Trump impera, el Papa escribe

El presidente de los Estados Unidos ha obtenido su primera victoria en política exterior. No ha conseguido la paz en Ucrania, pero el acuerdo que pone fin a la ofensiva del Estado de Israel en la franja de Gaza lleva su timbre. En plena oleada de indignación internacional, Israel frena. Cuando la orden era arrasar con todo, el aparato estatal israelí acepta que Gaza se convierta en un enclave tutelado por Estados Unidos. Hamas, derrotada, ha aceptado para evitar una derrota aún mayor. En las próximas semanas y meses sabremos a dónde conduce el plan de paz, si este logra mantenerse en pie.

¿En qué consistirá el enclave de Gaza, llamado a transformarse en una ‘zona económica especial’, bajo la supervisión de una Junta de Paz encabezada por el presidente de los Estados Unidos, con la ayuda del ex primer ministro británico Tony Blair? ¿Una zona franca a orillas del Mediterráneo oriental, un protectorado internacional a la espera de que Israel y Arabia Saudí sellen su gran alianza estratégica en Oriente Medio?

En un interesante artículo publicado ayer en La Vanguardia, el redactor jefe de Internacional del diario, Ramon Aymerich, avanzaba una hipótesis de trabajo muy sugerente: Donald Trump ha obligado a Beniamin Netanyahu a frenar porque este cometió la grave equivocación de bombardear el emirato de Qatar para intentar matar a dirigentes de Hamas alojados en complejos residenciales de la ciudad de Doha. Esos hombres se hallaban bajo la protección de las autoridades locales.

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Vista de las 5 torres en el complejo Cuatro Torres Business Area en el barrio de La Paz, a 26 de febrero de 2023, en Madrid, (España). En el espacio que antes ocupaba la antigua ciudad deportiva del Real Madrid se ubica el Skyline madrileño con Torre Espacio, Torre de Cristal, Caleido, Torre PwC y Torre Cepsa y que conforman el parque empresarial las Cuatro Torres Business Area (CTBA). Desde 2021 CTBA cuenta con una quinta torre, Torre Caleido, que alberga un centro comercial en la planta baja que recibe unas 110.000 visitas por semana.

Qatar no debía tocarse. Además de ser un país riquísimo gracias al gas natural, el emirato qatarí es pieza importante en la red de negocios de la familia Trump en Oriente Medio: inversiones inmobiliarias, campos de golf, criptomonedas… Negocios particulares y política de Estado se entrecruzan como nunca en esa región del mundo. El pasado mes de mayo, el emir de Qatar, jeque Tamim bin Hamad Al Thani, ofreció a Trump un regalo fenomenal: un avión Boeing 747- 8 de última generación, valorado en 400 millones de dólares, para reemplazar de manera temporal el Air Force One. Qatar es un país pequeño pero influyente. Desde Qatar se financia, por ejemplo, la cadena de televisión Al Jazeera que desde 1996 viene articulando con gran eficacia la información del mundo árabe. Varios corresponsales de Al Jazeera han sido asesinados en Gaza. 

Además de hacer negocios con la familia Trump, los qataris ofrecían un cierto grado de protección a Hamas en Doha. Envalentonado, Netanyahu decide bombardear los edificios donde la inteligencia israelí creía tenerlos localizados. El líder israelí necesita ampliar la guerra porque la continuidad del ‘estado de excepción’ le ofrece protección política. Mientras la guerra prosiga, ningún juez israelí le enviará a la cárcel por corrupción. Pero bombardear Qatar significaba poner gravemente en riesgo los denominados pactos de Abraham con el mundo suní, que algún día debieran concluir con un acuerdo estratégico entre Israel y Arabia Saudí.

Esa es la gran apuesta de Estados Unidos. Trump no acepta que el temerario Netanyahu  ponga en peligro sus intereses personales, ni sus  planes estratégicos, y al cabo de unas semanas, cuando el primer ministro israelí viaja a Washington, el presidente norteamericano le humilla en la Casa Blanca y le obliga a llamar al emir de Qatar para pedir disculpas. La Casa Blanca difundirá una foto en blanco y negro en la que aparece Netanyahu hablando por telefóno con el emir, mientras Trump sostiene el aparato con cara de muy pocos amigos. Al cabo de siete días de esa teatral esecena se anuncia el acuerdo de paz para Gaza.

Estados Unidos mantiene en pie la posible alianza entre Israel y Arabia Saudí. Que esa alianza la llegue a gestionar Netanyahu ya es otro cantar. En el momento en que Israel y el país de los Saud crucen sus intereses, ambos países pueden formar un emporio determinante en Oriente Medio: un ejército muy potente, alta tecnología y dinero a espuertas. El enclave de Gaza sería la Riviera mediterránea de ese emporio, que modificaría la relación de fuerzas en todo Oriente Medio, con la consiguiente derrota de Irán y el dibujo de líneas de contención para Turquía, Rusia y China. Está en juego la creación de una alianza regional determinante en la confluencia del Mediterráneo con el océano Índico. En las próximas semanas sabremos qué suerte le espera a Netanyahu si la paz se impone. La guerra era su coraza.

Trump exulta. Trump impera y estaba ejerciendo presión para obtener el premio Nobel de la Paz, el galardón que obtuvo Barack Obama en el 2009. Está obsesionado con ese premio. Está obsesionado con Obama, desde que este le humilló en mayo del 2011 durante la cena que el presidente de los Estados Unidos celebra anualmente con la prensa acreditada en la Casa Blanca. Brillantísimo orador, Obama sabe ser hiriente. Dicen que el hombre de Queens juró aquel día que conquistaría la Casa Blanca y hundiría a los demócratas. Quiere el premio Nobel de la Paz, pero los noruegos se lo han dado este año a María Corina Machado, líder de la oposición en Venezuela, mujer que se halla bajo la órbita y la protección de la actual Administración norteamericana. Bajo presión, los académicos noruegos parecen haber optado por una decisión maquiavélica: el galardón a Machado es inatacable desde Estados Unidos en estos momentos. En las próximas semanas se sabrán más cosas sobre este discutido premio.

Trump exulta e impera. Es el gran protagonista de la actualidad internacional. No para. Logra saturar constantemente el debate público. Acaba de amenazar a España con la expulsión de la OTAN si no incrementa su gasto militar al 5% del PIB. Veremos cómo el Gobierno de España gestiona esa amenaza. El mensaje es claro: Trump no olvida el gesto de Pedro Sánchez en la última asamblea general de la OTAN. Ánimo, Pedro. Ánimo, Alberto.

Trump parece ubicuo. Está en todo y en todas partes, menos en una. No ha intervenido en la redacción del primer documento doctrinal del Papa de Roma. Ello es obvio, dirán ustedes. No es tan obvio. Recordaremos que poco antes de iniciarse el cónclave que tenía que elegir al sucesor de Francisco, el pasado mes de mayo, la Casa Blanca colgó en las redes una imagen generada por IA en la que Trump era el nuevo Papa. El mensaje estaba bastante claro: también quiero que el Vaticano esté bajo mi control.

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BARCELONA, 04/10/2025.- Una de las participantes a la manifestación convocada por más de 600 entidades y sindicatos en apoyo a Palestina y contra el

Las respuesta del cónclave romano fue elegir sucesor de Francisco, a un cardenal norteamericano, misionero en Perú, Robert Francis Prevost, claramente distante de la línea de los conservadores católicos norteamericanos. Al salir al balcón de la plaza de San Pedro con el nombre de León XIV, el cardenal Prevost se presentó como continuador de Francisco. Algunos observadores internacionales quisieron ponerlo en duda, subrayando durante estos últimos meses todas las diferencias del nuevo Papa con su antecesor. Diferencias de estilo y de contenido. Algunas diferencias existen, ciertamente, pero León XIV ha querido dejar claro en su primer documento doctrinal que el legado de Francisco sigue vivo.

La exhortación apostólica ‘Dilexi te’ (‘Te he amado’) gira entorno a una idea fundamental en el pontificado de Francisco: los pobres deben estar en el centro del mensaje de la Iglesia católica, la fe cristiana debe ser indisociable de la atención a los pobres. El documento ha sido dado a conocer en vísperas del acuerdo de paz en Gaza, después que la Santa Sede hubiese mostrado su compresión con las recientes manifestaciones de solidaridad con Palestina en distintos países europeos, toma de posición que molestó al Gobierno de Israel.

‘Suaviter in modo, fortiter in re’. Suave en las formas, firmeza en el contenido. León XIV no cae en las medias tintas. Su primer documento doctrinal apela a la dignidad de todas las personas ante un sistema económico que cada vez provoca más ‘descartes’. Llama a remover las causas sociales y estructurales de la pobreza. Reivindica los movimientos populares que han surgido en las zonas más pobres de Latinoamérica, se aproxima a los orígenes de la teología de la liberación sin vindicar su posterior formato marxista, y apela a una visión crítica del modelo social imperante, dando a entender una futura actualización de la Doctrina Social de la Iglesia, idea que ya surgió en sus primeras alocuciones públicas.

Hay en ese documento un mensaje inequívoco al episcopado de Estados Unidos para que apoye y esté cerca de los inmigrantes, los descartados que ahora pueden ser deportados. (El Papa se ha reunido esta semana en Roma con la cúpula del episcopado de Estados Unidos). En definitiva, el documento dado a conocer esta semana en Roma contiene también un mensaje para el vicepresidente JD Vance, católico de reciente conversión que poco antes de la muerte de Francisco quiso polemizar con el Papa de Roma sobre el Ordo Amoris, el orden del amor al prójimo. Vance y el ala más conservadora del catolicismo norteamericano argumentaban, invocando a san Agustín y a santo Tomás de Aquino, que es obligación de los cristianos ocuparse de lo más cercano. Primero, los de casa y después ya veremos.  Make America Great Again. Francisco, el propio Prevost y de una manera muy activa la Compañía de Jesús replicaron que el amor cristiano tiene un significado universal que no puede organizarse en forma de círculos concéntricos. El primer documento doctrinal de León XIV reafirma esa idea. Los pobres, sea cual sea su nacionalidad, deben estar en el centro de la Iglesia católica. Los ‘descartados’ que los agentes del ICE intentan capturar en las calles de Estados Unidos para su posterior deportación, deben merecer la atención de los católicos. Los detenidos que acaban en el ‘gulag’ de El Salvador deben ser defendidos por los católicos. Los católicos deben oponerse a la transformación de la crueldad social en un espectáculo mediático útil para amedrentar a los foráneos y cohesionar a los de casa.

Trump impera y Robert Francis Prevost, hombre de modales cautos, escribe sobre lo que hoy es una mirada alternativa del mundo. Uno tiene prisa, el otro tiene bastantes años por delante, si Dios quiere.

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