Trump intensifica su presión a los republicanos para que aprueben su rebaja fiscal antes del viernes

El 4 de julio, día de la Independencia de Estados Unidos, es la fecha límite y simbólica impuesta por Donald Trump a los legisladores republicanos para que superen sus divisiones en torno a su medida estrella, a la que ha apodado como “un gran y hermoso proyecto de ley”. Pero, en estos momentos, parece un objetivo ambicioso para una polémica rebaja fiscal y ley de gasto que encuentra detractores entre los ultraconservadores y los moderados, y que los demócratas rechazan en bloque. La simple consideración de esta iniciativa legislativa se aprobó con el voto favorable de 51 senadores frente a 49, con dos republicanos uniéndose a la oposición.

Después de un fin de semana maratoniano en el Senado, en el que la izquierda forzó la lectura en voz alta de sus 940 páginas (16 horas sin pausa) y su posterior debate formal (de otras 17 horas), hoy ha comenzado otra extenuante sesión, en la que los senadores considerarán una serie de enmiendas, y tienen prevista su votación final durante la madrugada o mañana. De aprobarse, el periplo no termina aquí. Antes de ir a la mesa de Trump, la iniciativa debe volver a la Cámara de Representantes, que ya aprobó una versión inicial del texto, y aceptar los cambios introducidos por el Senado.

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La medida, considerada por Trump como “la más trascendental de la historia”, incluye algunas de sus promesas electorales, como la ampliación de la rebaja fiscal a los multimillonarios aprobada en su primer mandato o el fin de los incentivos a las energías limpias promulgados por Joe Biden, pero también importantes recortes en programas sociales, incluido el plan de seguro médico para familias de bajos ingresos (Medicaid) y los cupones de alimentos del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria.

A pesar de que Trump también prometió reducir el déficit, la Oficina Presupuestaria del Congreso, un organismo independiente, calcula que la ley añadirá otros 3,3 billones de dólares a la ya astronómica deuda estadounidense durante la próxima década. Y eso teniendo en cuenta que los recortes de programas públicos alcanzarán los 1,1 billones en una década, lo que dejaría sin seguro médico a casi 12 millones de estadounidenses.

La Oficina Presupuestaria del Congreso calcula que la ley añadirá 3,3 billones al déficit en la próxima década

Mientras los demócratas han dejado claro que no aprobarán una iniciativa destinada a aliviar la presión fiscal de los más ricos y recortar ayudas para los más pobres, los republicanos dependen de ellos mismos para sacar adelante la medida. Pero sus divisiones son cada vez más profundas, a izquierda y derecha, y su ajustada mayoría en el Senado (53 a 47) solo les permite tres votos en contra. En caso de empate, el vicepresidente J.D. Vance decantaría la balanza.

En teste contexto, Trump ha intensificado su presión hasta niveles de chantaje. Los conservadores díscolos se dividen entre los halcones fiscales, que se oponen a una ley que disparará todavía más el déficit, y los moderados, que temen las consecuencias electorales de aprobar una medida con recortes tan profundos. Los senadores Rand Paul (conservador fiscal) y Thom Tillis (moderado) votaron en contra incluso de llevar a consideración la medida, y han recibido durante el fin de semana la reprimenda del presidente.

“Thom Tillis ha perjudicado al gran pueblo de Carolina del Norte. Incluso en las inundaciones catastróficas, no se hizo nada hasta que yo llegué al cargo. ¡Entonces ocurrió un milagro!”, escribió en su plataforma, Truth Social, sobre el desastre natural que sufrió el estado un mes antes de las elecciones. “Tillis es un charlatán y un quejoso, ¡no hace nada! ¡Es incluso peor que Rand ‘Fauci’ Paul!”, añadió. Tras este mensaje, Tillis anunció que no se presentará a su reelección el próximo año, en un nuevo ejemplo de que cualquier republicano que se oponga a Trump deberá afrontar un importante coste político.

Donald Trump, presidente de EE.UU.

“Para todos los republicanos que quieren recortar costos, recuerden que todavía tienen que volver a ser elegidos”

“Para todos los republicanos que quieren recortar costos, entre los que me incluyo, RECUERDEN que todavía tienen que volver a ser elegidos. ¡No se vuelvan locos! Recuperaremos todo, multiplicado por 10, gracias al CRECIMIENTO, más que nunca antes”, señaló Trump en otra publicación, insistiendo en su presión a los legisladores y aludiendo a su justificación para incrementar el déficit: que se compensará con el supuesto crecimiento económico.

El “gran y hermoso proyecto de ley” fue el desencadenante del divorcio entre Trump y el hombre al que encargó llevar a cabo su programa de recortes, el multimillonario Elon Musk. El consejero delegado de Tesla lo tachó entonces de “abominación repugnante” y “el carril más rápido hacia la esclavitud de la deuda”. Este fin de semana ha vuelto al ataque y ha definido la iniciativa como “completamente demencial y destructiva”. El proyecto de ley enfrenta ahora una semana crucial hasta la fecha de su deseada aprobación, este viernes 4 de julio.

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