Teknia, a contracorriente

El sector automovilístico mundial vive un momento convulso. Después de varias crisis internacionales, como la pandemia o la ruptura de las cadenas de suministro que dejaron a la industria sin microchips, las compañías enfrentan el reto de la electrificación y la digitalización con escenarios de caídas de la demanda y de aranceles en los mercados. Con este escenario, la multinacional española Teknia, experta en fabricación de componentes metálicos y plásticos para la automoción, enfrenta su futuro inspirándose en los navegantes españoles que dieron la vuelta al mundo y fía en su plan Elcano su estrategia para crecer.

“En el 2024, fue la cuarta ocasión en la que bajamos ventas respecto del ejercicio anterior en los 32 años de existencia de la compañía. No es nada habitual y responde a circunstancias adversas muy concretas”, explica Javier Quesada de Luis, consejero delegado de Teknia. La empresa de la familia Quesada se fundó en 1992 y cuenta con 23 centros productivos (nueve de ellos en España) y cuatro centros técnicos y de diseño en 13 países. El grupo ganó 3,1 millones netos el año pasado, un 77,8% menos que en 2023. Las ventas alcanzaron los 431 millones, un 6,30% por debajo de los ingresos del periodo comparado, que fueron los más altos de su historia.

Aspira a equilibrar su capacidad productiva y de negocio entre Europa y América del Norte

Como explica su consejero, después de varias crisis, se empezaron a unir factores positivos que impulsaron la facturación de la compañía. Sin embargo, el cambio hacia la electrificación se está retrasando y la digitalización consume muchos recursos de inversión, con lo que la empresa puso en marcha este plan Elcano, una estrategia interna orientada a optimizar operaciones y reforzar la competitividad. La estrategia ya ha supuesto 140 despidos, todos en Europa, en una plantilla de más de 3.300 empleados.

En este contexto de ajustes y desinversiones, la compañía ha conseguido, a contracorriente, impulsar el beneficio en el primer semestre del año un 14,6%, por encima de los seis millones de euros, con una facturación estable de 221,6 millones (logró ingresos de 220,5 millones en el primer semestre del 2024) gracias a “un mayor control del gasto, una mayor eficiencia industrial y una gestión financiera prudente”. Han completado además la venta de una planta en Gebze (Turquía), una fábrica que no se enmarcaba en su estrategia de focalizar la actividad en plantas “de mayor escala y relevancia estratégica”. Quesada destaca que la compañía está creciendo “por encima del mercado” y lamenta que a sus competidores estén sufriendo porque lo contrario significaría que el mercado está de nuevo a la alza.

Una buena calificación de deuda

La agencia de calificación Ethifinance ratificó el pasado mes de junio el rating BB+ de Teknia, subrayando “su solidez financiera” y destacando su capacidad para generar flujo de caja operativo recurrente. Además, la agencia valoró positivamente los avances del grupo en sostenibilidad y gobernanza, reforzando así su posicionamiento como proveedor en el mercado global.

El consejero delegado no lanza las campanas al vuelo para el cierre del año, de todos modos. Es prudente, y aunque espera superar la facturación registrada el año pasado, no estima que sea por mucho si no hay crecimiento inorgánico. “Estamos cumpliendo presupuesto y esto nos va a permitir mantener ventas y aumentar sensiblemente el Ebitda, un crecimiento de doble dígito”, explicó Quesada.

La compañía, que tiene un histórico amplio de adquisiciones, puso en pausa esta estrategia mientras acometía los ajustes, especialmente de plantilla, que necesitaba para acoplarse al nuevo escenario. Ahora, afirma Quesada, “estamos en muy buena disposición para buscar oportunidades grandes de compra, especialmente en Norteamérica y quizá en Asia”. En Europa, esperan “al menos mantener negocio e incluso lograr algunas sinergias absorbiendo unidades productivas y fusionando compañías en nuestra cartera, para reducir los costes estructurales y poder seguir compitiendo”, detalla.

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La empresa tiene más del 50% de la producción y del negocio en Europa y solo un 20% en Norteamérica. La aspiración del consejero delegado es que este porcentaje se equilibre mejor a medio plazo gracias a las compras. La estructura de deuda que tiene Teknia es muy saneada, con un ratio de deuda neta sobre Ebitda de 1,8 veces cuando lo “tradicional” para la empresa en los últimos años ha sido de 2,5 veces. Pero además de aumentar la propia deuda, Quesada no descarta una eventual ampliación de capital a socios, fondos o family offices que se comprometan a largo plazo con el desempeño de Teknia.

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