La pelea por la competitividad en la electrificación de los vehículos pasa por la autonomía en la fabricación de las baterías. Y no solo la competitividad sino, quizá, la propia supervivencia frente a un imparable tsunami chino, potencia mundial en la fabricación de vehículos eléctricos en toda su cadena de valor y que irrumpe en Europa con unos costes y un nivel de innovación muy difíciles de igualar. Así lo entiende la primera automovilística europea, el grupo Volkswagen, y lo explica Thomas Schmall, director de tecnología del grupo, a La Vanguardia .
“Europa tiene que recuperar el liderazgo tecnológico en baterías y en redes de recarga. Necesitamos una respuesta propia para no depender de Asia pero encontrarla supone también generar alianzas con los que ya nos llevan diez años de ventaja para algunas soluciones”, asume el directivo.
Ahí, Volkswagen quiere aportar su propia respuesta invirtiendo en el desarrollo de sus baterías a través de su filial PowerCo. La compañía acaba de iniciar la producción en pruebas en su fábrica de Salzgitter (Alemania) mientras termina los trabajos de construcción de su planta de Sagunto (Valencia) y la tercera, que está en Canadá y que será la de mayor tamaño y capacidad de producción. Para la española, la automovilística ha comprometido 3.000 millones de euros de inversión. El plan de producción prevé el inicio de operaciones en el 2026 y la entrada en plena capacidad para el 2027.
4 Vehículos del grupo Volkswagen montarán baterías LFP como las fabricadas en Valencia y se producirán también en España
Schmall juguetea durante el encuentro con los productos PowerCo que expusieron en el último Salón del Automóvil de Munich. Entre ellos, una batería de estado sólido, fina y no más grande que un pasaporte y una caja algo más voluminosa, que monta las baterías de LFP (litio-ferrofosfato). La primera es el desarrollo de más potencia y alta capacidad de recarga, que Volkswagen realiza en colaboración con QuantumScape, la alta gama de las baterías. Su hito en Munich ha sido la presentación de una moto Ducatti totalmente eléctrica que montará esta nueva tecnología en pruebas.

El segundo desarrollo sería el más asequible y el que montarán los cuatro vehículos eléctricos de tamaño medio y urbano que la alemana fabricará en las plantas españolas: el Volkswagen ID.Polo, el Volkswagen ID. Cross, el Cupra Raval y el Skoda Epiq. “Tenemos dos caminos que desarrollar: uno enfocado en reducir costes con tecnologías LFP y, más adelante, con sodio; y otro centrado en el alto rendimiento con celdas de estado sólido. La idea es que hacia finales de la década estas últimas ya estén presentes en vehículos de gama alta”, asegura Schmall.
La producción de baterías LFP ya se ha iniciado en fase de pruebas en la planta de Salzgitter pero buena parte de la fabricación de estas celdas unificadas, necesarias para los coches de mayor volumen de ventas, se realizará en Sagunto, una “pieza clave en la estrategia industrial y tecnológica” de PowerCo. La capacidad de producción inicial era de 40 gigawatios pero el directivo señala que “el detalle de la capacidad final depende de la tecnología que se fabrique”, aunque “tanto las inversiones como el empleo o las líneas de producción seguirán igual”, afirma.
40 GW Es la capacidad de producción estimada para la planta de Sagunto, aunque variará según la tecnología producida
Las baterías LFP representan el 80% de la demanda de estas celdas por parte del grupo Volkswagen y el 50% de esta necesidad se cubrirá desde PowerCo. “También tenemos proveedores externos para diversificar y estar preparados si hay cualquier distorsión en la cadena de producción”, asegura el director de tecnología.
La planta de Sagunto destaca también por su enfoque en “sostenibilidad y eficiencia”, explica Sebastian Wolf, director de operaciones de PowerCo. La instalación funcionará sobre todo con electricidad generada mediante energía fotovoltaica y con “procesos productivos de alto rendimiento energético”, lo que maximizará su eficiencia. Este enfoque en la sostenibilidad y en la eficiencia junto con su proximidad a las plantas de fabricación de vehículos de Seat (Martorell), Volkswagen (Navarra) o Ford (Valencia), con las ventajas logísticas que esto supone, hacen de Sagunto una pieza esencial para “consolidar la independencia tecnológica de Europa frente a Asia”, afirmó Schmall.
3.000 Millones de euros Es la inversión inicial comprometida por el grupo Volkswagen en la fábrica de Sagunto
Sin embargo, la sombra de la ralentización del mercado eléctrico también planea sobre la planta valenciana. Tal y como asume Schmall, la puesta en marcha de la fábrica se ha retrasado “porque no tenemos demanda de vehículos eléctricos en Europa”. La mayor capacidad de producción de la planta depende directamente de que crezca la demanda y Schmall no esconde que Canadá “fabricará el 50% de las baterías de todas las tecnologías del grupo porque es más competitivo. El coste energético es menor y los incentivos en Canadá son más altos que los europeos”, afirma
Pese a todo, a medio plazo, España podría ganar aún más protagonismo dentro del mapa industrial de PowerCo. El futuro son las baterías de estado sólido que hoy monta la Ducatti en Munich pero, como apunta Schmall, “el reto es escalar el tamaño de la celda para llegar a coches”.
La construcción de la planta se ha demorado por la poca demanda de coches
Este reto productivo es caro y llegará a finales de la década al grupo, en concreto a los vehículos de alta gama de Audi y Porsche. “Utilizaremos también la planta española para este futuro”, aseguró el directivo.