Trump embiste contra Obama

Malos tiempos para la transparencia en Estados Unidos.

El presidente Donald Trump trata desesperadamente de desviar la atención del caso Jeffrey Epstein (su viejo colega), el depredador sexual que se suicidó en una cárcel de Nueva York, en el 2019, a la espera de juicio.

El movimiento MAGA está que trina porque el Gobierno les ha dicho, tras años de especulaciones, que no existe la lista de clientes de Epstein, donde se supone que figuraban demócratas, ni pruebas de que lo mataran en prisión para silenciarlo.

Barack Obama, primer presidente negro en la historia del país, motor de la salida del armario de la extrema derecha e inspirador de la carrera política de Trump con la mentira de que llegó al cargo de forma ilegítima porque nació en África, es el elegido por el líder republicano para sacar de la actualidad un asunto en el que Trump se mueve en arenas movedizas.

Una de las víctimas del millonario e influyente pederasta citó en dos ocasiones a Trump en sus declaraciones al FBI (1999 y 2006) y también solicitó que se le investigara por un encuentro.

“Echad un vistazo a esto y dejad de hablar de tonterías, porque esto es algo grave”, proclamó ayer en el despacho oval, con su homólogo de Filipinas, Ferdinand Marcos jr., de testigo del show. El anfitrión se refería a la falsa y recurrente conspiración contra él en las elecciones del 2016 por la interferencia rusa que la directora de Inteligencia, Tulsi Gabbard, ha vuelto a poner sobre la mesa precisamente ahora, acusando a altos cargos del equipo de Obama de actuar de forma criminal.

“El líder de la banda fue el presidente Barack Hussein Obama. ¿Habéis oído hablar de él? Ha estado toda su vida protegido por la prensa”, lamentó, en su fobia, olvidándose de cómo los medios de la derecha lo maltrataron a él y a su esposa.

Obama califica de “ridículas” las acusaciones y dice que son “un débil intento de distracción”

Tras asegurar que se pronunciarían en contra de la apelación de Ghislaine Maxwell, la socia de Epstein como conseguidora de niñas que cumple 20 años de cárcel tras ser sentenciada en Manhattan, el Departamento de Justicia comunicó que el fiscal general adjunto, Todd Blanche, se reunirá con ella en los próximos días.

Tal vez sea casual, pero este giro se produce después de que The Wall Street Journal , demandado por falsedad, desvelara una carta obscena que presuntamente Trump envió a Epstein en el 2003, por su 50.º cumpleaños, y que formaba parte de un álbum de felicitaciones recopilado por Maxwell.

Cuando ayer le preguntaron por ese acercamiento a la amiga de Epstein, Trump abrió fuego. “No sé sobre eso, pero suena apropiado”, respondió, si bien matizó que ese asunto “es una continuación de la caza de brujas, y la caza de brujas de la que deberíais hablar es que hemos pillado al presidente Obama”. Llegó a considerar que, sin mediar juicio, “es culpable de traición”. Añadió que es un “sedicioso” que montó “un golpe de Estado”,

“Estas extrañas acusaciones son ridículas y un débil intento de distracción. Ningún documento emitido desvirtúa la conclusión ampliamente aceptada de que Rusia trabajó para influir en las elecciones del 2016”, replicó un portavoz de Obama.

Los expertos descartan que Obama pueda llegar a ser detenido y encarcelado, como mostró el vídeo creado por inteligencia artificial difundido por Trump en el que su antecesor es arrestado en el despacho oval y encerrado en un penal.

Obama nunca sostuvo que Rusia lograra manipular votos o máquinas de recuento en el 2016, pero los servicios de inteligencia y la comisión de esta materia del Congreso, con el apoyo de ambos partidos y la firma del senador Marco Rubio, ayer sentado cerca de Trump como jefe de la diplomacia de EE.UU., concluyeron que el Kremlin buscó influir a favor del candidato conservador.

A pesar de este arrebato, o de la poco casual desclasificación de 240.000 documentos sobre la vigilancia ilegal del FBI a Martin Luther King –los historiadores creen que hay poca materia relevante–, el escándalo por el tema Epstein no cesa.

El presidente del Congreso adelanta las vacaciones para no votar la desclasificación de papeles de Epstein

El republicano Mike Johnson, speaker (presidente) del Congreso, anunció ayer que recorta el periodo de sesiones de trabajo y envía a los legisladores antes de hora de vacaciones. Se evita poner a votación una moción para que se desvelen los documentos relacionados con Epstein.

Johnson afirmó que da tiempo a la Administración Trump, que ha solicitado testimonios del gran jurado contra el depredador y Maxwell, y culpó a los demócratas. “Nos quieren dar lecciones de transparencia, y no vamos a politizar el caso Epstein”, recalcó. Se olvidó de que un buen grupo de los suyos no calla en su crítica e incluso votó en una comisión para que se cite a declarar a Maxwell.

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