
Como todo licenciado en Derecho, alférez de complemento o concursante de Pasapalabra sabe y repite, si quieres la paz prepárate para la guerra. O dicho en latín, para entendernos: si vis pace, para bellum. El presidente aragonés Jorge Azcón, Partido Popular, 52 años, exhibió pegada en todos los asaltos del debate dialéctico muy vivo mantenido con los periodistas Ramon Rovira, Anna Vallhonesta y Miquel Molina en un Foro de Vanguardia titulado “Aragón, vanguardia tecnológica”.
Azcón hizo bueno el apodo y la filosofía de Joaquín Costa, El león de Graus, uno de esos regeneracionistas admirables que se equivocó de país o de época y al que tanto le gustaba reivindicar “escuelas y despensa”. Azcón puso por delante las espectaculares cifras de Aragón, que vive “un momento histórico”: 58.000 millones de euros en inversión extranjera en los próximos dos años –ojalá se ejecuten–, cuando los Fondos Next Generation, para dar un idea, suman 54.000 millones.
El tren chufla, silba y pita.
Entre las claves del éxito inversor, especialmente en logística y factorías de gigas, Azcón se premió como se premian todos los gobernantes cuando la economía marcha: “¿Por qué estos datos? En Aragón hay un Gobierno doing business”. Puso un ejemplo: su compromiso de aprobar en nueve meses como máximo todo lo relativo a la construcción de un gran centro de datos de Microsoft en las afueras de Zaragoza, con una inversión estimada de 10.000 millones de euros.
Como para no presumir…

Azcón no quiso dejar pasar una con los murales de Sijena y se mostró dolido por las faltas de respeto
El debate se animó –aplausos del público inclusive– al hablar del retorno de los murales de Sijena depositados en el Museu Nacional d’Art de Catalunya. Estas cosas ya pasaban en los mejores torneos de verano de España del franquismo: se empezaba intercambiando banderines con el Santos, el Palmeiras o el Independiente de Avellaneda y se acababa con ardores guerreros (el cronista lamenta no tener otra metáfora deportiva a mano porque ha olvidado la noche aquella en Zaragoza en que asistió a un combate de Benito Escriche, ídolo local, peso pesado y un corazón más grande que las leches que arreaba).
“No vamos a discutir: hay una sentencia y vamos a ejecutarla porque no hacerlo sería la jungla. Estas obras son de los aragoneses y somos lo primeros que queremos que no corran ningún peligro ni daño”.

Carlos Godó, presidente ejecutivo del Grupo Godó, y Jorge Azcón, presidente de Aragón
En respuesta a las sucesivas preguntas, el presidente fue al cuerpo a cuerpo tras lamentar que “ha habido en alguna ocasión poco respeto a Aragón. Y no ha habido toda la colaboración que esperábamos”.
El caso es que recibió también el presidente Salvador Illa –acusado de haber incumplido las normas de fair play pactadas en privado– y el propio MNAC. “Nos han sorprendido mucho las humedades (en las obras) que nos generan muchas incertidumbres”.
Sobrevoló un interrogante, dada la impresión de que los presidentes autonómicos son La Masia del Partido Popular. Bastante tengo con lo mío, vino a responder, él que ya fue alcalde de Zaragoza del 2019 al 2023. Ciudad, por cierto, en fiestas y donde, según Azcón, sólo hay tres cosas que ni se tocan ni se discuten: el Real Zaragoza, el Ebro y la Virgen del Pilar.