
Después de la toma militar de Washington, con 3.000 soldados de la Guardia Nacional armados patrullando las calles de la capital, y del envío de 5.000 militares a Los Ángeles para reprimir protestas en junio –ayer declarado ilegal por un juez federal–, el presidente Donald Trump confirmó esta semana que tiene previsto dar pasos similares en ciudades de estados demócratas, como Chicago (Illinois) y Baltimore (Maryland). Esta mañana, durante una reunión bilateral en el despacho oval con el presidente de Polonia, Karol Nawrocki, ha asegurado que también está evaluando enviar tropas a Nueva Orleans, la principal ciudad de Luisiana, un estado gobernado por el Partido Republicano.
Donald Trump, presidente de EE.UU.
”¿Vamos a Chicago o a Nueva Orleans, donde tenemos un gran gobernador que quiere que pongamos orden?”
“Ahora Washington es una ciudad totalmente segura. No están reportando ningún crimen, porque no hay ninguno. Dijeron que el crimen ha bajado un 87%, pero no es así. Ha bajado un 100%”, ha asegurado el presidente, justificando con datos falsos su militarización de la capital, que ya desde antes de su polémica medida se encontraba en su mínimo de delincuencia en tres décadas.
“Podría hacer lo mismo con Chicago. Podríamos hacerlo con Nueva York. Podríamos hacerlo con Los Ángeles. Pero ahora estamos decidiendo: ¿vamos a Chicago o vamos a un lugar como Nueva Orleans, donde tenemos un gran gobernador, Jeff Landry, que quiere que vayamos a poner orden?”, ha asegurado, planteando por primera vez la idea de enviar soldados al Estado republicano de Luisiana, donde no encontraría –como en California, Illinois, Maryland o Nueva York– la oposición del gobernador, quien por ley debe autorizar el uso de su propia Guardia Nacional.
“Probablemente vayamos a Luisiana, y allí tienen Nueva Orleans, que tiene un problema de criminalidad. Lo solucionaremos en unas dos semanas. Nos llevará dos semanas, más fácil que en Washington”, ha añadido Trump. “Pero también podemos arreglar Chicago. Todo lo que tienen que hacer es pedirnos que vayamos allí. No tenemos el apoyo de estos políticos, pero te diré quién sí nos apoya: la gente de Chicago”, ha afirmado el presidente, asumiendo que necesita la aprobación del gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, para enviar al ejército a Chicago.
Ante las trabas para desplegar allí a la Guardia Nacional, Trump ve Nueva Orleans como una alrternativa factible. La ciudad sureña ha recibido en años anteriores el título de “la capital de los homicidios” de Estados Unidos, pero el Departamento de Policía también ha reportado allí una fuerte caída interanual, del 23%, en los asesinatos en lo que va del año hasta agosto, a 71, mientras que el total de crímenes contra personas ha disminuido un 16 %.