Substack, una red contra el ruido digital

¿Solo soy yo o Substack da un poco la vibra del internet de inicios de los 2000?”, preguntaba Esther hace un par de semanas a toda a la comunidad de esta red social. Con más de 10.000 me gusta y 500 restacks , esta usuaria lanzaba una pista sobre el fenómeno que está atrapando cada vez más internautas que huyen del ruido de X, Instagram y ­Tiktok.

La plataforma se presenta como un refugio virtual que invita a reflexionar sobre cualquier tema, ya sea cultural, tecnológico, político, deportivo, científico o financiero. Permite lanzar mensajes como si fueran tuits, pero, sobre todo, promueve la publicación de textos extensos, que se pueden editar como una newsletter o concebir como el contenido de un blog parecido al de los años 2000. “¿Acaso no es Substack la red social del exceso de palabras?”, resumía esta semana la periodista y escritora Anna Pacheco.

Dato

La compañía levantó 100 millones de dólares este verano para acelerar su crecimiento

En Substack también hay espacio para las imágenes y los vídeos, pero de una forma menos abrumadora que el alud de fotos de gatitos y vídeos de manualidades (por poner ejemplos inofensivos) que inundan a diario las aplicaciones de Instagram, X y, por supuesto, TikTok.

Substack nació el 2017 en San Francisco. Los fundadores, llamados Chris Best, Jairaj Sethi y Hamish McKenzie, querían dar un empujón a los escritores ayudándoles a monetizar sus publicaciones en internet. De este modo, la plataforma fue concebida como un paraguas donde los creadores escriben sus reflexiones y deciden si sus fieles lectores pagan por su contenido o bien acceden libremente a este.

El modelo de negocio de Substack no deja ser otro ejemplo de suscripción freemium , como el de Spotify, que combina contenido gratuito con el contenido de pago. Sin embargo, en este caso es el creador (y no la plataforma) quien decide si es o no de pago. El negocio para Substack se encuentra en una comisión del 10% que cobra sobre los ingresos por suscripciones del creador. De esta manera, “Substack solo gana si los escritores ganan”.

Dato

Substack tiene una base de 50 millones de usuarios en activo

Hay pocos datos claros sobre el negocio. A inicios de este año, la compañía reveló que su base de clientes es de 50 millones de usuarios activos, de los cuales cinco millones pagan por los servicios de suscripción. La startup no revela datos de facturación, pero asegura que se encuentra en un momento de crecimiento. Este verano, la firma levantó 100 millones de dólares, lo que equivale a unos 86 millones de euros al tipo de cambio actual. Entre los principales inversores, destacaron los fondos de capital riesgo Chernin Group, Bond, Andreessen Horowitz e inversores como Rich Paul y Jens Grede. La operación valoró el negocio en 1.100 millones de dólares, un hito que le convirtió en empresa unicornio , al superar los 1.000 millones de valoración.

En un comunicado, la compañía anunció que invertirá el dinero de aquella ampliación de capital en mejorar las herramientas digitales, ampliar su alcance e incrementar el apoyo a los escritores y creadores del ecosistema. También pondrá foco en la aplicación móvil, pero sin provocar que el usuario caiga en el consumo compulsivo de contenido . “Queremos demostrar que una aplicación puede ser divertida y complaciente sin tener que derretir tu cerebro, que sea una vía de escape al doomscroll, un lugar donde volver a tu mente”, apuntaba en una publicación a la propia red ­social.

Dato

La plataforma de Estados Unidos asegura tener un total de cinco millones de suscriptores de pago este año

Con esta propuesta, Substack aspira a ocupar un lugar en el mundo de las redes sociales pero sin ser uno de los grandes protagonistas. “Esto es imposible teniendo en cuenta el dominio aplastante de Instagram, Facebook y TikTok. Además Substack tampoco aspira a ello”, comenta el consultor Enrique San Juan, especializado en redes sociales. Bajo su punto de vista, “el valor diferencial de Substack se encuentra en el contenido elaborado y personal, que precisamente prima la calidad frente a la cantidad de contenido menos elaborado”.

En todo caso, con el dinero levantado en la última ronda de inversión, la plataforma quiere dar un salto hacia adelante con nuevas herramientas que ya le han costado alguna crítica. Hace unas semanas, un artículo del rotativo The New York Times afeaba a los fundadores haber sucumbido a la emisión de contenido publicitario cuando en los inicios se negaron a explotar este negocio para defender la independencia de la empresa y de los creadores. También lamentaba que la compañía haya activado un modelo de vídeos en directo y de comentarios muy similar al que aparece en redes sociales como X o Bluesky.

En todo caso, Substack defiende que su objetivo ahora es explorar nuevas vías de negocio para brindar más oportunidades a los creadores sin tener por ello que comprometer su esencia. Las extensas publicaciones de texto no van a desaparecer, ya sean del estilo de las newsletters o de los artículos como los de los inicios de la era de internet.

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