La sorprendente aceleración de los tiempos al fijar de la votación de las enmiendas a la totalidad a la jornada laboral la próxima semana, inquieta a los defensores de la medida, dado que el proyecto no suma, en estos momentos, votos suficientes para pasar el trámite. Después del aplazamiento en julio, por la misma razón, la falta de apoyos, se esperaba una negociación con Junts a lo largo de septiembre para que después la norma desembarcara en el Congreso. En cambio, PP y Vox forzaron ayer en la Junta de Portavoces el voto para el próximo pleno.
Esta mañana UGT ha reconocido que la convocatoria les había llegado totalmente por sorpresa, que esperaban unos plazos más largos, y que es prematura y nada oportuna. “Francamente, llegar de vacaciones y encontrarnos con que, en menos de una semana, va a pasar a pleno y se va a votar, no puedo decir que sea oportuno”, ha dicho el secretario general del sindicato, Pepe Álvarez, para añadir que “la fecha es prematura”. Reconociendo la sorpresa que les causó ayer el anuncio, Álvarez no tira la toalla, aunque reconoce que las cosas están difíciles. “No damos nada por perdido. Somos plenamente conscientes que no es fácil. Esta batalla la vamos a ganar. No sé si en la votación del próximo miércoles, espero que sí, pero es una batalla que vamos a ganar”, ha afirmado.
Es decir, que aunque se aprobarán las enmiendas a la totalidad presentadas por PP, Vox y Junts, y el tema volviera al Gobierno, UGT confía que el Consejo de Ministros lo volvería a plantear. En este sentido, recuerda las palabras de la vicepresidenta primera y ministra de Trabajo, María Jesús Montero, en junio en el Congreso de CC.OO. cuando ya abrió la puerta a una aprobación en el segundo o tercer intento. “Ojalá podamos lograr la aprobación de las Cortes. Pero, como siempre digo, si no es a la primera, será a la segunda, si no, será a la tercera, pero forzaremos hasta que podamos hacer compatible una vida también más digna”, afirmó Montero entonces. Era una aceptación ya en aquel momento que las 37,5 horas lo tenían difícil para llegar a aplicarse.

En todo caso, Álvarez ha comentado que continua sus contactos con Junts, para intentar acercar posiciones. En diciembre ya fue a Waterloo expresamente para presionar a Carles Puigdemont en relación con la jornada.
Por otro lado, Alvarez ha pedido que el registro horario vea la luz de manera inmediata, para corregir los abusos que se están produciendo en el respeto de la jornada laboral. Su tesis es que el Gobierno lo incluyó en el paquete de la reducción de jornada porque le podía servir como uno de los elementos de negociación, pero ahora UGT pide que lo saque adelante independientemente de lo que pase el 10 de septiembre.
Desde Trabajo, han venido apuntando que si la reducción de jornada no se aprueba, pondrán en marcha el registro horario, que será accesible online por la inspección de Trabajo, y con una serie de garantías para evitar los posibles fraudes. Esta modificación se puede hacer por un real decreto del Consejo de Ministros sin tener que pasar por el parlamento.