La Constitución de Estados Unidos es clara al respecto: “Ninguna persona será elegida para el cargo de presidente más de dos veces”. Pero Donald Trump parece dispuesto a buscar la forma de llegar a un tercer mandato.
Este domingo, en una entrevista a la cadena NBC, el presidente estadounidense aseguró que “existen métodos” para que pueda ser reelegido en el cargo. Una opción, reconoció a preguntas de la periodista que lo entrevistaba, sería que el actual vicepresidente, J.D. Vance, se postulara para el cargo y luego le transfiriera el poder. “Pero hay otras también”, dijo el mandatario, sin especificar cuáles.
Trump también aseguró que “mucha gente quiere” que opte al tercer mandato. “Pero básicamente les digo que aún falta mucho, es muy pronto en la Administración”, añadió. Pese a que evitó entrar en detalles, el presidente quiso dejar claro que no se toma a la ligera la idea: “No estoy bromeando”, recalcó.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el Air Force One, ayer
22ª Enmienda
La limitación de mandatos presidenciales fue aprobada por el Congreso en 1947
Durante la campaña electoral, Trump ya se refirió en diversas ocasiones a la posibilidad de postularse para un tercer mandato, aunque desde el Partido Republicano siempre se ha quitado hierro al asunto. No iba en serio, decían. Simples provocaciones, insistían. Las declaraciones de ayer, sin embargo, pueden hacer saltar las alarmas. Y suponen todo un desafío a una norma que rige desde hace décadas el funcionamiento de la República.
La limitación de mandatos está recogida en la 22ª Enmienda de la Constitución, que fue aprobada por el Congreso estadounidense en 1947, después de que Franklin D. Roosevelt fuera elegido presidente por cuatro ocasiones consecutivas entre 1933 y 1945.

Así, para que Trump pueda acceder a un tercer mandato, tendría que reformar la Constitución, un proceso nada sencillo. Para introducir una enmienda que elimine el límite de los dos mandatos, haría falta el voto favorable de dos tercios del Congreso, o que dos tercios de los estados de la Unión acordaran convocar una convención constitucional para proponer el cambio. En ambos casos, la enmienda tendría que ser ratificada por tres cuartas partes de los estados. Un escenario que, debido a la polarización política reinante en el país, hoy resulta prácticamente impensable.
Pero, si algo ha demostrado Trump, es que todo lo que hasta ahora se daba por seguro puede saltar por los aires en cualquier momento.