
En cuestión de minutos, Donald Trump dinamitó los esfuerzos de Brasil —anfitrión de la cumbre de los BRICS que terminó en Río ayer— para demostrar que el grupo -ya ampliado- de países del sur y el este globa no es necesariamente un enemigo de Estados Unidos.
Trump amenazó con aplicar aranceles del 10% “a cualquier país que se alinee con las políticas antiamericanas de los BRICS”, según afirmó en un mensaje en Truth Social. Esto abarca a los diez países fundadores de los BRICS, -Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica-, ya unidos con Egipto, Etiopía, Indonesia, Irán y los Emiratos Árabe, y con una decena de miembros asociados. “No habrá excepciones”, remató el presidente estadounidense
Brasil defiende una política de “no alineamiento activo”, en la que trata de mantenerse equidistante respecto a Rusia y China, por un lado, y EE. UU., por el otro.
Insiste -al igual que la India y otros países miembros- en que los BRICS no debe ser un vehículo geopolítico que va en contra de los intereses estadounidenses por sí.
“No nos gusta un mundo dividido en bloques,” dijo, en una entrevista a La Vanguardia, Celso Amorim, el veterano asesor de política exterior del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva. “Buscamos la unidad posible entre los países del Sur para tener un equilibrio con el Grupo de los Siete.”
Brasil ha logrado que la mayor parte de la declaración final de la cumbre se centre en cuestiones no relacionadas con la seguridad geopolítica como financiación del desarrollo (NDB), alimentación, salud, ciencia y espacio, educación.
Pero en un mundo de profundas fracturas geopolíticas, el comunicado final comprueba tambien que “los BRICS están entrando más profundamente en cuestiones de seguridad global”, dijo Sarang Shidore, director del programa Sur Global del Instituto Quincy en Washington, en una entrevista telefónica a La Vanguardia.
Shidore: “Los BRICS entran más ya en cuestiones de seguridad global”
Tanto en el comunicado final como una declaración publicada unos días antes de la cumbre de Rio, los BRICS condenaron unánimamente los bombardeos israelíes y estadounidenses a Irán así como las agresiones israelíes en Gaza.
En la declaración final de la cumbre hay siete referencias críticas a Israel, aunque no mencionan a Estados Unidos. Criticaron también el uso israelí en Gaza “de la hambruna como método de guerra”. Dada la presencia de Arabia Saudí entre los diez miembros asociados , asi como de Irán y los Emiratos en los recién incorporados, la condena cobra cierta importancia.
Los lideres de los países latinoamericanos Chile, Colombia, Cuba, Uruguay y México, asistieron a la cumbre en calidad de miembros asociados prueba de que, pese a Trump, el club de los BRICS resulta atractivo para muchos países del sur global.
El secretario general de la ONU, António Guterres, participó en la reunión también. Lula enfatizó la necesidad de elevar la presencia del sur global en el Consejo de Seguridad de la ONU, una vieja reivindicación de los BRICS.
Aunque no asistieron en persona a la cumbre ni Xi Jinping ni Vladímir Putin, China y —en menor medida— Rusia son los dos pesos pesados del grupo. Pero el comunicado no solo refleja las ideas de los miembros más poderosos.
“Lo que une a los BRICS es una postura contra Estados Unidos, pero hay muchos matices”, dijo en una entrevista mantenida en Londres Jim O’Neill, el economista británico que, cuando fue director del banco neoyorquino Goldman Sachs en 2001, acuñó el acrónimo BRICS para referirse a las emergentes potencias económicas globales.
Jim O’Neill: “Lo que une a los BRICS es una postura contra EE.UU. con muchos matices”
Con Trump en la Casa Blanca, la relación es aún más compleja. La amenaza de Trump a los BRICS “resulta muy extraña”, añadió O’Neill. “Trump se opone a intensificar las sanciones a Rusia; es como si no supiera que Rusia, en muchos sentidos, está impulsando la agenda de los BRICS”.
Paradójicamente, Trump, “al reconocer a los BRICS repetidamente en estas declaraciones, les está concediendo un poder más sútil del que antes habrían tenido” añade.
Al mismo tiempo, al condenar con fuerza los aranceles comerciales de Trump, los BRICS se convierten en un defensor del multilateralismo y el comercio liberalizado que antes abanderaba Estados Unidos.
Los BRICS “están creando una alternativa o un andamiaje complementario, para resolver los problemas y preocupaciones globales de estos miembros, que Estados Unidos ya no aborda o no considera” añade Shidore.
Incluso Rusia ha intentado públicamente contrarrestar la sensación de que los BRICS son antiamericanos. “La cooperación entre los BRICS jamás ha sido dirigida contra países terceros y jamás lo será”, dijo Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin. Pero la respuesta de Trump deja bastante claro que Estados Unidos no lo ve así.