Por tercer año consecutivo y en los días posteriores a la feria de Santiago y Santa Ana, aunque estaba incluido dentro de los actos del programa, se anunció un espectáculo ecuestre, denominado en este caso “Cómo bailan los caballos”, que finalmente tuvo que suspenderse por los organizadores, teniendo en cuenta el escaso número de espectadores asistentes, apenas un centenar.
El espectáculo estaba previsto su inicio para las diez y media de la noche, pero media hora después, ante la escasez de público asistente, los organizadores anunciaron por megafonía la suspensión del mismo, devolviendo las entradas al apenas centenar de espectadores sentados en las gradas de la plaza de toros.
Si hace dos años hubo prácticamente lleno en el graderío para contemplar el espectáculo, aunque menos asistentes sí hubo buen número de espectadores el pasado año, pero bien la crisis o el desinterés hicieron que se tuviera que suspender este año.
Los que sí sacaron su entrada se quedaron con las ganas de contemplar a los diez caballos y ocho jinetes de Escuela Ecuestre de Villarrobledo, que comandados por Javier Algara tenía preparados diversos números, con música variada, desde pasodobles a zarzuela y otras composiciones.
