
Mientras el precio de bitcoin (BTC) corrige, tras haber alcanzado un máximo histórico a comienzos de octubre, el precio de la onza de oro toca un récord histórico de 4.380 dólares. Una situación marcada por la volatilidad que ocurre en medio de mercados financieros que viven jornadas llenas de expectativas.
De esta forma, en un mundo donde la confianza en el dinero tradicional se tambalea, activos como el oro y BTC emergen como refugios frente a la incertidumbre. Una situación que ha devenido en una especie de lucha de precios en la que ambos suben y bajan a corto plazo. Así se mantienen firmes como alternativas de inversión.
El analista que se identifica como EndGame Macro describe el alza del oro como “el grito del mercado”, una advertencia de que algo estructural se está rompiendo. Una idea que también defienden la mayoría de los bitcoiners , para quienes una posible sobrevaluación del oro podría provocar una rotación de capital hacia bitcoin.
Y mientras el metal precioso y la creación de Satoshi Nakamoto siguen firmes en la preferencia de los inversores, a pesar de su volatilidad, el mundo está atento a nuevos anuncios sobre tasas de interés en EE. UU. y sobre potenciales soluciones a los conflictos bélicos.
En materia regional, la Unión Europea le pone trabas a las operaciones de las stablecoins de Rusia a través de una nueva ronda de sanciones. Esto, al tiempo que se abre una nueva etapa para las criptomonedas en Bolivia, tras el triunfo electoral de Rodrigo Paz, y El Salvador tiene una nueva plataforma regulada para bitcoin.
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