Trump descarta enviar soldados a Ucrania y sugiere que proveerá seguridad aérea

Después de prometer vagas “garantías de seguridad” al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante su reunión bilateral y la cumbre con los líderes europeos de este lunes, Donald Trump ha confirmado que no tiene intención de enviar soldados a Ucrania tras la guerra, algo que ayer dejó en el aire. Preguntado en Fox News por la posibilidad de desplegar tropas para defender al país europeo si hay acuerdo de paz, ha garantizado a la audiencia que eso no ocurrirá: “Tenéis mi palabra. Soy el presidente, y lo que intento es evitar que maten a la gente”.

Mientras los europeos, por su cercanía con la guerra, sí están “dispuestos a poner soldados sobre el terreno”, el papel de Estados Unidos se centrará en la “coordinación” de la ayuda militar y especialmente en operaciones aéreas, ha sugerido. “Estamos dispuestos a ayudarlos con cosas, especialmente probablemente si se pudiera hablar de ayuda aérea, porque nadie tiene el tipo de material que tenemos nosotros”.

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El presidente no ha concretado todavía cómo aterrizará su promesa de garantías de seguridad, que en todo caso deberán llegar tan solo después de un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, tampoco ha esclarecido la incógnita: “Ciertamente podemos ayudar en la coordinación y quizás proporcionar otros medios de garantías de seguridad a nuestros aliados europeos”, ha dicho. “El presidente entiende que las garantías de seguridad son crucialmente importantes para asegurar una paz duradera”.

Zelenski confirmó ayer, en declaraciones a la prensa después de la inédita cumbre en la Casa Blanca, que parte de la asistencia se concretará con una compra masiva de armamento estadounidense, valorado en 90.000 millones de dólares y financiado por los aliados europeos.

Pero, mientras la Unión Europea debate hoy cómo defender a Ucrania, todavía no hay ningún acuerdo formal con EE.UU. “Las garantías de seguridad probablemente se aborden entre nuestros socios, y se irán conociendo más y más detalles. Todo esto se formalizará de alguna manera sobre el papel en los próximos siete a diez días”, aseguró Zelenski.

También en ese plazo de tiempo confía Trump cerrar la fecha y el lugar de su anunciada reunión bilateral entre Zelenski y el presidente ruso, Vladimir Putin, y la posterior trilateral, que lo incluiría a él mismo. Sin embargo, aunque sigue confiando, se ha alejado del optimismo que expresó ayer sobre la posibilidad de que esta negociación llegue a buen puerto: “No creo que vaya a ser un problema. Creo que Putin está cansado de esto, pero nunca se sabe. Vamos a descubrir qué piensa el presidente Putin en las próximas semanas… Es posible que no quiera llegar a un acuerdo”, ha manifestado.

Donald Trump, presidente de EE.UU.

“Vamos a descubrir qué piensa Putin en las próximas semanas… Es posible que no quiera llegar a un acuerdo”

Al término de la cumbre con los siete líderes europeos y de la OTAN, Trump llamó ayer a Putin para “comenzar los preparativos” de esta reunión, anunció en Truth Social. Según ha confirmado hoy, lo hizo sin tener a sus invitados delante, pues “hubiera sido irrespetuoso” con el líder ruso, con quien mantiene una relación “cálida”, tal como pudo comprobar en su reunión del pasado viernes en Alaska, ha asegurado.

En la misma entrevista, el presidente ha tratado de meter presión tanto a Putin como a Zelenski, pues las líneas rojas de ambos parecen, por ahora, irreconciliables. Ha dicho que espera que el líder ruso “se porte bien, porque si no, va a ser una situación complicada”, y ha añadido que espera que ucraniano “demuestre un poco de flexibilidad”.

Sin embargo, esa flexibilidad que pide supone aceptar el requisito del Kremlin para la negociación: la disposición a entregar territorios, especialmente la región del Donbass (Lugansk y Donetsk). Es algo a lo que Zelenski no parece dispuesto a ceder, no solo porque sería una solución impopular e inconstitucional en Ucrania, también porque supondría entregar al enemigo las ciudades de Donetsk, que han conformado la principal fortaleza de su ejército en el frente del este. Si, en un futuro, Rusia volviera a por más, Ucrania quedaría muy desprotegida si cede esa provincia al completo.

Además, Trump ha reproducido durante la entrevista algunos de los argumentos del Kremlin. Como ya hizo en el pasado, ha culpado a Ucrania de la invasión de su propio país. “No es una guerra que debería haberse iniciado. No haces eso. No te enfrentas a una nación que es diez veces más grande que tú”, ha dicho. Y no han faltado las críticas a sus predecesores demócratas, pues Barack Obama “entregó” Crimea a Rusia, por lo que Putin “consiguió un buen acuerdo”, obviando que la región al sur de Ucrania fue anexionada en el 2014, y la guerra que inició en el 2022 es “la guerra de Joe Biden”, no la de Putin.

Con esta sucesión de declaraciones, Trump ha mostrado un tono muy distinto al que ofreció ayer a Zelenski y los líderes europeos, que le devolvieron palabras de agradecimiento por su supuesto “compromiso” con Ucrania. El presidente quiere acabar con la guerra lo antes posible, y quiere erigirse en el mediador, pero, si no logra acercar posturas entre Zelenski y Putin, la paz en Europa seguirá lejana.

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