Trump amenaza con cancelar su encuentro con Xi y anuncia aranceles del 100% a China

El presidente Donald Trump perdió este viernes el premio Nobel de la Paz y también dio la impresión de perder los nervios en su relación con el Gobierno de China. El líder republicano amenazó con cancelar su próximo encuentro con el presidente Xi Jinping por el plan de Pekín de restringir el acceso a la industria de Estados Unidos a los minerales críticos y raros.

“No he hablado con Xi porque no tengo razón para hacerlo”, recalcó en su enfado con el que a menudo llama su amigo y con el que alardea de mantener una muy buena relación.

En un post en su red social, Trump escaló su táctica de intimidación con la imposición de “un incremento masivo de los aranceles” a los productos chinos importados por EE.UU. Esta amenaza la concretó horas después al asegurar que fijará unos gravámenes adicionales del 100% a los bienes procedentes del gigante asiático. La media de estos impuestos sobre los productos de China se sitúan cerca del 58%, mientras que a la inversa están en el 37%.

La medida entraría en vigor el 1 de noviembre y supondrá “imponer controles de exportación a gran escala en virtualmente cada producto que ellos hacen”, así como “a todo el software crítico”, según escribió en su red social. Esta no deja de ser la manera habitual de presionar a China, país con los que ha lanzado varios ataques similares para luego ser reconducidos en tandas de negociación.

De esta manera trató de contraatacar financieramente los nuevos controles chinos sobre esos minerales raros que son esenciales para la producción de numerosos sectores tecnológicos estadounidenses, de la inteligencia artificial (IA) a las armas bélicas, pasando por los electrodomésticos.

“Esto ha sido una verdadera sorpresa, no solo para mí, sino para todos los líderes del mundo libre”, remarcó en su post inicial de la mañana. “Me iba a encontrar con el presidente Xi dentro dos semanas, en la reunión del APEC, en Corea del Sur, pero ahora parece que no hay razón para hacerlo”, recalcó en respuesta a las cartas remitidas el jueves por Pekín en las que comunicó sus intenciones.

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El Dow Jones cerró con una pérdida de 900 puntos tras el beligerante mensaje del presidente

Una vez más Trump volvió a presionar. Muchos de sus opositores recordaron de nuevo que al mandatario se le denomina TACO Trump, expresión que significa que habla y habla y luego se acobarda.

“Las cartas chinas fueron especialmente inapropiadas porque ese era el día, después de 3.000 años de caos y lucha, en que se logró la paz en Oriente Medio”, lamentó respecto al plan de Gaza que ha impulsado. Es decir, que le amargaron la fiesta.

Su belicoso mensaje no hizo más que incrementar el grado de incertidumbre, cuestión que se reflejó de inmediato en Wall Street. El Dow Jones se precipitó 500 puntos de forma inmediata cuando Trump proclamó que “no hay manera de que se permita a ningún país mantener cautivo al mundo con sus minerales raros” y cerró con una pérdida de 900, siendo el peor día desde abril. Esta afirmación, como un boomerang, se la podrían repetir a coro los países del planeta respecto a su chantaje arancelario.

“Una de las políticas que estamos calculando en este momento es un aumento masivo de los gravámenes a los productos de China que vienen a Estados Unidos. Muchas de estas contra medidas están bajo seria consideración”, reiteró.

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“Algunas cosas muy extrañas está sucediendo en China”, según Trump

El ministerio de Comercio chino afirmó el jueves que las entidades foráneas deberán obtener una licencia para exportar productos que contengan más del 0,1% de tierras raras procedentes de ese país, o hacer la manufactura usando la extracción, el refinado, la minería magnética o la tecnología de reciclado de China. Esta regulación será aplicada a partir del próximo 1 de diciembre.

“Algunas cosas muy extrañas está sucediendo en China”, señalo Trump en su mensaje. Recibió la medicina que él aplica de habitual: “Se están volviendo muy hostiles y enviando cartas a los países del mundo. Quieren imponer controles de importación en todos y cada uno de los elementos producidos relacionados con las tierras raras y, prácticamente, cualquier otra cosa que se les ocurra, incluso si no está fabricada en China”.

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