
En el primer mandato de Donald Trump, Michael Che, el presentador de las noticias de Saturday Night Live bromeó con el slogan de la campaña presidencial, Make America Great Again (Hagamos America Grande Otra Vez). Che, de raza negra, se preguntó “a qué se refieren exactamente con otra vez”.
El domingo por la noche, Donald Trump dejó claro que su otra vez —al menos en el campo del fútbol americano— se refiere a 2020. En ese año, los Washington Redskins decidieron dejar de serlo. Los, literalmente, pieles rojas de la capital estadounidense llevaban años recibiendo peticiones para que cambiaran su nombre y su escudo —el perfil de un indio, penacho incluido—, que trivializa la memoria de los nativos americanos.
¿Y por qué en 2020? Por el asesinato de George Floyd a manos del agente de policía blanco Dereck Chauvin en Minneapolis, Estados Unidos. Chauvin presiona su rodilla contra el cuello de Floyd, que murió asfixiado a pesar de decir en numerosas ocasiones que no podía respirar. La protesta, resumida en el lema Black Lives Matter, llevó a gran parte de EE.UU. a tomar conciencia del racismo institucional y de la trivialización de determinadas herencias culturales. Fue el caso de los propietarios del equipo de fútbol americano de Washington.
”¿Quieres una declaración polémica? Yo no habría cambiado el nombre. No suena igual”, dijo Trump hace dos semanas
Trump gobernaba en 2020, pero entre los poderes del presidente de EE.UU. no está, de momento, validar o no los nombres de los equipos deportivos. No obstante, hace dos semanas, el mandatario, en un encuentro con periodistas, ya puso el tema encima de la mesa. ”¿Quieres que haga una declaración polémica? Yo no habría cambiado el nombre [de los Washington Commanders]. No suena igual, no tiene el mismo atractivo”, afirmó, según recoge The Hill.
Anoche, Trump encontró el contexto para retomar el tema y atribuirse, aunque sea a través de la presión económica, la capacidad de renombrar los equipos a su antojo. El presidente de EE.UU. amenazó con vetar el acuerdo para construir un nuevo estadio de fútbol americano en Washington DC si los dueños de los Commanders no recuperaban el nombre de Redskins.
“Podría imponerles una restricción: si no cambian el nombre de nuevo al original Washington Redskins y se deshacen del ridículo apodo de Washington Commanders, no haré un trato con ellos para construir un estadio en Washington”, dijo en Truth Social.
Trump puede permitírse la amenaza. Porque puede cumplirla. Desde 1973, la Home Rule Act del Distrito de Columbia recoge, en su sección 446, que su presupuesto municipal debe de ser aprobado por el Congreso de Estados Unidos. Es la única ciudad de esta característica. Con la actual mayoría Republicana en el Congreso Trump podría desautorizar el presupuesto, deteniendo así la construcción del nuevo estadio.
Hasta el momento, Josh Harris, propietario de los Commanders, que adquirió en 2023 por cerca de 5.200 millones de euros, no se ha referido a la amenaza de Trump, ni personalmente ni a través de un comunicado.
Pese a que algunos aficionados de los Commanders han pedido el regreso del apelativo Redskins escudándose en la tradición, las principales organizaciones de derechos indígenas se han opuesto al cambio, entre ellas el Congreso Nacional de Indios Americanos, la Asociación para Asuntos de los Indios Americanos y Cultural Survival, indica Reuters.