Suspenso en innovación

Cuál es una de las asignaturas pendientes de la economía española? La innovación. Pese a que las cifras han mejorado bastante a lo largo de la última década, la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) y la solicitud de patentes continúan todavía por debajo de la media de la Unión Europea. Estas carencias explican en parte nuestra baja productividad y suponen una seria amenaza para el desarrollo económico de un país que solo tiene a tres compañías entre las 100 que más invierten en innovación en Europa.

España aspira a acercarse a las tasas de innovación comunitarias, pero la realidad es que la UE ha dejado de ser un referente en esta materia. En las dos últimas décadas, mientras Europa seguía centrando sus inversiones en I+D en sectores puntuales como la automoción, las empresas estadounidenses han liderado el desarrollo de las nuevas tecnologías digitales, las asiáticas se han convertido en las principales proveedoras de microprocesadores y China ha tomado el control del mercado de los minerales críticos, que son esenciales para fabricar paneles solares, aerogeneradores y baterías eléctricas.

Europa se ha quedado hemos quedado atrás las tecnologías de las próximas década

El resultado es que nos hemos quedado atrás en el desarrollo de las tecnologías que van a marcar el rumbo de la economía mundial en las próximas décadas. Por eso, reducir la brecha en innovación respecto a EE.UU. y China debería convertirse en una prioridad absoluta para la UE, que hoy depende de terceros países para acceder a tecnologías que resultan básicas para garantizar su autonomía estratégica.

Los 27 necesitan contar con una estrategia común en I+D, coordinada por instituciones europeas, gobiernos y empresas, que fije prioridades a largo plazo y aumente la escasa inversión actual en tecnologías disruptivas. También es urgente reducir los trámites burocráticos y la carga regulatoria, que muchas empresas consideran un obstáculo para sus inversiones. El objetivo es conseguir una financiación atractiva, que apoye inversiones estratégicas y evite la fuga a Estados Unidos de nuestros mejores emprendedores.

Para liderar de nuevo la innovación, la UE debe apoyarse en la sólida base científica y tecnológica que le ofrece su industria, que en España cuenta con proyectos pioneros relacionados con la transición energética, como la Ecoplanta de Tarragona , que transformará residuos urbanos en metanol renovable para el transporte, la planta que producirá obleas de silicio para paneles solares en Asturias y otra que, en esa misma región, fabricará amoníaco a partir de hidrógeno y electricidad renovable, que se usará para obtener fertilizantes bajos en carbono.

Estos proyectos demuestran que España tiene potencial. Ahora solo falta que nuestras autoridades sean capaces de crear un ecosistema que favorezca el desarrollo de nuevas tecnologías y su aplicación en la industria. Será la mejor forma de ayudar a nuestro país a mejorar su productividad, generar empleos de alto valor añadido y consolidar el crecimiento económico de los últimos años.

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