Nueve meses tardó el grupo Volkswagen en confirmar a Wayne Griffiths como primer ejecutivo de Seat. La crisis de los aranceles, del Tavascan y el despliegue de la electrificación no pueden esperar tanto tiempo para que Mark Haupt -que ahora ocupa el cargo de presidente interino- pase a ser nombrado oficialmente. El primer match ball para su confirmación será a finales de la semana que viene, cuando se celebre el consejo de administración de Seat ordinario.
No es habitual que el presidente sea nombrado por el consejo de Seat pero en este caso se podría hacer una excepción para no esperar a la reunión del órgano de gobierno del grupo. La reunión del consejo de Seat de la semana que viene no es presencial. No obstante, fuentes próximas a la firma automovilística creen que sería un buen momento para acelerar el nombramiento y acabar co la interinidad en un momento en el que Seat acaricia nuevamente las pérdidas. Lleva casi dos meses en esa situación. Como es habitual en el grupo, la última palabra llegará desde Alemania.
La empresa busca un vicepresidente de producción con el que “españolizar” la dirección
Haupt tiene previsto reunirse en los próximos días con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el equipo de la Moncloa ya ha preguntado si el presidente de Seat que se presente será el interino o el definitivo. La reunión -explican fuentes de Seat- forma parte del protocolo habitual cuando hay cambio de presidente de visitar a los responsables políticos. El presidente interino ya se ha visto con Salvador Illa en la Generalitat.
Haupt desde el primer momento ha sido casi el candidato único a ocupar el puesto con la idea de repetir la jugada de Griffiths, que accedió a la máxima responsabilidad desde una vicepresidencia. El futuro primer ejecutivo era hasta que su antecesor cesó por sorpresa el vicepresidente de producción. Conoce muy bien la casa.

Tanta es la confianza que tienen en Martorell en que Haupt sea confirmado que ahora los esfuerzos se centran en buscarle a un sustituto para la vicepresidencia de producción. Como ha pasado en los últimos años, se está intentando “españolizar” la dirección. El problema es que la crisis por la que atraviesa el grupo Volkswagen puede forzar a que haya directivos a los que haya que buscar una ubicación fuera de Alemania tras los reajustes de la compañía. En esos casos, el exilio a una vicepresidencia de Seat puede ser una solución. Lo que es seguro es que no hay un candidato claro a ese puesto todavía.
Haupt se enfrentará a una empresa en una situación algo distinta a la de su antecesor. En el primer trimestre los aranceles al modelo Cupra Tavascan, que se produce en China y se exporta a la Unión Europea con una tarifa del 30,7%, recortaron el beneficio operativo un 98%. Las ganancias operativas fueron testimoniales -de 5 millones de euros- frente a los 226 millones del primer trimestre del año anterior.
La salida de Griffiths coincidió con la crisis de los aranceles, si bien fuentes consultadas desvinculan su salida de ese problema. No obstante, lo cierto es que los aranceles al Tavascan llevaron al ya directivo a plantear la posibilidad de un recorte de plantilla de 1.500 trabajadores en Martorell. Los escasos márgenes que dejan los modelos eléctricos como el propio Tavascan o el Cupra Born tampoco ayudan a elevar la última línea de la cuenta de resultados.
Más allá del beneficio operativo, los resultados reflejan que los ingresos se incrementaron un 2,4%, hasta los 3.895 millones de euros.
La cuenta de resultados no puede seguir de forma interina muchas más semanas.