

El comisario de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, ha declarado este lunes en calidad de testigo en los juzgados de Barcelona en el contexto de la investigación contra tres policías de la Generalitat acusados de colaborar con el ex president de la Generalitat, Carles Puigdemont, en la huida que protagonizó el pasado 8 de agosto. Sallent, que en esa fecha era el máximo responsable de la institución, ha entrado y salido de la ciudad de la justicia de l’Hospitalet de Llobregat por un circuito interno, sin opción a ser fotografiado. Durante su declaración, de hora y media aproximadamente, y en la que ha respondido a todas las partes, el mando policial ha ratificado el informe que firmó y envió días después al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y al Tribunal Supremo, detallando el dispositivo policial para aquel día. Un operativo, ha reiterado Sallent, que contemplaba la detención del mandatario político, pero en el acceso al parque de la Ciutadella y sin contemplar ningún otro escenario, como el que finalmente se materializó, con Puigdemont huyendo del Arc del Triomf en coche a varios pisos donde se escondió hasta que logró cruzar la frontera por la noche y abandonar España.
A preguntas de las partes, el comisario admitió que los días previos a la huida, los Mossos no contactaron oficialmente con el resto de policías para el control de las fronteras. Un contacto que tampoco se realizó tras la desaparición del mandatario el mismo día 8 de agosto. Y ha confirmado que los días previos a la jornada de investidura de Salvador Illa, no se realizaron dispositivos para tratar de localizar a Puigdemont, ni comprobar si había llegado ya a Barcelona, como previamente había anunciado en sus redes sociales y en manifestaciones públicas.
Sallent ha admitido que los responsables de los Mossos “nunca” plantearon el escenario de la huida, según ha sabido La Vanguardia de fuentes judiciales. Y que “lo más difícil” del dispositivo era elegir el mejor momento para realizar la detención, cumpliendo la orden vigente del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena.
El comisario ha sido preguntado por el trabajo de los drones de los Mossos que ese día operaban en el escenario de la reaparición del expresident, admitiendo que no controló el momento de la salida del espacio preservado por los organizadores alrededor del escenario en el que reapareció Puigdemont. Y en relación al grado de implicación y conocimiento de los tres policías investigados, Sallent aseguró que no podía descartar que tuvieran conocimiento del dispositivo diseñado por los mandos para esa jornada.
Sallent, que actualmente está al frente de la región policial metropolitana sur, ha sido interrogada por la titular del juzgado de instrucción 24 de Barcelona, Maria Antonia Coscollola. Una magistrada que ha amenazado a los letrados participantes en el interrogatorio, Gonzalo Boye en representación de los tres policías investigados y el de la acusación popular representado por la organización Hazte Oír, con multas si trascendían detalles de la declaración del responsable policial.
Tras Sallent ha declarado también, en calidad igualmente de testigo, el actual número dos de la región de Barcelona, el intendente de los Mossos Ignasi Teixido, que como el anterior ha ratificado el informe.
Tras la fuga, Sallent firmó un informe de 17 páginas que recibió el magistrado Pablo Llarena en el que se detallaba las gestiones que realizaron los Mossos, especialmente la comisaría general de Información, vinculadas con la detención del ex president.