Trump mantiene la puerta abierta a bombardear Irán: “Puede que lo haga, puede que no”

Donald Trump juega con la intriga y deja la puerta abierta a bombardear Irán, mientras avisa a Teherán de que “ya es muy tarde” para negociar un acuerdo sobre su programa nuclear. “Puede que lo haga, puede que no, nadie lo sabe”, ha afirmado esta mañana sobre la posibilidad de sumarse a la ofensiva israelí, en declaraciones a los medios desde la Casa Blanca. El presidente de Estados Unidos asegura que el régimen persa se ha puesto en contacto para retomar el diálogo, pero “es demasiado tarde” y “se nos está agotando la paciencia”. Irán, sin embargo, no ha tardado en negar sus declaraciones y su ministro de Exteriores se ha reafirmado en el abandono de la vía diplomática.

“Les dije: ¿Por qué no negociaron conmigo antes de toda esta muerte y destrucción? Podrían haber salido bien. Habrían tenido un país”, ha señalado Trump, recordando el vencimiento de su ultimátum de 60 días a Irán, lanzado hace dos meses, para que se abriera a un acuerdo que limitase su enriquecimiento de uranio. “Les dije que es muy tarde para hablar. Tal vez nos reunamos, no lo sé… Hay una gran diferencia entre ahora y hace una semana”, ha sentenciado el republicano, que ha asegurado que mantiene un contacto diario con el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, a quien ha dado un mensaje: “Sigue adelante”.

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Mientras Trump sopesa si involucrarse militarmente en el conflicto, las dos corrientes geopolíticas del movimiento Make America Great Again tratan de persuadirlo. Por un lado, el sector más tradicional del Partido Republicano, halcones como el senador Ted Cruz, opta por una intervención militar que complete la ofensiva iniciada por Tel Aviv, a pesar del riesgo de una escalada regional. Por el otro, aislacionistas como la congresista Marjorie Taylor Greene le recuerdan que hizo campaña bajo el lema “EE.UU. primero” y prometió a sus seguidores que no iba a entrar en ningún conflicto.

Cuando el presidente decidió, el lunes por la noche, abandonar de urgencia la cumbre del G-7 en Canadá para atender la situación en Oriente Medio, recibió la llamada de un habitual asesor y representante del sector clásico republicano, el senador Lindsey Graham, y le dijo que había llegado el momento de bombardear Irán. Según él mismo contó a la CNN, le dijo: “Señor presidente, este es un momento histórico. Cuatro presidentes han prometido que no conseguirán armas nucleares durante su mandato. Usted puede cumplir esa promesa”, afirmó Graham, añadiendo que “la ventana para la diplomacia se ha cerrado”.

Después de dos meses defendiendo la negociación con Teherán para desarticular su enriquecimiento de uranio, y tras cinco rondas de negociación en Omán lideradas por su enviado a la región, Steve Witkoff, Trump ha cambiado el discurso y ya amenaza directamente con un ataque. “Tenemos el control total y absoluto del cielo de Irán”, dijo el martes, añadiendo que sabe “dónde se esconde” su líder supremo, Alí Jamenei, aunque descartando “eliminarlo (¡matarlo!), al menos por ahora”, publicó en su plataforma, Truth Social. Lo hizo un día después de lanzar un aviso de evacuación de Teherán, sugiriendo una mayor implicación en la campaña militar de Israel contra el régimen persa.

Carlson acusa a Trump de ser “cómplice de un acto de guerra” y confronta a Ted Cruz sobre la implicación en el conflicto

Este lenguaje bélico no gusta en buena parte de la población estadounidense, pues tan solo el 16% de los americanos cree que EE.UU. debería entrar en guerra con Irán, según una encuesta del centro YouGov. Pero es especialmente en el trumpismo donde algunas de sus figuras más mediáticas han expresado públicamente su oposición. El periodista Tucker Carlson, expresentador estrella de Fox News, ejemplificó este cisma durante una entrevista en su podcast con el senador Ted Cruz, al que confrontó por querer destruir un país del que no conoce sus datos básicos.

”¿Qué población tiene Irán?”, ”¿Cuál es su composición étnica?”, le preguntó, y Cruz no supo responder, con lo que Carlson se indignó: ”¿Cómo es posible que no lo sepas? Es bastante relevante, porque estás pidiendo el derrocamiento de su Gobierno y no sabes nada sobre Irán”. El video ya cuenta con unos 25 millones de reproducciones en la red social X.

Carlson también acusó directamente al presidente de ser “cómplice de un acto de guerra” en los ataques de Israel contra Irán y le pidió que se desvincule por completo de Tel Aviv y deje de proporcionar financiación y armas al mayor receptor de ayuda exterior estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial. Trump reaccionó molesto ante las preguntas de los periodistas: “No sé lo que dice Tucker Carlson. Que se busque una cadena de televisión y lo diga si quiere que la gente lo escuche”.

Entre los aislacionistas, también se encuentra uno de los ideólogos y principales estrategas del trumpismo, Steve Bannon, quien dijo en el programa de Carlson que esta división “no solo va a hacer estallar la coalición, también va a frustrar lo que estamos haciendo con lo más importante, que es la deportación” de los inmigrantes indocumentados. Lo mismo opina el influyente activista Charlie Kirk, fundador de Turning Point Action (una especie de juventudes del movimiento MAGA), quien reconoció que “ningún tema divide tanto a la derecha como la política exterior”, añadiendo que le “preocupa mucho” que una división masiva entre los partidarios de MAGA pueda “perturbar nuestro impulso y nuestra presidencia increíblemente exitosa”.

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La guerra civil republicana también se libra en el Congreso. Una coalición de 29 legisladores demócratas y republicanos ya han presentado dos resoluciones, en la Cámara de Representantes y el Senado, con las que buscan ejercer su autoridad para bloquear un posible ataque contra Irán. El congresista republicano Thomas Massie, uno de los líderes de la iniciativa, justificó la llamada Resolución sobre Poderes de Guerra contra Irán alegando que “esta no es nuestra guerra” y, en caso de que lo fuera, “el Congreso debe decidir estos asuntos de acuerdo con nuestra Constitución”.

No está claro si las resoluciones podrán llevarse finalmente a votación, dado el control republicano en ambas cámaras, pero si ocurre es previsible que haya un fuerte apoyo demócrata, lo que obligaría a Trump a pedir el cierre de filas de su partido, que ya se demostró complicado durante la votación de su rebaja fiscal (que todavía debe ser aprobada en el Senado). “Creo que los demócratas del Senado, si es necesario, no dudaremos en ejercer nuestra autoridad”, dijo el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, preguntado por si tenía previsto apoyar la medida.

El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, ha requerido la ayuda estadounidense para destruir la importante central nuclear de Fordo, una de las instalaciones subterráneas de Irán y que, por tanto, solo puede ser desarticulada con el lanzamiento de sus bombas antibúnker más pesadas, las de 30.000 libras (13.600 kilogramos). Para ello, Israel necesita un bombardero B-2, que, al igual que esta bomba, no figura entre el arsenal que EE.UU. lleva décadas suministrándole.

El ayatolá Jamenei ha advertido que cualquier implicación americana tendrá graves consecuencias: “Los estadounidenses deben saber que cualquier intervención militar irá acompañada, sin duda alguna, de daños irreparables”, ha señalado en una comparecencia televisada. Irán “no aceptará ni una paz ni una guerra impuesta”, pues “los iraníes no responden bien al lenguaje de las amenazas”, ha avisado esta mañana. Por su parte, Rusia también ha advertido hoy que un ataque “desestabilizaría radicalmente toda la situación”.

Mientras tanto, Irán ya ha comenzado a preparar su arsenal para atacar bases militares de EE.UU. en caso de necesidad. El Pentágono ha hecho lo propio, desplegando nuevos destructores en el Mediterráneo y enviando a la región aviones de combate, como los cazas F-16, F-22 y F-35. La tensión entre las dos potencias sigue escalando, y la vía diplomática, a juzgar por las declaraciones de Washington y Teherán, parece cada vez más improbable. 

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