Un error de un operario causó la pérdida de la puerta del vuelo de Alaska Airlines

La tripulación del vuelo 1282 de Alaska Airlines evitó una tragedia aérea en enero de 2024, cuando un panel de cierre de una puerta salió despedido del avión poco después del despegue. Pero el informe de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de EE.UU. (NTSB) concluye que el accidente fue evitable y fruto de una cadena de negligencias. La Junta halló fallos en la fabricación y supervisión de seguridad de Boeing, combinados con inspecciones y auditorías ineficaces por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA).

La investigación de la NTSB durante los últimos 17 meses reveló que se retiraron y no se volvieron a colocar cuatro pernos que aseguraban el panel de cierre de puerta durante una reparación mientras se ensamblaba el avión Boeing 737 Max 9. La descompresión ocurrió minutos después de que el avión despegara de Portland, Oregón, y creó un vacío de aire ensordecedor. Siete pasajeros y una azafata sufrieron heridas leves, pero ninguno de los 177 ocupantes murió. Los pilotos lograron aterrizar de nuevo con seguridad.

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Boeing y Spirit AeroSystems —la empresa que fabricó e instaló el panel— están rediseñando ese sistema con un mecanismo de respaldo adicional para mantener los paneles en su sitio incluso si faltan los tornillos. La NTSB instó a las empresas y al regulador a asegurarse de que todos los 737 Max estén equipados con esos nuevos paneles.

La NTSB subrayó la necesidad de que todo el personal, no solo los directivos, comprenda el plan de seguridad de la empresa. Asimismo, instó a la FAA a reforzar sus auditorías e inspecciones, centrándose en problemas anteriores y cuestiones sistémicas. Además, se animó a la agencia a evaluar la cultura de seguridad de Boeing y a reconsiderar su política de no exigir que los niños menores de dos años viajen en asientos propios con sujeciones adecuadas.

El accidente a 4.500 metros

El accidente ocurrió cuando el avión volaba a 14.830 pies (4.520 metros). Las máscaras de oxígeno cayeron durante la rápida descompresión, y algunos teléfonos móviles y otros objetos fueron expulsados por el agujero, mientras pasajeros y tripulación luchaban contra el viento y el ruido atronador.

Un panel de fuselaje de 61 por 122 cm que cubría una salida de emergencia no utilizada, detrás del ala izquierda, salió volando. Solo siete asientos del vuelo estaban desocupados, entre ellos los dos más cercanos al boquete.

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