¿Qué debe pasar para que bitcoin vaya a USD 600.000 en tiempo récord?

  • En un ejercicio de imaginación, Krueger especula sobre hechos que serían favorables para bitcoin.

  • En general, las predicciones para este ciclo alcista de bitcoin son más moderadas.

El mercado de bitcoin (BTC) y las criptomonedas vive un momento de expectación. Bitcoin, que alcanzó un máximo histórico superior a 112.000 dólares el pasado viernes y ahora se estabiliza en 109.000 dólares, sigue captando la atención de especialistas financieros.

Fred Krueger es uno de ellos, y ha creado una narración ficticia en la que especula sobre una serie de hechos que deberían acontecer para que bitcoin se disparare hasta los 600.000 dólares en apenas 90 días, a partir del 21 de julio de 2025.

Este ejercicio especulativo combina eventos económicos, políticos y financieros extremos que transformarían el sistema monetario global. Si bien no debe ser considerado una predicción en el más estricto sentido de la palabra, sí podría considerarse uno de los muchos escenarios posibles.

Vale aclarar que este escenario choca con desarrollos recientes, como la orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump en enero de 2025, que prohíbe las monedas digitales de bancos centrales (CBDC) en Estados Unidos. A continuación, desglosamos esta narración ficticia de Krueger y contrastamos su visión con el contexto real del mercado.

El punto de partida

Krueger imagina un precio inicial de bitcoin de 150.000 dólares para el 21 de julio de 2025, marcando el inicio de una carrera alcista.

Su narrativa plantea un aumento del 300% en el valor de la moneda, acompañado por un colapso del índice del dólar (DXY) de 96 a 68; el oro disparado de 330 dólares a 10.400 dólares por onza —un incremento del 215%— y una caída del 50% en el índice S&P 500 (SPX), que representa las 500 empresas más grandes de Estados Unidos.

Además, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años subirían al 9,2% antes de ser intervenidos por la Reserva Federal (Fed).

Aunque el oro ha experimentado incrementos significativos en el pasado, como un aumento del 2.185% entre 1971 y 1980, y un 880% entre 2001 y 2011, estos movimientos ocurrieron en contextos de alta inflación o inestabilidad económica, y su precio tiende a estabilizarse en períodos de control inflacionario. El salto propuesto por Krueger, aunque llamativo, parece poco realista en un plazo tan corto de 90 días, especialmente considerando la estabilidad relativa actual.

Por otro lado, bitcoin también ha registrado subidas drásticas en su historia. Por ejemplo, en 2017 creció más de 1.300% en un año, y entre 2020 y 2021 se apreció cerca de 300%.

No obstante, nunca ha enfrentado un entorno macroeconómico tan complejo, donde factores como tasas de interés, guerra de aranceles, políticas monetarias globales y adopción institucional interactúan a una escala sin precedentes, haciendo que predecir su comportamiento en el corto plazo sea altamente difícil..

Fase I: la brecha (semanas 1-2)

El 21 de julio, Krueger imagina una subasta fallida de 200.000 millones de dólares en bonos del Tesoro. Esto ocurre cuando el gobierno no logra vender la totalidad de los bonos ofrecidos, ya sea por falta de compradores o porque las tasas de interés exigidas son demasiado altas, lo que refleja una pérdida de confianza en la deuda pública.

El periódico Wall Street Journal lo resumiría con el titular: “Los compradores de bonos del Tesoro desaparecidos en acción”. La Reserva Federal insinuaría “medidas extraordinarias”, generando incertidumbre.

Bitcoin saltaría de 158.000 a 165.000 dólares en 24 horas, y el oro alcanzaría los 4.200 dólares por onza. El DXY, que mide el valor del dólar frente a una canasta de monedas, estaría aún en 96, pero comenzaría a debilitarse.

El 25 de julio, los países BRICS anunciarían un sistema de pagos global independiente basado en oro y bitcoin, desafiando la hegemonía del dólar. Este es un bloque intergubernamental formado originalmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, al que se han sumado recientemente países como Egipto, Etiopía, Indonesia, Irán y Emiratos Árabes Unidos, representando economías emergentes que buscan mayor influencia en la economía global.

Su importancia en este contexto radica en su potencial para cuestionar el dominio del dólar como moneda de reserva mundial, especialmente si logran establecer sistemas alternativos de comercio que no dependan del sistema financiero occidental. Sin embargo, este escenario fue descartado por el presidente de ruso Vladimir Putin en octubre pasado, al negar que su país esté buscando abandonar el uso del dólar estadounidense en sus transacciones internacionales.

Si se cumpliera la «predicción» de Kruger, Jerome Powell, presidente de la Fed, defendería la robustez del sistema, pero el mercado perdería confianza. Bitcoin escalaría a 180.000 dólares y el oro a 4.700 dólares, mientras el DXY seguiría en niveles altos, pero con presión bajista.

Fase II: el auge del colapso (semanas 3-5)

El 4 de agosto, anticipa el analista, un fondo de pensiones estadounidense declararía su incapacidad para cumplir con los reembolsos, desatando el pánico. La Fed respondería con un control de la curva de rendimientos, fijando el bono a 10 años en un 6,5%.

Un control de la curva de rendimientos es una política monetaria en la que un banco central como la Fed, interviene para mantener los rendimientos de los bonos del gobierno en niveles específicos, comprando o vendiendo bonos para evitar que las tasas de interés suban o bajen demasiado, con el objetivo de estabilizar los mercados financieros.

El dólar iniciaría una caída libre, con el DXY descendiendo a 83, lo que refleja una devaluación significativa frente a otras monedas. Bitcoin alcanzaría los 215.000 dólares, el oro los 5.800 dólares y el petróleo los 122 dólares por barril.

Para el 14 de agosto, Alemania anunciaría un respaldo en oro del 10% para el euro, y países como Venezuela, Turquía y Nigeria trasladarían sus reservas de divisas a bitcoin.

En el caso de Venezuela, este movimiento «anticipado» (o, mejor dicho, imaginado) por Krueger, contrasta con su experiencia real con criptomonedas. El país lanzó el Petro en 2018, una criptomoneda supuestamente respaldada por petróleo, con el objetivo de eludir sanciones internacionales y estabilizar su economía frente a la hiperinflación del bolívar. Sin embargo, el experimento fue un fracaso.

A todo eso, se le suma —según el escenario planteado por Krueger— que Tether, la empresa emisora de la stablecoin USDT, emitiría una nueva moneda respaldada por bitcoin. Ese se caso, bitcoin llegaría a 265.000 dólares, el oro a 6.700 dólares y el DXY caería a 83, mostrando un dólar más débil en esta etapa.

Fase III: la escalada (semanas 6-8)

El 5 de septiembre, la Fed lanzaría la “Unidad de Estabilidad Digital” para explorar una moneda digital propia (Fedcoin), a pesar de que el presidente Donald Trump firmó en enero de 2025 una orden ejecutiva que prohíbe la creación y emisión de monedas digitales de bancos centrales (CBDC) en Estados Unidos.

Los rendimientos de los bonos del Tesoro superarían el 8,5% antes de ser controlados, y los precios inmobiliarios en Estados Unidos colapsarían un 35% en tres semanas.

Bitcoin, en este escenario, se dispararía a 390.000 dólares, el oro a 8.900 dólares y el DXY descendería a 74.

Fase IV: el vuelo (semanas 9-11)

El 15 de septiembre, gigantes tecnológicos como Apple, Tesla y Google anunciarían la adopción de bitcoin para sus balances contables. Apple revelaría haber adquirido 200.000 BTC desde abril, y la cadena estadounidense CNBC declararía que “bitcoin es el nuevo petróleo”.

Toda América Latina migraría a la moneda digital, impulsando su precio a 460.000 dólares, con el oro a 9.600 dólares y el SPX colapsando a 2.700 puntos.

El 25 de septiembre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentaría una nueva canasta de reservas global compuesta por 50% bitcoin, 30% oro, 10% yuanes y 10% otros activos.

El Banco de Inglaterra ofrecería “bonos del Estado respaldados por bitcoin”, y bitcoin alcanzaría los 525.000 dólares.

El reinicio (semanas 12-13)

El 6 de octubre, Estados Unidos convocaría una cumbre de emergencia en Ginebra para un “Nuevo Bretton Woods”. El sistema de Bretton Woods, establecido en 1944, fue un acuerdo global que fijó las monedas al dólar y este al oro, creando un marco de estabilidad financiera que duró hasta 1971.

La referencia a un “Nuevo Bretton Woodsen este contexto implica un intento de reestructurar el sistema financiero mundial, integrando activos como bitcoin y oro frente a una crisis.

El concepto de un “Nuevo Bretton Woods” podría relacionarse con la creación de una Reserva Estratégica de Bitcoin por parte de Estados Unidos. El pasado marzo, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para establecer esta reserva, utilizando los BTC confiscados por el gobierno federal. Este movimiento, aunque limitado, refleja un interés en integrar bitcoin en las reservas estratégicas nacionales, lo que podría interpretarse como un paso hacia un nuevo sistema financiero global, similar a lo que un “Nuevo Bretton Woods” representaría.

El dólar se reestructuraría con un respaldo del 25% en bitcoin y 25% en oro, junto al lanzamiento de una moneda digital del banco central (CBDC), imagina el especialista. Sin embargo, la prohibición de CBDC por parte de Trump en enero de 2025 contradice la idea de una Fedcoin en el escenario de Krueger, y la magnitud de los cambios propuestos sigue siendo ficticia e inviable.

El balance de la Fed llegaría a 44 billones de dólares, bitcoin tocaría los 600.000 dólares, el oro los 10.400 dólares, el petróleo los 180 dólares por barril y el DXY colapsaría a 68.

Un escenario especulativo frente a proyecciones moderadas

La narrativa de Krueger es una construcción ficticia, con escasa (por no decir ninguna) posibilidad de ocurrencia real en los acelerados tiempos que el narrador plantea.

La prohibición de CBDC en Estados Unidos decretada por Trump en enero de 2025 contradice directamente la idea de una Fedcoin, y la magnitud de los cambios económicos y políticos propuestos por Krueger no tiene precedentes históricos viables. Aunque el mercado de bitcoin muestra un impulso alcista, con un precio actual de 109.000 dólares, las proyecciones más conservadoras apuntan a un crecimiento menos drástico.

Gráfico del precio de bitcoin.
Precio de bitcoin desde que comenzó el año. Fuente: TradingView.

Como lo reportó CriptoNoticias, el trader Willy Woo espera un movimiento rápido hacia los 118.000 dólares. Michael Saylor, presidente de Strategy, apuesta por un máximo de 180.000 dólares en 2025, seguido de una corrección a 140.000 dólares. Por su parte, el analista David Zanoni proyecta un precio de 150.000 dólares para octubre de 2025.

Estas estimaciones, respaldadas por análisis técnicos y fundamentales, reflejan un consenso más cauto y realista que la narración ficticia de Krueger.

¿Qué enseñanza nos deja el relato de Krueger?

La narración ficticia de Fred Krueger, aunque improbable en sus tiempos y magnitudes, cumple una función valiosa: obliga al lector a pensar en escenarios extremos y a considerar la fragilidad del sistema financiero global. Al imaginar una serie de eventos encadenados que provocarían un ascenso meteórico de bitcoin, Krueger nos invita a explorar qué tan preparados están los gobiernos, las instituciones y los individuos ante una crisis monetaria de gran escala.

Esta clase de ejercicios especulativos también sirve para reconocer que muchos de los fundamentos detrás de bitcoin —como su oferta limitada, su descentralización y su resistencia a la censura— lo convierten en una posible herramienta de refugio frente a la inestabilidad. Si bien el salto a 600.000 dólares en 90 días suena a ciencia ficción, la narrativa pone de manifiesto cómo eventos políticos o financieros disruptivos podrían acelerar la adopción de bitcoin más allá del ritmo previsto por los analistas tradicionales.

Asimismo, la historia de Krueger nos recuerda que el precio de bitcoin no está desligado del contexto macroeconómico. Tensiones geopolíticas, decisiones de bancos centrales, crisis de deuda o pérdida de confianza en las monedas fiduciarias son factores que podrían tener un impacto real y contundente en su valor. La exageración en los tiempos de Krueger no debe opacar la lógica que subyace: bitcoin está cada vez más vinculado al destino del sistema financiero global.

En última instancia, esta narración nos enseña a pensar en términos de escenarios, no de certezas. Aunque las proyecciones realistas deben basarse en datos, fundamentos y análisis técnico, no está de más imaginar horizontes extremos para poner a prueba nuestras convicciones. Porque si algo nos ha enseñado bitcoin desde su creación es que lo “imposible” a veces solo tarda un poco más.

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