Volodimir Zelenski visitará hoy la Casa Blanca con un objetivo: lograr que Donald Trump acceda a suministrarle misiles Tomahawk.
El presidente ucraniano hace tiempo que reclama que Washington le deje comprar esta arma para luchar mejor contra Rusia, y en los últimos días su homólogo estadounidense ha insinuado que está dispuesto a ceder. “Si la guerra no se resuelve, puede que envíe unos Tomahawk”, dijo Trump el pasado lunes, en plena celebración por el acuerdo de alto el fuego en Gaza.
Pero ¿por qué es tan importante este proyectil para Ucrania?
Desarrollado por EE.UU. en los años setenta, en el marco de la guerra fría, y utilizado por primera vez en la operación Tormenta del Desierto, en 1991, el Tomahawk es un misil de crucero subsónico de largo alcance diseñado para ataques de precisión. Puede recorrer entre 1.600 y 2.500 kilómetros, dependiendo de la variante; y su carga explosiva ronda los 450 kilos. Se trata de un proyectil difícil de interceptar: no solo es muy rápido, también vuela a baja altitud, así que a menudo queda fuera del rango de los radares. De hecho, los sistemas de defensa rusos ya demostraron su ineficacia ante los Tomahawk en la guerra de Siria.

El Tomahawk, el misil que Estados
Unidos puede proporcionar a Ucrania
para combatir a Rusia
Es un misil de crucero subsónico de largo alcance
y alta versatilidad diseñado para ataques de alta precisión contra objetivos terrestres y marítimos
Sistemas de guía avanzados
GPS, guía inercial y sistemas de localización
activa por radar (TERCOM) y cámara
(DSMAC)para sortear los obstáculos
del terreno y alcanzar el objetivo
Alas
desplegables
Ojiva
Puede ser
de diferentes
tipos según
el objetivo: antibarco,
antitanque, antibúnquer,
de fragmentación, etc.
También puede
ser nuclear
Turborreactor
Propulsor cohete
de combustible sólido
Peso: 1.440-1.600 kg
Ojiva: 454 kg
Velocidad: 885-915 km/h
Altura de vuelo: 30-50 m
Alcance: 1.600 – 2.500 km
Margen de exactitud: 30 m
Puesta en servicio: 1983
Coste por unidad:
1.400.000 $
Desarrollador:
General Dynamics
Fabricante: Raytheon
Usuario:
Armada
de EE.UU.
Vista longitudinal
Última versión
del Tomahawk:
Block V (2020)
Plataformas
de lanzamiento:
Plataforma
terrestre
Typhon
Barcos
Submarinos
Plataforma de lanzamiento
de misiles
Typhon
Funcionamiento
Lanzamiento
El propulsor cohete funciona durante doce segundos, se para
y se desprende.
Entonces, el misil despliega las alas
y activa su turborreactor
Vuelo
El misil usa sus sistemas
de guía GPS, inercial
y TERCOM para sortear
dinámicamente los
obstáculos del terreno
El TERCOM compara,
mediante el radar, el terreno
con un mapa digital
almacenado en la memoria
del misil
Ataque
El misil utiliza su sistema DSMAC para fijar su objetivo y alcanzarlo
El DSMAC compara
la imagen digital almacenada del objetivo con la escena percibida por la cámara
del misil
El Tomahawk se sirve de su baja altitud de vuelo,
su pequeño tamaño y su gran velocidad para ser
prácticamente indetectable por el radar enemigo
Fuente: Elaboración propia

El Tomahawk, el misil que Estados
Unidos puede proporcionar a Ucrania
para combatir a Rusia
Es un misil de crucero subsónico de largo alcance
y alta versatilidad diseñado para ataques de alta precisión contra objetivos terrestres y marítimos
Sistemas de guía avanzados
GPS, guía inercial y sistemas de localización
activa por radar (TERCOM) y cámara
(DSMAC)para sortear los obstáculos
del terreno y alcanzar el objetivo
Alas
desplegables
Ojiva
Puede ser
de diferentes
tipos según
el objetivo: antibarco,
antitanque, antibúnquer,
de fragmentación, etc.
También puede
ser nuclear
Turborreactor
Propulsor cohete
de combustible sólido
Peso: 1.440-1.600 kg
Ojiva: 454 kg
Velocidad: 885-915 km/h
Altura de vuelo: 30-50 m
Alcance: 1.600 – 2.500 km
Margen de exactitud: 30 m
Puesta en servicio: 1983
Coste por unidad:
1.400.000 $
Desarrollador:
General Dynamics
Fabricante: Raytheon
Usuario:
Armada
de EE.UU.
Vista longitudinal
Última versión
del Tomahawk:
Block V (2020)
Plataformas
de lanzamiento:
Plataforma
terrestre
Typhon
Barcos
Submarinos
Plataforma de lanzamiento
de misiles
Typhon
Funcionamiento
Lanzamiento
El propulsor cohete funciona durante doce segundos, se para
y se desprende.
Entonces, el misil despliega las alas
y activa su turborreactor
Vuelo
El misil usa sus sistemas
de guía GPS, inercial
y TERCOM para sortear
dinámicamente los
obstáculos del terreno
El TERCOM compara,
mediante el radar, el terreno
con un mapa digital
almacenado en la memoria
del misil
Ataque
El misil utiliza su sistema DSMAC para fijar su objetivo y alcanzarlo
El DSMAC compara
la imagen digital almacenada
del objetivo con la escena
percibida por la cámara
del misil
El Tomahawk se sirve de su baja altitud de vuelo,
su pequeño tamaño y su gran velocidad para ser
prácticamente indetectable por el radar enemigo
Fuente: Elaboración propia

El Tomahawk, el misil que Estados Unidos puede proporcionar a Ucrania para combatir a Rusia
Es un misil de crucero subsónico de largo alcance
y alta versatilidad diseñado para ataques
de alta precisión contra objetivos
terrestres y marítimos
Sistemas de
guía avanzados
GPS, guía inercial y sistemas
de localización activa
por radar (TERCOM)
y cámara (DSMAC) para
sortear los obstáculos del
terreno y alcanzar el objetivo
Alas desplegables
Propulsor cohete de combustible sólido
Combustible
Ojiva
Puede ser de diferentes tipos según
el objetivo: antibarco, antitanque, antibúnquer, de fragmentación, etc.
También puede ser nuclear
Turborreactor
Última versión del Tomahawk:
Block V (2020)
Vista longitudinal
Desarrollador:
General Dynamics
Fabricante:
Raytheon
Usuario:
Armada de EE.UU.
Plataformas
de lanzamiento:
Plataforma
terrestre
Typhon
Barcos
Submarinos
Peso: 1.440-1.600 kg
Ojiva: 454 kg
Velocidad: 885-915 km/h
Altura de vuelo: 30-50 m
Alcance: 1.600 – 2.500 km
Margen de exactitud: 30 m
Puesta en servicio: 1983
Coste por unidad: 1.400.000 $
Plataforma de
lanzamiento
de misiles
Typhon
Funcionamiento
Lanzamiento
El propulsor cohete funciona durante doce segundos, se para
y se desprende.
Vuelo
El misil usa sus sistemas de guía GPS, inercial y TERCOM para sortear dinámicamente
los obstáculos del terreno
Ataque
El misil utiliza su sistema DSMAC para fijar su objetivo y alcanzarlo
El DSMAC compara la imagen digital almacenada del objetivo con la escena percibida por
la cámara del misil
Entonces, el misil despliega las alas
y activa su turborreactor
El TERCOM compara, mediante el radar, el terreno con un mapa digital almacenado en la memoria del misil
El Tomahawk se sirve de su baja altitud de vuelo, su pequeño tamaño y su gran velocidad
para ser prácticamente indetectable por el radar enemigo
Fuente: Elaboración propia
LA VANGUARDIA

Con esta “arma increíble” –palabras de Trump–, Ucrania podría causar un mayor daño en la retaguardia enemiga. Por primera vez, dispondría de un proyectil capaz de atacar con potencia y precisión gran parte de la Rusia europea, incluyendo Moscú. Los misiles que actualmente emplea el ejército ucraniano, como el Storm Shadow británico o el ATACMS estadounidense, solo sirven para objetivos próximos a la frontera. Es cierto que Ucrania cuenta con un proyectil similar al Tomahawk, el Flamingo –que además fabrica en su propio territorio–, pero todavía está en fase de pruebas y, de momento, resulta mucho más fácil de interceptar.
Los objetivos que el ejército ucraniano querría golpear con el Tomahawk son múltiples: desde centros de mando a bases aéreas, pasando por instalaciones energéticas y plantas de crudo. Según un informe del Instituto para el Estudio de la Guerra, con sede en Washington, el misil tendría a su alcance entre 1.600 y 1.900 instalaciones militares rusas, dependiendo de la variante utilizada. Así, Rusia se vería obligada a destinar más recursos a su defensa aérea, mejorando la protección de puntos estratégicos que ahora solo están expuestos a la amenaza de los drones, cuyo poder destructivo es mucho menor.
Según los analistas, todo esto no provocaría un cambio en la guerra de un día para otro, pero sí que podría equilibrar las fuerzas entre los dos bandos y, sobre todo, abrir la puerta a ejercer una mayor presión sobre el Kremlin para que se siente a negociar. La entrega de los Tomahawk a Ucrania –que sufragaría la OTAN; cada misil cuesta unos 1,4 millones de dólares– supondría la prueba de que Trump quiere comprometerse con Zelenski, algo que parecía impensable hasta hace poco. En ese sentido, el hecho de que Vladímir Putin haya alertado de una escalada si Washington cede a las demandas de Kyiv ya es síntoma de la inquietud rusa.
Eso sí, más allá de saber si Trump finalmente autorizará el uso de los Tomahawk, quedan por resolver otras incógnitas, y nada menores. Una, cuántos misiles podría recibir Ucrania. Según expertos militares, para realizar ataques de forma regular harían falta unos 200, pero se cree que EE.UU. estaría en disposición de entregar entre 20 y 50. Otra, cómo lanzaría los proyectiles el ejército ucraniano: el Tomahawk normalmente se usa desde barcos y submarinos, y para ser empleado en tierra –el caso de Ucrania– hace falta un sistema especial, el Typhon. Queda por ver si EE.UU. proporcionaría también esta lanzadera –hay muy pocas en servicio– o si Kyiv tendría que buscar una alternativa –existen opciones, pero son prototipos–.
Zelenski espera salir de dudas en la reunión de hoy.