo la búsqueda de seguridad en un entorno marcado por conflictos comerciales y volatilidad económica. Las miradas están puestas en los próximos movimientos del mercado, que podrían definir si esta tendencia marca un nuevo capítulo para el oro, el bitcoin y el panorama financiero global.