PP, Vox y UPN fuerzan que se vote la reducción de jornada la próxima semana en el Congreso

La reducción de la jornada se está acercando a su momento decisivo. La polémica iniciativa del Ministerio de Trabajo, convertida en su propuesta estrella de la legislatura, tuvo que aplazar su paso por el Congreso en julio, a la vista que iba a un fracaso asegurado, y ahora, la próxima semana, tendrá que pasar una prueba determinante. Será el miércoles 10 de septiembre cuando se votarán las enmiendas a la totalidad que han presentado PP, Vox y Junts, en las que se pide la devolución del proyecto al Gobierno.

Es el calendario que ha fijado hoy la Junta de Portavoces del Congreso y que ha sorprendido por la velocidad a la que se ha colocado el tema a votación cuando todo indica que no hay ningún acercamiento entre Trabajo y Junts para desencallar la propuesta. Es más, en la Junta PSOE y Sumar han introducido una propuesta para aplazar la votación, pero ha sido rechazada con los votos de PP, Vox y UPN, que asistía en representación del Grupo Mixto.

En cualquier caso, ya no hay marcha atrás y la semana próxima la propuesta de las 37,5 horas intentará cruzar uno de sus momentos críticos, con el riesgo de que, si no sale adelante, tenga que volver a la línea de salida, lo que haría prácticamente imposible que pudiera aprobarse en esta legislatura, tal como figura en el acuerdo del Gobierno de coalición, y como Trabajo está presionando para conseguirlo.

El equipo de Yolanda Díaz primero negoció con los agentes sociales, aunque solo consiguió atraerse a los sindicatos; luego peleó en el propio Gobierno, especialmente con Economía; y ahora le toca pasar por el Parlamento con los pronósticos en contra.

Fuentes parlamentarias añaden que, aunque son tres textos diferentes, habrá una única votación dado que las tres formaciones piden rechazar el texto. Si en el pleno las tres se oponen la propuesta volverá al Gobierno.

Y de momento no se aprecia ningún avance en la negociación con Junts. El secretario general de la formación, Jordi Turull, señaló este martes, en una entrevista en TV3, que hay “contactos”, pero “no avanzamos porque lo vemos radicalmente diferente”. Otras fuentes de Junts insisten también en que no hay ningún acercamiento.

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Desde Trabajo indican que querían que se votara en julio y se decidió dar un margen a la voluntad de diálogo y acuerdo. “Hoy ya no se puede seguir esperando. Son más de 12 millones de personas trabajadoras las que están aguardando esta medida, que saben que su tiempo es también un derecho”, comentan desde el Ministerio. Fuentes de Sumar, no obstante, admiten que ayer intentaron un aplazamiento porque “hubiéramos preferido no llevar dos temas tan importantes como permisos y reducción de jornada en un mismo pleno que, además, será eterno… no nos parece lo mejor, pero la votación fue como fue, así que normalidad total”.

La enmienda de Junts es muy crítica con la propuesta. Destaca que fiar la solución a la reducción de jornada por ley tendrá repercusiones negativas porque “los efectos de la medida impactarán solo en una parte y no se ajusta a los equilibrios consensuados entre los protagonistas” . Una postura muy similar a la de la patronal.

También señala que la viabilidad de las pymes se puede ver gravemente perjudicada “por esta imposición rígida” que puede acabar destruyendo puestos de trabajo en sectores como los servicios y el agroalimentario.

La enmienda además critica los dos otros elementos del proyecto de ley, tanto el reforzamiento del control horario, que considera una intromisión, como el derecho a la desconexión digital, que considera que no tiene en cuenta la realidad de la actividad económica. 

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