
La justicia rusa condenó este martes a 13 años de prisión al Timur Ivanov, quien hasta su detención en abril de 2024 fue uno de los segundos del entonces ministro de Defensa Serguéi Shoigú. El de Ivanov fue el caso de corrupción más grave en Rusia desde el inicio de la guerra en Ucrania, y con él comenzó una purga de generales y altos cargos de Defensa que se interpretó como un intento de sanear las cuentas para que el dinero destinado al Ejército fuera más eficiente.
El Tribunal de la Ciudad de Moscú declaró culpable al exviceministro de Defensa por dos episodios de malversación a gran escala y legalización de ganancias criminales. En concreto, y de acuerdo con la sentencia, el delito de malversación se refiere a la apropiación de 216,6 millones de rublos (2,34 millones de euros) de fondos destinados a la compra de transbordadores para cruzar el estrecho de Kerch, así como a la retirada de casi 4.000 millones de rublos (43 millones de euros) del banco en quiebra Intercommerts.
Proceso a puerta cerrada
Además de los 13 años que deberá pasar en una colonia penal de régimen general, Ivanov tendrá que abonar una multa de cien millones de rublos (1,08 millones de euros).
Como media adicional de castigo, el tribunal accedió a la solicitud de la Fiscalía para confiscar bienes del exviceministro por un valor superior a los 2.500 millones de rublos (27 millones de euros).
El juez del tribunal anunció la sentencia y la condena de forma abierta, aunque la mayor parte de este proceso se ha llevado a cabo a puerta cerrada por la presencia de secretos de Estado en la documentación presentada.
Supervisaba proyectos de construcción del Ejército
En el caso también se ha juzgado al antiguo subordinado de Ivanov, el exjefe de logística de Defensa Antón Filátov. El juez le condenó a doce años y medio de prisión.
Timur Ivanov, viceministro de Defensa entre 2016 y 2024, estaba al cargo de supervisar proyectos de construcción del Ejército, entre otros la reconstrucción de la ciudad de Mariúpol, devastada durante la conquista rusa, o el parque temático del Ejército Patriot Park, en la Provincia de Moscú. Fue detenido en abril de 2024 y acusado de recibir sobornos “de gran escala”.
Fue el primero de una lista de generales y altos cargos del Defensa detenidos en la primavera del año pasado. Protegido de Serguéi Shoigú, uno de los hombres más próximos al presidente ruso, Vladímir Putin, durante el juicio mantuvo su inocencia y sus abogados han anunciado que recurrirán la sentencia.
La purga dentro del Ejército se produjo en un momento en el que arreciaban las críticas desde los sectores rusos más belicistas por la distribución de los recursos en el frente de batalla. Los arrestos por casos de corrupción se interpretaron como un movimiento del Kremlin para minimizar los gastos del Ejército y ejercer un mayor control sobre el presupuesto destinado a la campaña en Ucrania.
Putin remodeló la cúpula de Defensa
Las detenciones fueron seguidas por una remodelación en la cúpula del Ministerio de Defensa. De hecho, un mes después Putin sustituyó a Shoigú por el economista Andréi Beloúsov, cambio que se interpretó en la misma línea.
Además de la apelación anunciada por su abogado, el camino judicial de Timur Ivanov, que tiene 49 años, no ha terminado. Todavía tendrá que hacer frente a la acusación de aceptar sobornos por un total de 1.300 millones de rublos (14 millones de euros), lo que probablemente aumentará el tiempo que deberá pasar en prisión.
Varios de los generales detenidos durante la purga ya han pasado por el filtro de la justicia. El teniente general Vadim Shamarin, que era vicejefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, fue condenado por recibir sobornos a siete años de prisión el pasado mes de abril. Una semana más tarde el comandante general Iván Popov recibió una pena de cinco años en una colonia penal por fraude y fue degradado.