Siria busca entre Israel y Líbano un nuevo encaje en Oriente Medio

La Siria post-Asad busca un nuevo encaje en el mundo y en su región. Atrás quedan las sanciones y el bloqueo internacional al régimen. El exrebelde islamista y nuevo presidente de la República Árabe, Ahmed el Sharaa, corteja tanto a Israel como a Líbano, los vecinos con relaciones más conflictivas de la región.

Tras meses de negociaciones furtivas y fricciones por la presencia de una gran comunidad drusa en el sur del país, el ministro de Exteriores sirio, Asad Shaibani, y su homólogo de Asuntos Estratégicos israelí, Ron Dermer, mantuvieron una discreta reunión en París. Tel Aviv busca cerrar los acuerdos de Abraham con Damasco, a pesar de haber bombardeado la totalidad de las bases de la época de El Asad y de intervenir militarmente para “proteger” a los drusos sirios, en conflicto abierto con las fuerzas gubernamentales. 

Israel busca cerrar los acuerdos de Abraham con Damasco

En septiembre, el presidente sirio El Sharaa tiene previsto asistir a la Asamblea General de la ONU. Washington presiona para que se produzca al menos un apretón de manos, o incluso un breve intercambio, entre el anterior líder de Al Nusra (rama siria de Al Qaeda) y el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu.

Al mismo tiempo, Damasco busca ampliar la cooperación con Líbano, y el raisha expresado su disposición a “desarrollar, mejorar y activar” los lazos diplomáticos entre ambos países. El pequeño país levantino acoge a miles de desplazados por la guerra civil siria, y aún tiene en sus cárceles centenares de detenidos que El Sharaa pretende repatriar.

Lee también Helena Pelicano

La ONU declara oficialmente la situación de hambruna en Ciudad de Gaza

Si se abre la puerta a un acuerdo, Damasco imagina una nueva etapa con Líbano: intercambio de embajadores, proyectos económicos conjuntos y cooperación en comercio, tránsito, energía y petróleo. También baraja la posibilidad de que el país vecino se convierta en un punto estratégico para la reconstrucción siria. Líbano, por su parte, se mueve con cautela. Su futura relación con Siria dependerá de la presión de Washington y de Arabia Saudí mientras lidia a la vez con los retos que le plantea Israel.

También te puede interesar