Sánchez llama a la resistencia mientras Feijóo alienta una oposición sin cuartel

Arranca el curso parlamentario del 2025 y Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo volverán hoy a batirse en duelo en la primera sesión de control al Gobierno del año en el Congreso. Ante el previsible choque, el presidente del Gobierno y el líder del Partido Popular aprovecharon ayer para activar sus estrategias contrapuestas, reivindicar sus agendas y cargar las pilas de sus respectivas bancadas con sendos discursos, pronunciados casi a la misma hora y a escasa distancia en la misma Cámara Baja.

 Sánchez llamó así a los socialistas a resistir frente a la ofensiva de la “coalición negacionista” del PP y Vox, y les exhortó a pelear cada una de las iniciativas que plantea el Gobierno, aunque para ello hayan de “sudar tinta” en cada negociación y “buscar apoyos hasta debajo de las piedras”. Feijóo arengó al tiempo a los populares a erigirse ya en “alternativa” para gobernar España.

Pedro Sánchez pone de relieve la capacidad de llegar a acuerdos

Ayer, veinticuatro horas antes al primer cara a cara del periodo de sesiones entre Sánchez y Feijóo, el presidente compareció ante la interparlamentaria socialista para llamar a la resistencia ante la ofensiva para derribarle de la “coalición negacionista de neoliberales y la ultraderecha”. Y para reiterar su apuesta por “buscar apoyos hasta debajo de las piedras” para sostener la legislatura en curso.

Tras recomponer la relación con Junts, al menos para salvar hoy el decreto con la revalorización de las pensiones, Sánchez esgrimió la fórmula para seguir manteniendo a flote su mandato, hasta agotarlo en el 2027: “Cintura para dialogar, negociar y construir acuerdos, ley a ley, iniciativa a iniciativa, mejorar la vida de la gente no entiende de imposibles, es cuestión de trabajo y voluntad. En estos siete años lo hemos demostrado”.

El presidente del Gobierno demandó “fuerza y determinación” a los socialistas para mantener el rumbo de la legislatura, pese a asumir las dificultades de una minoría parlamentaria que le obliga a negociar paso a paso, y ley a ley, no siempre con éxito. “Si algo sabemos es que la vida es así, las cosas valiosas cuestan, no te las regala nadie, hay que pelearlas, cediendo en algunas cosas para ganar en otras”, admitió.

Sánchez reconoció la dificultad de la fórmula, a través de la “negociación extenuante”, singularmente para sumar los siete votos imprescindibles de Junts. Pero resaltó que, gracias a este empeño, el Congreso convalidará hoy mismo el decreto con la revalorización de las pensiones y otras medidas del escudo social. “Ha costado mucho sacar adelante este real decreto ley”, admitió.

Pero dio por buenos todos sus afanes para poder sacar adelante iniciativas que insistió en que benefician a la mayoría social, frente al PP y Vox, que aseguró que tratan de “desmantelar y privatizar” el Estado de bienestar. “Detrás de su ruido, no hay nada”, aseguró. Y advirtió: “¡Ni un paso atrás!”.

Sánchez insistió así en “dar el do de pecho”. “Es mejor sudar tinta para aprobar una ley que sudar tinta para explicar los cambios de posición de la coalición negacionista”, alegó, en alusión al giro de Feijóo con el decreto social. “Cuanto más se desgañitan y gritan, es que vamos por el buen camino y hay que perseverar”, animó.

Y se quiso mostrar inasequible al desaliento, pese a tener por delante un amplio catálogo de iniciativas para negociar y tratar de acordar con la mayoría de la investidura, desde la reducción de la jornada laboral al decreto económico pendiente, con las entregas a cuenta de casi 10.000 millones de euros más para las autonomías, o los primeros presupuestos del Estado de la legislatura. “Estamos a mitad de camino, pero queda mucho por hacer. Es en mitad del maratón cuando hay que mirar al frente, no perder el horizonte y perseverar”, alentó.

“Que ellos pidan elecciones, que nosotros vamos a seguir gobernando hasta el 2027”, zanjó Sánchez

El líder popular llama a los suyos para trabajar en la “agenda del cambio”

En la sala Constitucional del Congreso, donde los que llegaron tarde no encontraron sitio y tuvieron que permanecer de pie, en una muestra de la abrumadora mayoría del PP en las dos cámaras parlamentarias, Alberto Núñez Feijóo se dirigió ayer a los suyos para animarlos a erigir desde ya la “alternativa” que necesita España, una “agenda del cambio” frente a la “agenda del escándalo” del Ejecutivo de Pedro Sánchez, al que achacó la “mayor decadencia” de la historia democrática española: “Pronto este partido estará en el gobierno. Y ya mismo, desde las Cortes, acreditaremos que somos el mejor partido para gobernar España”, arengó a los senadores y diputados del PP.

Tras desgranar en su discurso las razones por las que, a su juicio, el Gobierno de izquierdas no tiene más recorrido, ya que, además de los frentes judiciales que afronta –con el fiscal general del Estado en el disparadero–, “no tiene mayoría y es incapaz de aprobar leyes sin subastar el Estado”, según argumentó, el jefe de la oposición puso en guardia a sus grupos parlamentarios para que en este 2025 sigan trabajando “más y mejor”.

Pero el PP no esperará a que le llegue el turno cuando Sánchez convoque a las urnas, sino que a la batalla “sin cuartel” contra la “unidad de borrado de delitos” en que se ha convertido la Moncloa, según la caricaturizó Feijóo, continuarán sumando iniciativas como las que recogen sus propuestas sobre conciliación familiar, para la reconstrucción de las zonas devastadas por las riadas de Valencia o, más recientemente, el plan de vivienda.

En este sentido, el líder popular anunció que Génova tiene preparada una contraofensiva para hacer frente al “infierno fiscal” del Gobierno, al que acusó de haber subido impuestos en 96 ocasiones “para tapar su mala gestión y la boca al independentismo” y de pretender ahora “hacer caja” con la subida del salario mínimo, que pasará a tributar en el impuesto sobre la renta, del que siempre había estado exento.

Así pues, y seguramente sin que sirva de precedente, Feijóo se alineó con la ministra de Trabajo, su paisana Yolanda Díaz, de Sumar, en su pugna con la de Hacienda, María Jesús Montero, del PSOE, y criticó que el fisco quiera “quedarse con la mitad de la subida del SMI, que pagarán otros”, en alusión a los empresarios, por lo que le pidió que rectificara

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