Trump dice que EE.UU. tiene un “control absoluto del cielo de Irán” y sabe “dónde se esconde” Jamenei

La Administración de Donald Trump está a un paso de entrar de manera directa en el mayor conflicto en la historia entre Israel e Irán y provocar una nueva escalada en Oriente Medio con el fin de desarticular el programa nuclear de Teherán.

Anoche, el presidente abandonó de forma apresurada la cumbre de líderes del G-7 en Canadá y hoy ha convocado de urgencia una reunión de su Consejo de Seguridad en la Casa Blanca, que ya ha terminado. Antes de entrar en la sala de crisis (Situation Room), Trump ha publicado publicó en su red social que ya tiene “el control total y absoluto del cielo de Irán” y sabe “dónde se esconde” su líder supremo, Ali Jamenei, señalando una mayor implicación en la campaña militar de Israel contra el régimen persa. 

Hasta ahora, Washington ha asegurado que no tenía nada que ver con los ataques de Tel Aviv contra instalaciones nucleares y edificios civiles en Irán, pero ayer el presidente comenzó indicar que podría evolucionar de su defensa de Israel a su apoyo activo en los bombardeos al lanzar un aviso de evacuación de Teherán.

“Ahora tenemos el control total y absoluto del cielo de Irán. Irán tenía buenos rastreadores aéreos y otros equipos defensivos, y en gran cantidad, pero no se comparan con el ‘material’ concebido, fabricado y producido en Estados Unidos. Nadie lo hace mejor que la buena y vieja América”, destaca en su mensaje íntegro, publicado en su plataforma, Truth Social.

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En otra publicación, lanza una amenaza directa contra el ayatolá Jamenei, cuyo asesinato por parte de Israel presuntamente vetó la semana pasada. “Sabemos exactamente dónde se esconde”, asegura. “Es un objetivo fácil, pero allí está a salvo. No vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos por ahora. Pero no queremos que se lancen misiles contra civiles o soldados estadounidenses. Nuestra paciencia se está agotando. ¡Gracias por su atención a este asunto!” En un tercer mensaje, exige la “INCONDICIONAL RENDICIÓN” del régimen iraní.

A su vuelta de Canadá, el presidente ha monitoreado  desde la sala de crisis de la Casa Blanca el intercambio de misiles y, tras una reunión de una hora con su Consejo de Seguridad Nacional, tiene previsto decidir los siguientes pasos a seguir. Algunos medios israelíes ya afirman que la entrada de EE.UU. en el conflicto puede ser inminente.

En paralelo, el vicepresidente J.D. Vance ha señalado que Trump “podría decidir que es necesario tomar medidas adicionales para poner fin al enriquecimiento iraní”. En un largo mensaje en la red social X, el primero en la línea de sucesión recuerda que “esa decisión, en última instancia, corresponde al presidente”. Y reconoce que, “por supuesto, la gente tiene razón al estar preocupada por la implicación en asuntos extranjeros tras los últimos 25 años de política exterior idiota”. La participación directa en el conflicto en Oriente Medio incumpliría la promesa de campaña del presidente de no involucrarse en nuevas guerras en el exterior.

“Pero creo que el presidente se ha ganado cierta confianza en esta cuestión. Y, habiéndolo visto de cerca y en persona, puedo asegurarles que solo le interesa utilizar el ejército estadounidense para lograr los objetivos del pueblo estadounidense. Haga lo que haga, ese es su objetivo”, se justifica el vicepresidente, alabando a Trump por haberse mantenido “sorprendentemente coherente, durante más de 10 años, en que Irán no puede tener un arma nuclear”.

Doonald Trump, presidente de EE.UU.

“Jamenei es un objetivo fácil, pero allí está a salvo. No vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos por ahora”

El Pentágono, que la semana pasada envió dos nuevos destructores al Mediterráneo Oriental, está ampliando su presencia militar en Oriente Medio con el despliegue de más aviones de combate y soldados, según informan fuentes oficiales a la agencia de noticias Reuters. Entre los nuevos aviones enviados, se incluyen los cazas F-16, F-22 y F-35.

Trump abandonó un día y medio antes de lo previsto la cumbre de líderes del G-7 en Kananaskis (Alberta) “a causa de lo que está ocurriendo en Oriente Próximo”, confirmó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Sin embargo, en esta ocasión sí firmó una declaración conjunta en la que todos ellos reafirman “el derecho de Israel a la autodefensa” y definen a Irán como “la principal fuente de inestabilidad y terrorismo en la región”.

De vuelta a Washington, a bordo del Air Force One, el avión presidencial, el presidente dijo anoche que no regresaba de forma apresurada para lograr un alto el fuego, sino “un final, un final real” al conflicto. “Es muy sencillo. Debe rendirse del todo. Irán no puede tener ni una sola arma nuclear”, aseguró. Y dio pistas contradictorias sobre si lo iba a hacer mediante la negociación, afirmando primero que se plantea enviar Vance a dialogar con los iraníes, y sosteniendo después que “no tengo muchas ganas de negociar” con Irán.

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El mandatario ha convocado de urgencia al Consejo de Seguridad Nacional en la sala de crisis (Situation Room) de la Casa Blanca. Desde allí, está coordinando la defensa de Israel, pero también sopesando la decisión de si unirse a sus bombardeos contra las instalaciones nucleares iraníes. Ese paso, además de una escalada de devastadoras consecuencias, le llevaría a romper con una de sus principales promesas de campaña y con su discurso en los últimos dos meses, cuando su Administración ha mantenido cinco rondas de diálogo con la delegación iraní en Omán. En cuanto se estancaron las negociaciones, Israel lanzó el viernes su primera ofensiva contra el régimen de los ayatolás.

El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, ha requerido la ayuda estadounidense para destruir la importante central nuclear de Fordo, una de las que tiene Irán bajo tierra y que, por tanto, solo puede ser desarticulada con el lanzamiento de sus bombas más pesadas, las de 30.000 libras (13.600 kilogramos). Para ello, Israel necesita un bombardero B-2, que, al igual que esta bomba, no posee entre el arsenal que EE.UU. lleva décadas suministrando a su principal receptor de ayuda militar desde la Segunda Guerra Mundial.

Aunque Trump ha dejado clara, tanto en campaña como en el despacho oval, su oposición a participar en guerras externas, estaría sopesando la posibilidad de eliminar el programa nuclear iraní por la fuerza, según afirman fuentes oficiales citadas anónimamente por The New York Times y el portal Axios. EE.UU. también ha amenazado con represalias en caso de que a Irán se le ocurra atacar alguna de sus bases militares o “intereses” en la región de Oriente Medio.

Irán prepara misiles contra las bases de EE.UU.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos, que la semana pasada envió dos nuevos destructores al Mediterráneo oriental, está ampliando su presencia militar en Oriente Medio con el despliegue de más aviones de combate y soldados, según informaron este martes fuentes oficiales a la agencia de noticias Reuters. 

Entre los nuevos aviones enviados, se incluyen los cazas F-16, F-22 y F-35. EE.UU. tiene unos 40.000 soldados con base en Irak, Kuwait, Bahréin y otros países de la región, por lo que tiene capacidad para responder a un ataque aéreo de Irán que sobrevuele estos países, o cerca de ellos, en dirección a Israel, pero también para atacar desde allí. 

Este martes por la noche, Irán anunció que tiene preparados misiles contra las bases de EE.UU. por si Trump se suma a la guerra, según The New York Times. De producirse, el Pentágono podría reaccionar con sus efectivos, especialmente los de la Marina, cuya flota incluye el portaaviones Carl Vinson, que se encuentra en el mar Arábigo. En el mar Rojo cuenta con otros dos destructores, mientras que un buque de combate litoral llegó a puerto en Bahréin en mayo. Además, la Armada podría tener submarinos en la región, aunque sin revelar su ubicación por seguridad.

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